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Columnas y artículos de opinión
Educación superior y planificación
Guillermo H. Zúñiga Martínez
12 de mayo de 2012
alcalorpolitico.com
Una lección democrática acaba de dictar, de manera brillante, la Secretaria de Educación de Colombia, María Fernanda Campo, al reconocer y aceptar un procedimiento técnico que le hicieron llegar los universitarios para construir, de forma colectiva, una nueva política de educación superior.

La idea es interesante porque se organizarán una serie de debates públicos que se van a verificar en las propias instituciones así como en otros lugares para discutir a fondo las características, en primer lugar, de lo que debe ser la educación superior en ese país y, por otro lado, la definición de los compromisos tanto oficiales como de catedráticos, investigadores, estudiantes y personal vinculados con las universidades colombianas.

De esas discusiones e intercambios de puntos de mira, necesariamente surgirán acuerdos sobre la educación superior en aquel país latinoamericano.


Juan Sebastián López, representante estudiantil de la Universidad Externado de Colombia y uno de los voceros de ese movimiento, expresó que: “El gobierno respeta y reconoce la metodología, amplia y democrática, pues se trata de una discusión intelectual donde estarán representados sectores sociales, académicos, políticos, sindicatos, padres de familia, rectores, estudiantes, en fin todo el mundo”.

Es atractiva esta noticia porque en otros países hay quienes se sienten iluminados, dueños de la verdad y creen ser los educadores del universo; por lo general, dicen lo que se tiene que hacer en materia de educación superior sin siquiera escuchar opinión que pudiera, en algún momento dado, poner en evidencia los planteamientos irresponsables que realizan.

Son los improvisados que llegan a un cargo por influencias, que nunca han tenido una idea original; se han forjado en los cubículos, en la política de café y en los intereses creados. No tienen alma de educadores.


Por ello, lo de Colombia cobra actualidad dado que allá, en primera instancia, se han propuesto escenificar un auténtico diálogo entre universitarios en el cual existan planteamientos bien fundados, serios, que representen corrientes de opinión respecto de las exigencias sociales colombianas; posteriormente habrá un intercambio de ideas y proyectos a nivel regional para lo cual se están convocando reuniones en diversas ciudades y esto será en breve porque están señalando los días 7, 8 y 9 del próximo mes de junio para que, después de escucharse y de afinar detalles, se empiece a concretar lo que será la exposición de motivos de una nueva ley sobre la materia.

Me agrada la fecha que se han puesto como tope porque es el día de la raza. El 12 de octubre lanzarán su propuesta alternativa de la educación en este nivel, una de las primeras que va a ser producto de la experiencia de los ciudadanos, lo que será realmente ejemplar porque en otras latitudes, surgen por allí ideas repentistas de los que creen que pueden transformar el mundo sin hacer caso de las sabias percepciones de muchísimos ciudadanos, hombres y mujeres, que entienden, comprenden e interpretan lo que deben ser las nuevas tendencias de la educación superior.

Después de escuchar a todos los interesados, de analizar cada propuesta, de observar coincidencias y de obtener la certeza de haber penetrado el sentimiento y la inteligencia de los colombianos, un grupo de expertos que deberán actuar con objetividad, organizarán las opiniones, las propuestas y los documentos para entregar las conclusiones a las autoridades correspondientes.


Lo interesante de estas acciones es que existe desprendimiento y reconocimiento esencial hacia la sociedad, porque no es con improvisaciones como se puede concebir y desarrollar un verdadero plan no tan sólo de once años como lo quería Jaime Torres Bodet, sino a más largo tiempo en lo que se refiere a la educación superior y también al bachillerato, porque hay ideas que a veces están muy alejadas de la realidad y de las verdaderas necesidades de los pueblos.

En otras colaboraciones he lamentado que en México, representantes irresponsables de la Secretaria de Educación Pública, hayan disuelto el Consejo Nacional Técnico de la Educación y también los Consejos Estatales, organismos que reunían a lo más granado de la inteligencia pedagógica de la nación y ahora quedamos a merced de simples burócratas que creen encarnar a la autoridad de la educación superior y se sienten capaces de ser los únicos que puedan opinar en esta materia. Colombia va bien.

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