Cuando el río suena, agua lleva, reza el refrán, y algo de cierto tendrá en su aplicación sobre varias cuestiones, pero en estos tiempos de sequía, la cosa se pone color de hormiga porque el río ya no suena o, mínimo, está contaminado.

El tal Tales de Mileto dijo alguna vez que el agua es el elemento y principio de las cosas, afirmación que creo nadie la pondrá en duda, al menos no aquí en la Tierra –no sé qué supongan allá en otras latitudes del Universo.

El caso es que –ya no nos hagamos tontos-, el agua desde hace ya varios años empieza a constituir un problema para la Humanidad, que incluso puede llevarnos a la aniquilación. Y no es que me ponga fatalista ni mucho menos, pero la falta del vital líquido ya empieza a ser de las suyas. ¿A poco no xalapeños?


Vaya que nos pone en serios aprietos económicos, sociales y demás (algunos no nos bañamos en uno o dos días, lo que constituyó un problema de higiene, ¿o no?).

Seamos honestos, nos puso en jaque el no contar con agua, algunos más que otros, pero estuvimos en apuros.

Ya se sabe que alrededor del 97% del volumen de agua existente en nuestro planeta es agua salada y está contenida en océanos y mares; mientras que apenas algo menos del 3% es agua dulce o de baja salinidad, y etcétera.


Pero en México ya se sienten los efectos de la sequía en varios Estados. Para no ser drástico y ustedes mismo lo consideren, les anoto algunas referencias informativas de periódicos en lo que va del año: “El robo de agua en Culiacán ocasionó la suspensión del servicio en 80 colonias de la Ciudad”; “Gobernadores fronterizos “pelean” con EU el reparto de agua del río Bravo”; “La falta de agua que ha generado una fuerte reducción en los niveles de almacenamiento en las presas de la entidad ha orillado a los productores ganaderos queretanos a sacrificar, en lo que va del año, hasta 50 mil cabezas de ganado para evitar pérdida”; “En Tamaulipas, peligran cultivos de 20 mil productores por falta de agua”; “Ante las altas temperaturas y la poca lluvia, las presas de Coahuila han perdido 583 millones de metros cúbicos de agua en menos de tres meses”; “Alertan que SLP se quedará sin agua en dos meses por sequía”; “Prevén desplome de 50% en el agro de Sinaloa por la sequía”.

Y así por el estilo. Vaya, que la falta de agua se va agudizando, por “X” o por “Y”. Sólo esperemos no llegar como en Brasil, donde en algunas regiones la severa sequía que afecta a mil 100 municipios desató una “guerra por el agua” que ya costó la muerte violenta de un campesino y de decenas de animales por sed.

Y bueno, ya saben lo que pasó en Xalapa. Tenga la responsabilidad quien la tenga, lo mejor es buscar ya soluciones, de una manera conjunta y coordinada. No vaya a ser la de malas y tengamos pronto en México otra guerra, esta vez por la bendita agua. Porque como dice el refrán, algo tendrá el agua cuando la bendicen.


Ahí se ven.

De cinismo y anexas

Por cierto, dicen que:


*Al captar el agua de la regadera y reusarla para el WC, ahorramos 20 litros de agua al día.
*Al tardar tres minutos menos en bañarnos ahorramos 36 litros.
*Al usar un vaso de agua para cepillarnos los dientes y lavarnos las manos en vez de agua corriente ahorramos por lo menos 24 litros.
*Al colocar una botella de agua de 2 litros en la caja del WC ahorramos alrededor de 8 litros.
Con sólo estas cuatro acciones, sin gastar un centavo ni disminuir su calidad de vida, cada individuo podría ahorrar hasta 88 litros al día.


Hasta la próxima
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