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Columnas y artículos de opinión
Educación para transformar
Helí Herrera Hernández
28 de mayo de 2012
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELIHERRERA.es

El pasado fin de semana presentaron 34 mil estudiantes de preparatoria su examen de admisión para ingresar a la Universidad Veracruzana en alguna de las seis regiones en que se encuentra diseminada la máxima casa de estudios de nuestro estado (Coatzacoalcos-Minatitlán, Orizaba, Córdoba, Veracruz-Boca del Río, Xalapa, Poza Rica y Tuxpam), de los cuales, solo 15 mil 400 jóvenes y señoritas lo lograrán.

Esto significa que más del 50% de los alumnos solicitantes se quedarán sin la oportunidad de estudiar alguna de las 74 carreras universitarias que ofrece esa institución, porque no cuenta con la infraestructura física ni académica para poder albergar a todos los peticionarios, es decir, por falta de dinero, debido a los recortes presupuestales que el gobierno federal ha decretado desde que los neoliberales en México tomaron el poder, y que año tras año le han no solo regateado recursos económicos a la educación superior, sino que le han quitado atendiendo las directrices que los organismos financieros internacionales les han exigido.


El problema de espacios educativos no es singular de la Universidad Veracruzana sino de toda la educación pública. Lo mismo esta aconteciendo con la Universidad Nacional Autónoma de México, con el Instituto Politécnico Nacional, con la Universidad de Chapingo y con todas las instituciones educativas no solo universitarias, sino de enseñanza básica, media y media superior en todo el país inclusive. Contraviniendo en consecuencia las disposiciones enmarcadas en el artículo tercero de nuestra Constitución Federal que prevé educación gratuita para párvulos, primarias y secundarias, que ya no lo es por la infinidad de cuotas que exigen los directivos, entre otros deberes económicos.

No hay dinero para remodelar escuelas, para ponerle baños, para techarlas, para comprarle butacas, para que el gobierno contrate y mande más maestros atender la demanda creciente de alumnos en todos los niveles. Estos gobiernos desde Miguel de la Madrid Hurtado hasta el actual les ha preocupado más rescatar a los banqueros y adinerados de este país que brindar una educación expedita, de calidad y gratuita a todos los hijos de los mexicanos. Prefieren recortarle dinero al sector educativo año tras año, y destinar desde 1994 la cantidad de 552 mil millones de pesos para rescatar las instituciones bancarias (40% del Producto Interno Bruto de ese año), y que actualmente ese porcentaje caminó hasta situarse en 45.8% del PIB, es decir, casi la mitad de toda la riqueza que México producirá. (Delgado D. Cantú, y Gloria M. Historia de México, Editorial Prentice, cuarta edición, México).

Estos gobiernos PRIANistas han preferido colocarse del lado de los adinerados domésticos y extranjeros, solidarizarse con todos ellos para avalar y apuntalar con sus políticas públicas sus capitales. Tan solo BANAMEX el año pasado tuvo ganancias por 10 mil 330 millones de pesos que lo colocaron como el segundo banco en importancia nacional, mientras que BBVA (Bancomer), a través de su director general el español Francisco González admitió que su banco obtuvo ganancias en 2011 por 30 mil 111 millones de pesos, ubicándolo en primerísimo sitio, (incluye allí el pago de los intereses bancarios del Fobaproa anuales que el gobierno les paga de nuestros impuestos a todos los bancos), a cambio de que en los hospitales ya no haya camas, medicinas, tecnología de punta para las cirugías, personal médico bien remunerado etc.), y las escuelas, nuestras escuelas, se estén cayendo a pedazos y nuestro principal capital, el capital humano, se esté quedando fuera de las aulas.


Este país solo se puede transformar educando, pero si la educación cada vez se vuelve elitista, a la que accesan solo unos cuantos en las escuelas públicas, y más del 50% se quedan fuera, entonces la nación está condenada a la miseria humana, a la pobreza académica, a la limosnería burguesa, que a través de programas mediáticos regala unas becas para unos cuantos y con ello pararse el cuello, ante las masas desinformadas por ser parte de ese ejército inculto del que ya alcanza el 61% de los mexicanos, que no concluyeron estudios medios-superiores y superiores.

Se requiere un cambio de timón, un viraje de 360 grados en políticas educativas y económicas, donde el nuevo gobierno destine el 8% de su PIB como lo recomienda el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo, y de esa forma sentar las bases para una educación integral, cuyo objetivo toral sea la graduación de miles y miles de jóvenes capaces, competentes, inteligentes, talentosos, educados para incorporarse a la demanda productiva nacional e internacional, tanto en el sector estatal como privado, y liquidar así el triste mote internacional que ya tenemos como fabricantes de “ninis”.

Hay que hacer un lado los gobiernos neoliberales, y en estas elecciones que nos ocupan y preocupan, a los candidatos que abrazan y defienden esas tesis. Ni un voto al PRI y ni un voto al PAN, porque son ellos los que han aplicado esas políticas públicas de cerrarle la educación a los hijos de los mexicanos de clase media y baja, y lo que es peor y más grave, los que condenan a México y a su pueblo a vivir de milagro, en la mediocridad, sin paz ni armonía social.


Son ellos los que nos han quitado hasta el derecho a soñar con una vida digna y decorosa.