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Columnas y artículos de opinión
Espacio Ciudadano
Hacia una nueva República
Jorge E. Lara de la Fraga
31 de mayo de 2012
alcalorpolitico.com
“Nos estamos preparando para la transformación del país y no es tarea fácil.
Queremos impulsar una insurgencia cívica, masiva y ordenada…”

Andrés Manuel López Obrador, el peregrino de Morena, ha recorrido todo el país, ha tenido contacto con pobladores de los diversos municipios de las entidades federativas. A ras de tierra y a veces por caminos difíciles ha transitado para conocer de manera directa la problemática de los compatriotas y para expresarles con sencillez la necesidad de transformar, de cambiar a fondo muchas cosas en aras de revitalizar a la República. Hace 6 años le obstruyó el paso la muralla de intereses sombríos que pretende que todo siga igual en nuestro territorio, pero en este 2012 hay un singular despertar en grandes sectores sociales que anhelan salir del infierno de la incertidumbre económica y de la inseguridad que reina en el país. Por si fuera poco, ya también los jóvenes hacen acto de presencia y exigen equilibrio en la contienda electoral, demandan información veraz a los medios y manifiestan la necesidad de transparencia en los comicios del primero de julio.

“Es indudable que México necesita, de manera urgente, un cambio de rumbo. La apuesta del movimiento reivindicativo es llevar a cabo por la vía pacífica y con la participación de la gente, una transformación profunda de la vida nacional… se propone un sendero del todo nuevo, de un promisorio devenir, alejado de la política del pillaje, de la explotación irracional de los recursos naturales y de la concentración desmedida de la riqueza a costa del sufrimiento de la inmensa mayoría de los mexicanos…” Ese es el reto y habrá que asumirlo como comunidad responsable, porque de lo que hoy hagamos o dejemos de hacer dependerá nuestro futuro como Nación. Por ello – lo reitero – me entusiasma sobremanera que la gente respalde a AMLO y más me emociona observar que la juventud estudiosa está en la jugada y ya no quiere proceder de espaldas al acontecer socioeconómico y político. Esos renuevos inquietos y críticos están conscientes de que nuestra colectividad amerita desarrollo, justicia y democracia y de que es necesario terminar con la corrupción e impunidad, así como generar una mayor conciencia y participación de los ciudadanos en las cuestiones públicas.


Grandes sectores de la sociedad mexicana, elementos de la clase empresarial, intelectuales, artistas, trabajadores del campo y de la ciudad, profesionistas, mujeres y jóvenes están de acuerdo con los 10 compromisos de Andrés Manuel para un cambio verdadero. Al unísono y de manera contundente indican la necesidad de: Reorientar la economía para una mejor distribución de la riqueza; Promover una reforma fiscal progresiva; Elevar a rango constitucional el Estado de Bienestar; Defender la educación pública, laica y gratuita; Erradicar la corrupción; Democratizar los medios de comunicación; Combatir la violencia y la inseguridad con una política de seguridad ciudadana; Rescatar las industrias eléctrica y petrolera y convertirlas en palancas del desarrollo; Rescatar la producción y el desarrollo del campo y Garantizar el derecho a la educación superior a todos los jóvenes.

Hace poco participé en una manifestación relacionada con la oposición a la reforma al Artículo 24 Constitucional y mi sorpresa fue que la mayoría de los presentes eran jóvenes estudiantes, mismos que al intervenir externaron sus razones de inconformidad y relataron asimismo los períodos claves de lucha del pueblo mexicano contra las fuerzas retardatarias. Fue gratificante para mí compartir propósitos e ideales con muchachos compenetrados en la problemática nacional. En su oportunidad los exhorté a que sigan por el mismo camino y que nos presionen a los mayores para reencauzar el rumbo de la Patria, toda vez que la verdad es el instrumento vertebral de los jóvenes y no la falacia esgrimida por los caducos conservadores que quieren acallarlos. Basta ya de la decadencia de valores, de la ausencia de solidaridad, del egoísmo ciego, de la depredación de las riquezas nacionales y de la manipulación de las conciencias.