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Columnas y artículos de opinión
88, 2006 y 2012: la tercera es la vencida
Uriel Flores Aguayo
1 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
A la memoria del maestro José Luis Blanco Rosas.

He participado en siete campañas presidenciales, incluyendo la que está en curso, de las cuales cuatro han sido testimoniales o de mediano alcance y tres muy competitivas. Algo he aprendido de ellas, algo he podido realizar en diferentes espacios de lo que es una campaña electoral presidencial. Comparto algunas observaciones: en la etapa más moderna de México, ya en 1976, la izquierda acudió sin registro con la candidatura presidencial del legendario líder ferrocarrilero Valentín Campa. Fue una campaña más que testimonial, valiente, hasta heroica y tolerada por el partido de estado. De esa manera la izquierda partidista entraba al terreno electoral y se alejaba de tentaciones armadas. En el año 82, ya con registro legal y una pequeña presencia parlamentaria, las izquierdas postularon a Arnoldo Martínez Verdugo y a Rosario Ibarra de Piedra, con resultados modestos. Seguía predominando el casi partido único.

1988 fue el año del ascenso espectacular de la izquierda mexicana; la fractura del PRI con la salida de la corriente democrática que encabezaban Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, fue una sacudida política que alcanzó a la izquierda, llevando a su candidato, el ing. Heberto Castillo Martínez, a declinar por el hijo del tata. En todo Veracruz, particularmente en Xalapa, se vivió un gran entusiasmo popular, con un alto nivel de participación. Cuauhtémoc Cárdenas, arrasó en todo Veracruz, siendo Xalapa el espacio de las grandes movilizaciones ciudadanas. El rechazo anti PRI y anti Salinas de Gortari, ocurrió en un momento social determinado, tomando como símbolo a Cárdenas, quien encarnó la esperanza de muchos millones de mexicanos. Es importante subrayar que en esa campaña Cuauhtémoc no tuvo acceso a la televisión y tampoco existían las redes sociales.

La elección intermedia del 97 hizo justicia a Cárdenas y al PRD, con resultados espectaculares en el DF y a nivel nacional. Igual, fue otro momento social determinado, una de esas coyunturas donde se consolidan ciertas tendencias y aparecen otros fenómenos sociales. En esa ocasión apareció lo que fue dado en llamar efecto Cárdenas, alcanzando a los pocos meses a Veracruz en su elección local, en la que el PRD ganó 59 ayuntamientos, incluidos algunos de los más grandes del Estado.


La historia del 2006 es más reciente, el PRI se desfondó con el “quemadísimo” Roberto Madrazo, mientras que el PAN y el PRD, con AMLO y Calderón, se disputaron la presidencia palmo a palmo. Parece obvio que las condiciones ya estaban dadas para que la izquierda llegara al poder, sólo lo pudieron impedir por vía de la guerra sucia y el fraude. La manera turbia y turbulenta como se resolvió la elección presidencial de ese año, con la prácticamente imposición de Calderón, explica muchos de los grandes problemas que tenemos en nuestro país.

En este 2012 la campaña presidencial tiene características parecidas a la de hace 6 años, con algunos movimientos en el lugar que ocupa cada fuerza política: el PAN se desfonda y se cierran las tendencias de resultados entre Peña y AMLO; la oligarquía manipula encuestas pero tiene que retroceder ante el empuje del movimiento estudiantil, factor nuevo y fresco que junto a las redes sociales están modificando el escenario de la elección presidencial.

Tal como se preveía el lógico ascenso de AMLO iba a recibir como respuestas los ataques y la guerra sucia; ya empezaron los “cocolazos”: “que resentido”, “que violento”, etc. No son los supuestos millones de dólares, son los dolores de las encuestas reales lo que trae nerviosos a los promotores de Peña. Una obviedad, si AMLO estuviera a 20 puntos de Peña la pregunta elemental sería: ¿para qué lo atacan?. Vienen días difíciles e intensos, se va a requerir mucha paciencia, cabeza fría y cuidada para que no se desborden las pasiones y no caigamos en la ingobernabilidad. Vivimos en un contexto de violencia, de pocos acuerdos políticos y un débil y repudiado gobierno federal que ya va de salida, lo cual hace muy volátil cualquiera de nuestros escenarios. Habrá que amarrarle las manos a la oligarquía para que no se desempolven sus conocidas tácticas de terrorismo psicológico; que le midan, el pueblo no se va ha dejar.


Recadito: la encuesta de Reforma marca un antes y un después en la campaña presidencial.

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Xalapa Enríquez Veracruz a 31 de mayo 2012