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Columnas y artículos de opinión
Todo se puede esperar
Rafael Martínez Zaleta
1 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
Parece ser que Andrés llamado “El Peje” está olvidando su postura cadenciosa de paz y amor y vuelve a las andadas con sus desplantes arrogantes y soberbios. No explica como va a cumplir su promesa para darle al pueblo de México 7 millones de empleos, porque teme que le fusilen su “estrategia”. Él habla de corrupción, de que tiene experiencia política, pero no habla de su chofer que ganaba 55 mil pesos mensuales; de su tesorero que permanece aún en la cárcel; del señor de las ligas, su ex-secretario particular, al que todo mundo en los medios observó como se acomodaba el dinero mal habido. No comenta de sus delegados que fueron renunciados y consignados por los innumerables delitos que habían cometido. Todos sus inmediatos colaboradores fueron sancionados e incluso parece ser que se está borrando el lamentable suceso de su hermano difunto; él, y únicamente él, por segunda vez es candidato. Se dice ajeno a estos ilícitos, cuando sabido es que moralmente es responsable.

Y entrando en materia, en México nada más hay un candidato político a la Presidencia de la República: Enrique Peña Nieto. Andrés llamado “El Peje”, no se siente candidato, se siente Mesías; y Josefina Eugenia se siente la heredera de Felipe Calderón. El primero quiere ser Presidente por derecho divino, olvidándose de la reelección (ya que según él fue Presidente legítimo); y la segunda por las leyes terrenales; Gabriel Quadri, él mismo lo dice no es político.

Que la juventud y el estudiantado participen electoralmente ¡qué bueno!; que se expresen libre y públicamente, ¡qué bueno!; pero que pretendan con sus marchas imponer su criterio, porque el candidato que va punteando no sea de sus preferencias, ¡qué malo! Los jóvenes pueden votar en contra o a favor del partido que quieran, pero no deben impedirle al candidato sea quien fuere, que oferte sus propuestas de campaña. Los estudiantes, los jóvenes o quienes sean, tienen la obligación de guardar respeto y consideración hacia las personas que piensan y actúan diferente a ellos, a esto se le llama tolerancia. Los jóvenes no deben ser intolerantes, ni hostiles, cerrados, bloqueadores o peleoneros. Está equivocado quien piense que a través de ellos se pueda violentar o deslegitimar el actual proceso electoral, la contienda no se va a ganar manipulando perversamente la sana inquietud de los jóvenes; el hispano mexicano Antonio Solá, asesor político de Josefina Eugenia –el mismo que dijo en el 2006 que Andrés llamado “El Peje” era un peligro para México- y el uruguayo Luís Cota, asesor de “El Peje”, van a fracasar rotundamente si maliciosamente consideran que a río revuelto ha de ser ganancia de pescadores.


Sin embargo, todo parece indicar que este grupo organizado de la sociedad civil denominado 132, que son apartidistas, pero no apolíticos, amén de que ya están marcando su distancia con las marchas anti-Peña Nieto, además de que están haciendo observaciones a los proyectos de nación de los candidatos, demandando como principal objetivo la democratización de los medios. El movimiento yo soy 132, debe cuidarse de la infiltración de los grupos de choque, porque pueden desacreditar las movilizaciones y las sanas intenciones de muchos jóvenes estudiantes que desean la democratización de México.

Por otra parte, los candidatos deben a través del diálogo ofertar sus propuestas, en un marco de respeto, explicar las formas y maneras para resolver la problemática social, económica o política, así lo marcan los cánones de la civilidad. Pero… ¡cuidado! Las acciones tan vergonzantes como irresponsables de Andrés llamado “El Peje” y de Josefina Eugenia, cundidos de denostación, fatalidad y desesperación ante su inminente derrota, nos pueden llevar al caos, a una crisis de gobernabilidad. Nos pueden conducir a una decisión absurda, donde unos cuantos magistrados decidan el triunfo de determinado candidato, o el hecho –que es peor- de darle la oportunidad al titular del Ejecutivo, para que amañadamente y en complicidad con los órganos electorales anule un proceso que presumía de ser democrático.

En política todo se puede esperar, más aún cuando el problema de Acción Nacional estriba en que sus dirigentes partidistas y representantes populares (Presidentes Municipales, Diputados, Senadores y el mismo Presidente de la República) no se han dado cuenta que ya no son oposición sino partido en el poder y su principal artífice que es Calderón, enturbia el proceso electoral de manera dolosa –inclinando el fiel de la justicia en destiempo, esto es, deteniendo a funcionarios o servidores públicos del PRI y del PRD que tengan pendientes con la justicia, en tiempos nunca propicios ¿por qué hasta ahora?, porque es una inmoral manera de llevar votos a favor de su partido que día con día va a la baja. Por eso, repito, en política, todo se puede esperar.


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