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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Despeñado
Raymundo Jiménez
1 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
Hace unos días vino a Xalapa un diputado del Estado de México para evaluar algunas campañas de candidatos a la diputación federal, pero sobre todo para constatar el nivel de aceptación del candidato presidencial Enrique Peña Nieto en cada uno de los 21 distritos electorales del estado.

Según la versión que corre, el legislador mexiquense, enviado obviamente por los operadores electorales de Peña Nieto, reprendió severamente a los aspirantes al Congreso de la Unión, a los enlaces del gobierno estatal y, de paso, al diputado local Jorge Carvallo Delfín, coordinador de la campaña presidencial del PRI en Veracruz.

Por eso, ahora, los encargados de la propaganda priista han comenzado a colocar nuevos carteles y anuncios espectaculares en Xalapa y la región, algunos con las fotografías de todos los candidatos del PRI –a la Presidencia de la República, al Senado y a la diputación federal, dependiendo del distrito–, y otros en los que piden al electorado que este domingo 1 de julio voten por Peña y por los aspirantes del partido tricolor al Congreso de la Unión.


Sin embargo, todo parece indicar que de poco ha servido este cambio de estrategia ya que el ex gobernador del Estado de México sigue en franca caída en las tendencias electorales.

Y es que en el caso de Veracruz se ve sumamente difícil que los candidatos a senadores y diputados del PRI puedan revertir el escenario adverso en el que se ha colocado Peña Nieto después de su accidentada visita el pasado 11 de mayo –llamado “viernes negro”– a la Universidad Iberoamericana, una prestigiada institución de educación superior privada dirigida por sacerdotes jesuitas.

Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, postulados al Senado de la República, están realizando una campaña titánica, recorriendo todo el estado y reuniéndose con los diversos sectores productivos y grupos sociales de la entidad, incluidos estudiantes y organizaciones apartidistas o de oposición. Sus discursos prenden y convencen, pero ha trascendido que se han topado con fuertes resistencias sobre la elección presidencial.


Es el mismo caso de los candidatos a la diputación federal. Por más que insisten a los electores que voten por todos los abanderados del PRI, la tendencia anti Peña sigue creciendo en la entidad.

Este fenómeno no es nuevo, pero a pesar de ello es una realidad para la que el partido tricolor no se ha sabido preparar.

En el nivel local no sería la primera vez que los candidatos del PRI reciben un voto diferenciado.


En la sucesión estatal de 2004, por ejemplo, el priista Fidel Herrera Beltrán ganó con un apretado margen de 25 mil votos la gubernatura pero perdió la mayoría de alcaldías y de diputados al Congreso local.

En la sucesión presidencial de 2006, la debacle del PRI fue total en Veracruz: perdió las dos senadurías, 15 de las 21 diputaciones, y Roberto Madrazo Pintado fue relegado hasta el tercer lugar de la votación. Sin embargo, al año siguiente, en las elecciones locales de 2007, el partido tricolor arrasó en 155 de los 212 municipios y en 28 de los 30 distritos electorales de la entidad.

Ahora, según la mayoría de las tendencias electorales, en los comicios federales de julio próximo el PRI en el estado tendría aseguradas las dos senadurías y más de la mitad de las 21 diputaciones federales, pero la ventaja del priista mexiquense se va acortando cada vez más ante Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial de la izquierda que según el último sondeo nacional del diario capitalino “Reforma”, publicado ayer, estaría ubicado ya a sólo cuatro puntos de distancia del puntero Peña en el país.


De acuerdo con esta encuesta, de abril a finales de mayo, el candidato del PRI bajó cuatro puntos, mientras que López Obrador subió siete; Josefina Vázquez Mota, del PAN, perdió seis y Gabriel Quadri, del PANAL, subió tres.

Y, a partir de ahora, sólo faltan 26 días efectivos de campaña. Habrá que ver, también, qué le suman o le restan a Peña los candidatos del PRI a la gubernatura en los seis estados donde el 1 de julio también habrá elecciones locales.

Además del Distrito Federal, donde se elegirán jefe de gobierno, 35 asambleístas y 11 jefes delegacionales, en los estados de Guanajuato, Jalisco, Morelos, Yucatán, Chiapas y Tabasco también se votarán por gobernadores, diputados locales y presidentes municipales.


Y en otros ocho estados –Campeche, Colima, el Estado de México, Guerrero, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora– igualmente se elegirán diputados locales y alcaldes.

Por el tamaño de su padrón electoral, las entidades que podrían definir la elección presidencial serían el Estado de México, Distrito Federal, Jalisco y Veracruz, donde se concentran cerca de 30 millones de electores y se espera que voten más de la mitad.

Según la lista nominal del IFE, otros estados que por su número de ciudadanos inscritos podrían incidir en el resultado de la elección presidencial son los de Puebla, Guanajuato, Nuevo León, Michoacán y Chiapas, que en total suman más de 17.5 millones de votantes.


En menor medida influirán los de Baja California Norte, Coahuila, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, Sinaloa y Tamaulipas, donde radican alrededor de 14 millones de electores.

A raíz del movimiento estudiantil que inició hace tres semanas en la Ibero de la ciudad de México y que se ha expandido a otras universidades públicas y privadas del país, la candidatura presidencial de Peña comenzó a desinflarse aceleradamente porque tal y como lo advirtió hace más de un año el ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino, quien acaba de sumarse al proyecto del ex gobernador del Estado de México, “Peña Nieto, en la opinión de muchas y de muchos, es un hombre guapo, bonito, con vocación de artista, (pero) eso no lo hace necesariamente presidenciable”.




“La mercadotecnia –criticó en aquella ocasión Espino– lo ha colocado en una posición de mucho conocimiento, pero hay gente entre su partido más avezada políticamente que también aspira a la misma posición que Enrique Peña Nieto. Cada vez se hace más evidente el deterioro de la imagen o la disminución de la popularidad de Enrique y el crecimiento de otros como Manlio Fabio Beltrones”.

Y desde entonces avizoraba el ex líder panista: “Creo que no la tienen fácil en el PRI”.