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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Ya no te creo
Francisco L. Carranco
4 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
Ya no te creo; Parece ser la convicción de los estudiantes que se han manifestado como movimiento juvenil de inconformidad ante los candidatos presidenciales, cuyas campañas están en crisis de credibilidad, precisamente, por la participación social de los jóvenes en asuntos políticos previos a la elección del primero de julio del 2012.

Apartidistas, como se han catalogado, estudiantes con credencial en mano de una Universidad Privada, inician un movimiento denominado yo soy 132, con esta agrupación los jóvenes han demostrado estar más inmersos en los asuntos públicos de la nación de lo que nadie pudo imaginar.

Siempre olvidados, soslayados, criticados, subestimados porque los adultos y los políticos consideran que los jóvenes viven en la banalidad, en la fiesta, la rutinaria vida que los encasilla como dependientes de la música, la televisión y los videos, el consumo superfluo de la moda, la trivialidad y la levedad de su existencia, el conformismo ante la toma de decisiones de otros en asuntos que parecían no interesarles, hasta que se involucran en la política y lo que representaría perpetuar el sistema político actual.


Acusados de ser infiltrados y manipulados en un mitin del candidato del PRI, los jóvenes llegan al límite de la tolerancia y a través de las redes sociales llaman a una marcha de protesta y, esos circuitos de interacción social, suman a toda la juventud mexicana en un movimiento de hartazgo contra las instituciones y algunos medios de comunicación, principalmente, televisoras que son señaladas como monopólicas y oligárquicas, al gobierno le exigen la aplicación de la ley.

La marcha toma por sorpresa a políticos, académicos y periodistas, pues desde hace varias décadas no se veía un movimiento donde participaran estudiantes de todo tipo, ahora se suman a la convocatoria del la Ibero, otras escuelas privadas, públicas y después jóvenes trabajadores y desempleados.

Los estudiantes de la Ibero protestaron contra Televisa, ese es el germen del movimiento, pero los demás jóvenes en los estados y en el mismo DF protestan contra el sistema, los jóvenes reaccionan a un escenario de violencia, corrupción, desigualdad y pobreza en el país, donde ellos son los más perjudicados.


La condición del país es deplorable, al borde de un desastre social, económico, político y cultural, donde se desdibuja la clase media y una parte de los estudiantes de escuelas privadas tienen esa condición.

Nuestros jóvenes han sacando la casta, la nobleza, la valentía, las virtudes, los valores, pero ante todo están sacando el liderazgo que rompe el silencio de 44 años de generaciones dormidas.

Y dentro del descontento exhibido los candidatos presidenciales no han podio externar el mínimo puente para un dialogo de progreso y un compromiso real con la sociedad, con los estudiantes y con la ciudadanía mexicana que se han lamentado de la crisis social que enfrenta el país.


Las respuestas de los presidenciales, con shows mediáticos, con discursos increíbles (que no se creen por lo burdo de la confección) retóricos y gastados, que ya no convencen ni a sus propios militantes. Tanto Televisa como los políticos no se han dado cuenta que los jóvenes han cambiado, que el silencio que rompen los estudiantes en este movimiento será respaldado por los integrantes de otras generaciones que no quisieron protestar y que vivieron durante años en el silencio cómplices de la debacle del país.

El dialogo iniciado por los estudiantes exige respuesta y los candidatos no las tienen, ahora gane quien gane deberá entender que su desempeño como mandatario se circunscribirá a dar respuestas prontas y expeditas, dejar el rollo y propiciar las acciones para responder a las quejas recurrentes por la inseguridad, corrupción y todas las políticas públicas erróneas.

Sin duda, el país enfrentará un nuevo horizonte donde las palabras huecas de los discursos serán rechazadas, probablemente no lo sabremos hasta que el presidente elegido dicte sus primeras acciones. Momento en que deberemos cuidar a nuestros jóvenes porque la historia lo ha dicho en este país, cuando los jóvenes mexicanos exigen democracia han sido reprimidos brutalmente como ocurrió en 1968 y el 10 de junio de 1971.


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