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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Posibles escenarios
Arturo Reyes Isidoro
4 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
Quién lo diría. El 31 de marzo pasado, cuando iniciaron formalmente las campañas electorales, prácticamente todos quienes hacemos comentarios políticos dábamos por hecho que el próximo presidente sería Enrique Peña Nieto. Nos basábamos en los resultados de las encuestas preelectorales y en las del arranque formal de las campañas, que daban una amplia, holgada ventaja al candidato del PRI, quien sacaba por lo menos 25 puntos de ventaja a su más cercana competidora Josefina Vázquez Mota, a la que veíamos como quien daría la pelea. A Andrés Manuel López Obrador, la inmensa mayoría no le daba ninguna posibilidad, menos cuando entonces se mantenía a 30 o más puntos de distancia del puntero.

En menos de un mes, a partir del 11 de mayo, las circunstancias para el mexiquense cambiaron dramáticamente con el ya famoso e histórico viernes negro cuando a los gritos de “¡Fuera! ¡Fuera!” lo echaron los estudiantes de la Universidad Iberoamericana. Ciertamente, hoy todas las encuestas coinciden en que el mexiquense se mantiene en primer lugar, pero también en que el Peje se trepó al segundo sitio y, más interesante, que está muy cerca del tricolor e incluso algunas cifras le dan empate técnico con el ex gobernador del Estado de México.

Los escenarios, pues, han cambiado o están cambiando y con ello las circunstancias para muchos actores políticos. En Veracruz no se es la excepción.


Hasta que no se cuente y verifique el último voto, ahora creo que nadie se atreve a asegurar ya que Peña Nieto será el próximo presidente, y aunque López Obrador creció enormidades, eso mismo ha modificado también las decisiones de muchos que, lógicamente, actúan más en función de sus intereses personales que en los de la vida democrática del país, de un país con verdadera justicia social, los panistas, por ejemplo, o los hombres de negocio apáticos que no les preocupaba que ganara Peña Nieto o Josefina pues sabían, saben que en el fondo nada cambiaría y que ellos continuarían manteniendo sus privilegios. Esta vez no veían enfrente ningún “peligro para México” y dormían a pierna suelta… hasta después del 11 de mayo.

Hombre a ras de tierra que soy –como diría el diputado local de Morena, Armando Méndez de la Luz (saludos, señor y amigo)– no me cabe duda que el tabasqueño continúa creciendo entre el electorado, pero también advierto que ante el riesgo que ven para sus negocios (no del todo claros muchas veces), para sus privilegios, para sus riquezas, para sus intereses, ante la incontenible caída de Josefina Vázquez Mota, muchos panistas si no se declaran abiertamente peñistas sí van a tratar de apuntalarlo, como lo hizo ayer abiertamente el ex presidente Vicente Fox, quien sin ningún reparo, sin ningún rubor, sin ninguna lealtad ni confianza en su partido y en su candidata, llamó a los partidos y a la ciudadanía a unirse para respaldar a Peña Nieto, a quien consideró el virtual ganador, “para que gobierne con la unidad y no con la división”, todo con el evidente propósito de que no llegue al poder López Obrador (Fox, quien dijo que la diferencia entre el priista y Vázquez Mota y López Obrador –los pone por igual en segundo lugar– es de 18 puntos, le dio otra puñalada a la candidata de su partido al darla por perdida y pedirle que trabaje “para afianza el segundo lugar”). Su postura es la clásica de las ratas que tratar de salvarse de morir ahogadas dejando el barco que se hunde y brincando a otro que se mantiene.

Así las cosas, muchos votos azules, pero también sobre todo de ciudadanos en privilegio, van a sumarse a la causa priista, de tal forma que para mí no hay nada decidido aunque la pelea será hasta el final entre Peña Nieto y López Obrador y el resultado final dependerá de lo que hagan en las restantes cuatro semanas.


Por lo pronto, ayer Manuel Bernal Rivera, coordinador del Movimiento de Izquierda Veracruzana del PRD, anunció que este lunes el Peje estará en Cosoleacaque y San Andrés Tuxtla y el martes en Orizaba, Martínez de la Torre y Tuxpan, y habrá que seguir con atención sus actividades pues es indudable que mantiene su voto duro en el estado y que hace seis años hizo que quedara en primer lugar. De Peña Nieto se sabe que tentativamente estará en el centro y el sur del estado el próximo 17 de junio, penúltimo domingo de campaña, y de Josefina Vázquez Mota no se sabe nada al respecto.

Pero así como al inicio de las campañas al mexiquense se daba como seguro ganador, así también se ha venido dando como seguro próximo senador por primera minoría al panista Fernando Yunes Márquez, y así se le sigue considerando, sin reparar en que la drástica caída de la señora Vázquez Mota y con ella del panismo en la entidad lo puede arrastrar a la baja, mientras que, en sentido inverso, el crecimiento de López Obrador, su efecto, puede arrastrar a la alza y convertir en senadora por primera minoría a la perredista Margarita Guillaumin Romero (inicialmente iba la maestra Roselia Barajas), pues no se duda que José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, ambos priistas, serán los próximos senadores por mayoría, por Veracruz.

Los escenarios, pues, pueden cambiar o están cambiando. Algo que no se duda es que habrá voto diferenciado, que varios candidatos priistas a diputados federales van a perder.


Y en estos nuevos escenarios, ¿cómo le iría o cómo le puede ir al jefe político del estado, al gobernador priista Javier Duarte de Ochoa? Qué paradojas. Si finalmente gana Peña Nieto, su poder político se verá disminuido, por lo menos no tendrá la seguridad de que va a ser mano o va a decidir solo su próximo relevo (¡ya solo estamos a cuatro años de que ello suceda!), pues el mexiquense querrá imponer o ejercer su derecho de veto de no convencerlo alguna propuesta local. Pero sin presidente de la república priista, él sería un hombre fuerte no solo en Veracruz sino en el concierto de gobernadores tricolores del país por la importancia y el peso que tiene nuestro estado. En el aspecto económico, si gana el mexiquense, le puede ir mejor y con él a Veracruz. Si pierde Peña Nieto, si por lo menos perdiera en Veracruz la elección, puede perder pero alegar que ganó, es decir, puede poner como punto de comparación el resultado de hace seis años cuando a una chucha cuerera de la política como lo era y lo es Fidel Herrera Beltrán, entonces gobernador, el PRI se fue hasta el tercer lugar obteniendo apenas arriba de los 700 mil votos llevando como candidato a Roberto Madrazo Pintado. Ahora, el mandatario local puede alcanzar una cifra mayor de sufragios, un millón, un millón 200 mil votos y, cosas de la política, no le pueden alcanzar para la victoria de su candidato y, así, habrá ganado, pero también habrá perdido.

Pero no está nada decidido, no por lo menos hasta que se declaré oficialmente a un candidato presidencial ganador, que todo indica que será o Peña Nieto o López Obrador, o el Peje o el copetudo.

Pero los escenarios están cambiando o pueden cambiar para otros actores políticos del estado. Mañana lo comentaremos.