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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
¿De verdad, el Peje, un peligro?
Arturo Reyes Isidoro
11 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
No soy panista, pero me gustó anoche Josefina; se preparó bien; fue la que mejor aprovechó el último debate oficial, que estuvo más equilibrado; el voto duro no se mueve; la moneda continúa en el aire.
 
Enrique Peña Nieto consideraciones aparte –como por ejemplo, que va a ganar, según él mismo y los responsable de su campaña; o de que todas las encuestas lo ubican el primer lugar–, yo me preguntó que más mal le puede ir al país después de los desastrosos gobiernos panistas de Vicente Fox y de Felipe Calderón, en quienes los mexicanos cifraron sus esperanzas de que con ellos habría un cambio real y resultaron más de lo mismo –o peor–, si por esos vuelcos que da la historia llegara a alzarse con el triunfo el próximo 1 de julio Andrés Manuel López Obrador.
 
De Fox no se pueden olvidar el abuso de poder que hicieron él y su mujer Martha Sahagún, el nepotismo con los hijos de ella, que de modestos jóvenes de clase media hoy son multimillonarios merced a los negocios ilícitos que hicieron al amparo del poder protegidos por su padrastro, así como la impunidad que campeó en su administración y de la que ellos mismos disfrutan. De Calderón, para solo tomar un botón de muestra, habla el panteón de más de 60 mil muertos y la secuela en sus familiares víctimas de una política de seguridad que no se planeó, de la improvisación, de la irresponsabilidad.
 
Digo qué más mal le podría al país con el Peje, no porque se tenga la certeza de que así ocurrirá, sino porque uno de los argumentos de sus enemigos es que sigue representando un riesgo para la estabilidad, un peligro, como lo manejaron hace seis años. Pero no todos piensan así. A mí me llama la atención y me sorprende que un amplio sector de la clase media para abajo, que es mayoría, confía en él y nada la hace cambiar, nada, en su intención de ir a votar por el tabasqueño, y si por alguna razón –todo es posible, la moneda está en el aire– no llegara a triunfar, no me cabe duda que venderán cara su derrota, que harán a que Peña Nieto deje el pellejo en la alambrada.
 
Ayer fue el segundo y último debate oficial, fue una representación más, que tal vez inclinará a los indecisos hacia un lado, pero el voto duro de los candidatos es inamovible. En los 17 días que faltan de campaña, todos echarán el resto (es un decir, porque no se olvida que en el pasado proceso electoral municipal –y aquí lo señalé en “Prosa aprisa” oportunamente– Elizabeth Morales García se quedó con propaganda embodegada –que explicaría en parte también porque perdió en el municipio la elección Javier Duarte de Ochoa– y que ya pasada la elección los domingos la sacaban a repartir o a rifar en festivales en la Plaza Lerdo, cuando ya para qué), o más bien ya lo están echando.
 
Pero volviendo a la posibilidad de que por esos vuelcos de la historia AMLO se encaramara en el poder, no solo de la clase media para abajo no se descalifica al Peje. También hay verdaderos personajes políticos y empresarios que no ven todo negativo en López Obrador e incluso le conceden el beneficio de la duda. Uno de ellos, el ex gobernador Miguel Alemán Velasco.
 
Recupero ahora la declaración que sobre el tabasqueño hizo en una memorable entrevista que se publicó el 6 de diciembre de 2009 en la revista Proceso (“Calderón sin inventiva, sin equipo, sin partido”). Al hablar entonces sobre los presidenciables de la izquierda y al no señalar a ninguno, el reportero Carlos Acosta Córdova le preguntó: “–¿Y Andrés Manuel López Obrador, que ya se autodestapó?”
 
Transcribo la respuesta completa:
 
“–Le voy a decir una locura: si López Obrador fuera presidente, en vez de estar haciendo y diciendo todo lo que hace y dice, lo del petróleo ya estaría caminando, igual que con Lula en Brasil.
 
–Pues sí que sorprende lo que dice. Muchísima gente, los empresarios por delante, le acusan de ser anacrónico, de ser fundamentalista en el discurso y en los hechos; de decir no a todo. Sobre todo en relación con el petróleo, que para él y su movimiento, no se toca ni con el pensamiento. En Brasil, la paraestatal petrolera, Petrobras, cotiza en bolsa, explora y explota con empresas extranjeras y comparte con ellas la renta petrolera. Aquí, primero muertos…
 
–Pues así eran en Brasil. Lula mismo y su gente. Cuando era gobernador de Sao Paulo me tocó verlo allá, en varios viajes que hicimos con Porfirio Muñoz Ledo, y era pecado también allá tocar el petróleo. Pero llegó a la Presidencia y dijo: no, me equivoqué.
 
–¿Cree que López Obrador tendría esa capacidad de cambiar, de ver hacia adelante?
 
–Con un peligro: que podría hacerlo al estilo de Hugo Chávez, en Venezuela. Pero lo que quiero decirle es que si ya vimos lo que hizo la izquierda en España antes, y lo que ha hecho ahora en Brasil… ¿por qué no pensar que también aquí la izquierda puede hacerlo?
 
–La pregunta es, más bien, si realmente hay una izquierda en el país…
 
–La izquierda está cometiendo exactamente el mismo error que cometió el PRI al final de sus 70 años en el poder: sólo buscar clientelas; estar en contra de todo; echarle la culpa a otros, siempre...”.
 
Ahí está la visión de un hombre que sabe de política, que sabe de negocios, triunfador, que tiene una visión global, no aldeana, que se roza con los principales personajes del mundo, influyente en muchos sectores del país, que cobija, que da calor al gobernador Javier Duarte de Ochoa, al que no le asusta el cambio y quien, seguramente, si así llegara a ocurrir, tendría la suficiente inteligencia para aprovecharlo y montarse en él para seguir haciendo negocios.
 
Cosas no tan pequeñas
 
Bien me lo dijeron los Garcimarrero –Benjamín y Alfredo– la tarde del pasado viernes: y eso que escribe “cosas pequeñas”. El comentario fue porque la presentación del libro Cosas pequeñas de Juan Antonio Nemi Dib fue más bien un espectáculo que llenó de bote en bote el Casino Xalapeño. Su llegada y entrada fue bajo los reflectores, bajo una lluvia de flashazos, como si llegara el actor más atractivo y cotizado, la butaquería fue insuficiente, la gente apenas si cabía de pie, la planta baja estaba saturada, el corredor de la planta alta, llena. Ahí estaban Rosario “Charo” Piña ex candidata a alcaldesa de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez diputado local y quien desde finales del año pasado anda en campaña por la presidencia municipal de la capital, el licenciado Gerardo Fernández Carreto, la vocera del gobierno Gina Domínguez Colío, la procuradora de la Defensa de la Familia Adelina Trujillo Landa, Gloria de Morosini, Mónica Mendoza vocera del PRI estatal, Felipe Hákim hoy editor de un portal informativo, por ahí se asomó el poeta, escritor y periodista cultural José Homero, casi me atrevería a señalar que estaba medio Xalapa, personas de todas las condiciones sociales. Yo nada más esperaba que de repente asomara una pancarta que dijera “Vota por Peña Nieto” porque parecía más bien un mitin, con una concurrencia que avergonzaría al mejor acto de campaña de Reynaldo Escobar Pérez, acto que me hizo preguntar si no hubiera sido Nemi un mejor candidato por Xalapa Urbano. En fin.
 
El PAN, en problemas en Coatepec
 
En plena recta final de las campañas, al candidato del PAN a la diputación federal por Coatepec, Everardo Soto, le renunció su coordinadora de prensa Xiomara Oliva Armenta. Según, ella argumenta falta de pago por su trabajo. Al parecer también hay adeudos a proveedores publicitarios. Otro comentario es que el aspirante blanquiazul estaría guardando recursos para comprar votos aunque quede mal con sus operadores. También, que Xiomara se fue porque ya ve venir la derrota y se hizo a un lado antes de que la quieran responsabilizar. Lo cierto es que Everardo trae problemas y, al parecer, serios.