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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
No a la violencia ni a la intolerancia
Arturo Reyes Isidoro
13 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
“Así corrió Peña Nieto de Tepeaca”. Así se leía, ayer, el título de un video en el portal del diario Reforma (el video estaba en otros portales, pero sin título) que muestra imágenes de cómo un grupo de jóvenes impide el paso de la camioneta en que viajaba el candidato Enrique Peña Nieto cuando se dirigía a una entrevista en un medio local de Tepeaca, Puebla, la que agreden físicamente. Las imágenes muestran cómo los jóvenes corren, primero, tras el convoy, que trató de evadirlos, y, luego, cómo arremeten contra el vehículo del mexiquense donde desde adentro el priista los saluda incluso, pero los golpes con las manos y otros objetos se repiten lo mismo en el cofre que en las puertas y en las ventanas de la camioneta (si no hubiera estado blindada le habrían quebrado los cristales), al tiempo que colocan cartulinas en contra del aspirante presidencial, a quien insultan a gritos. Según las notas informativas, ya en un mitin que encabezó más tarde llamó a sus simpatizantes a guardar la calma, a no caer en provocaciones y hostigamientos, lo que tiene que reconocérsele, pues no se puede crear un clima de confrontación que a nadie beneficia.
 
Lo ocurrido ayer es un signo preocupante que en nada ayuda a la democracia y que enturbia un proceso electoral que, con todos y sus dimes y diretes propios de una campaña electoral de la magnitud de la que ahora tiene lugar, ha transcurrido hasta ahora sin mayores incidentes y por eso el uso de la violencia merece la reprobación total pues no es así como se debe resolver una disputa por la preferencia ciudadana sino en una lid de confrontación de ideas (cuando las haya), de propuestas, que sean las que induzcan el voto hacia quien convenza o más convenza.
 
Pero aparte del signo de la violencia que la agresión de ayer representa, también muestra otro, el de la intolerancia, lo que no se puede aceptar pues precisamente la estabilidad del país radica en el respeto a las más diversas manifestaciones y una cosa es que alguien no esté de acuerdo con otro y otra que trate de impedirle que realice sus actividades, a las que el señor Peña Nieto tiene todo derecho como lo tienen los demás candidatos presidenciales.
 
Todos debemos dejar, permitir, que quienes buscan nuestro voto hagan sus campañas y expongan sus propuestas libremente, y nuestra aceptación o no de tal o cuál aspirante debemos expresarla pero civilizadamente, en forma madura, razonada, el día de la votación en las urnas. La violencia y la intolerancia son la negación de la democracia, a la que todos aspiramos, y la democracia es el triunfo electoral de la mayoría sobre una minoría, así sea por la diferencia de un voto, y por eso digo que son preocupantes estos signos sobre todo cuando a medida que se acerca el final la contienda se cierra, la distancia porcentual entre el puntero y su más cercano competidor se acorta y podemos llegar hasta a un conflicto poselectoral si privan la cerrazón y falta de entendimiento a lo que los ciudadanos expresen el 1 de julio.
 
En su momento, reprobé la agresión de que fueron objetos algunos manifestantes en contra de Peña Nieto en un acto en Córdoba. Ahora repruebo también la agresión de que ha sido objeto el señor Peña Nieto, que no es la primera por cierto. Una cosa son las protestas en su contra y otra la agresión, la violencia, el deseo de coartar su libertad. Definitiva y contundentemente, no a la violencia y a la intolerancia.
 
Y digo que es preocupante este asomo de violencia porque no cabe duda que la distancia se acorta entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, pero si a éste no le diera el tiempo que falta para alcanzar al puntero y para ganarle, tendría que darse el mejor escenario para aceptar el resultado, y al revés, si el priista perdiera, lo deseable es que lo acepte como lo hicieron el presidente Zedillo y el candidato Francisco Labastida Ochoa hace 12 años y como lo hizo Roberto Madrazo Pintado hace seis. Ayer, dos encuestadoras de gran prestigio colocan al mexiquense en la punta, aunque ya no tan distante del tabasqueño, pero sí todavía con una ventaja que podría hacer la diferencia. Por un lado, Consulta Mitofsky, de Roy Campos, da 37.2% al priista en las preferencias electorales, contra 25.1 de AMLO, ya a solo 12 puntos, mientras que en las preferencia efectivas las cifras son 43.8 contra 29.6, o sea con una diferencia de 13 puntos. Por el otro, Berumen y Asociados da una distancia de solo 6.1% puntos porcentuales. Ambas encuestas fueron levantadas antes del segundo debate, pero la que da menor ventaja fue solicitada por el Observatorio Universitario Electoral y el Frente Ciudadano en Defensa del Sufragio Efectivo y Libre integrada por académicos e investigadores que gozan de un gran prestigio.
 
Ahí está el nuevo escenario previo al último debate y todos, en especial quienes comentamos la vida pública diaria y en menor o en mayor medida hacemos opinión, debemos contribuir a un cambio de poderes en paz social.
 
En este último tramo no puede dejar de considerarse el papel preponderante que juega Veracruz, donde Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador tratarán de asegurar su victoria, para lo cual los dos primeros tienen programadas actividades este fin de semana, ella incluso por tres días, lo que refleja la importancia que le da a la entidad. Salvo el incidente en Córdoba contra unos manifestantes, los candidatos han realizado sus actividades con toda libertad –hasta ahora no se han quejado de algún bloqueo o de intento de bloqueo por parte de las autoridades estatales– y es de desearse –y de reconocerse– que el gobierno de Javier Duarte de Ochoa mantenga su respeto a todas las manifestaciones como lo ha hecho hasta ahora, lo que habla bien de él.
 
En el caso de Peña Nieto, los dirigentes priistas están consciente del tamaño del reto y de la responsabilidad que tienen enfrente y por eso ayer por la mañana viajaron hacia el sur Erick Lagos Hernández, presidente del Comité Directivo Estatal, y Jorge Carvallo Delfín, coordinador de la campaña del candidato priista en el estado, a quienes acompañó un viejo priista y un operador efectivo, experto, Gonzalo Morgado Huesca, hoy secretario de Finanzas del CDE, quienes fueron a poner a punto al priismo de aquella zona, a la que ya se había adelantado el maestro Carlos Brito Gómez, responsable de Procesos Internos del comité estatal y ex alcalde de Coatzacoalcos, lugar donde tendrá una gran concentración para tratar de neutralizar y combatir al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, que es donde tiene su mayor fuerza en el estado. Por su parte, la panista Josefina Vázquez Mota estará en las tres zonas, así que ahora luego del debate del domingo se vienen a continuar dándose en territorio veracruzano.