icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
Juguetes por herramientas
Jorge Arturo Rodríguez
14 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
Cuando pienso en mi niñez, hace ayer casi medio siglo, no puedo dejar de recordar en mil y una mañanas y atardeceres –y a veces también noches si se descuidaban nuestros padres- en las que… Pero para qué aburrirlos, mis fans lectoras y lectores, este no es el espacio ni el momento adecuados para tales anécdotas.

En todo caso, déjenme decirles, con Pablo Neruda, que en mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir, porque el niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.

Intento entonces no olvidar al niño que soy –¿a poco?- y… Pero, la verdad, en muchas ocasiones dejo de lado lo que soy y fui, y pienso en la niñez de hoy, y es cuando me doy cuenta que la niñez es a veces un paraíso perdido, pero otras, es un infierno de mierda, dijera Mario Benedetti.


Porque bien dijo Juan Somavía, Director General de la Oficina Internacional del Trabajo, hace un año, en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil que anualmente se celebra –¿celebrar?- el 12 de junio, que es difícil la situación de los 115 millones de niños que realizan trabajos peligrosos –más de la mitad de los 215 millones de niños trabajadores que se calcula que hay en el mundo.

Mencionó que “estos menores, una “mayoría silenciosa”, están expuestos a productos químicos tóxicos, a temperaturas extremas, a tareas repetitivas y embrutecedoras, al aislamiento y a la denigración. Se está destruyendo sus vidas”.

¿Y qué pasa en México? Pos según que en nuestro país al menos 600 mil niños trabajan en condiciones peligrosas, de un total de 3 millones de menores de 18 años de edad que laboran. Incluso, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) llamó al gobierno mexicano a endurecer las leyes laborales para impedir que niños desempeñen trabajos en los que ponen en riesgo la vida. Y Thomas Wissing, director adjunto de la Oficina de Países de la OIT para México y Cuba, aseguró que el endurecimiento de las leyes debe ser una de muchas acciones para reducir el número de niños que trabajan, así como la importancia de generar más empleos y mejores salarios para los papás, a fin de que sus hijos se dediquen a estudiar. La OIT precisó que en muchos países el trabajo infantil es principalmente un problema agrícola. (El Universal/9 de abril/2012).


Ahí ‘ta el asunto, pues. Dicen que los hijos de jornaleros agrícolas muchas veces se ven orillados a cambiar los juguetes por herramientas para sembrar y cosechar la tierra, además no siempre cuentan con acceso a servicios básicos, lo que provoca impactos negativos en su nutrición, salud, desarrollo, educación y perspectivas. De acuerdo con datos de la CNDH, hay al menos 1.2 millones de niños que trabajan en los campos del país. (El Universal/25 de abril/2012).

¿Sabrán o se acordarán de esto nuestros candidatos? O seguiremos nomás con promesas y promesas…

De cinismo y anexas


Dice Eduardo Galeano, en Patas arriba, que “no se sabe si en Navidad se celebra el nacimiento de Jesús o de Mercurio, dios del comercio, pero seguramente es Mercurio quien se ocupa de bautizar los días de la compra obligatoria: Día del Niño, Día del Padre, Día de la Madre, Día del Abuelo, Día de los Enamorados, Día del Amigo, Día de la Secretaria, Día del Policía, Día de la Enfermera. Cada vez hay más Días de Alguien en el calendario comercial.

“Al paso que vamos, pronto tendremos días que rendirán homenaje al Canalla Desconocido, al Corrupto Anónimo y al Trabajador Sobreviviente”.
Ahí se ven.

Hasta la próxima

[email protected]