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Columnas y artículos de opinión
Zeitgeist
Autoritarismo, Democracia, pobreza y desinformación: ¿Cuál es el verdadero peligro para México?
Armando Chama Tlaxcalteco
19 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
Luego del debate del pasado 10 de junio entre los presidenciables, se suscitó una avalancha de pronunciamientos en contra de lo que se acerca más a una izquierda, este caso Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que las cuentas relativas al programa de austeridad al interior que éste implementaría de llegar a Los Pinos no “cuadran”. Por un lado AMLO menciona que al eliminar la burocracia ineficiente y la reducción de salarios de altos funcionarios, habría un ahorro de trescientos mil millones de pesos, con lo cual se evitaría un desembolso de las arcas públicas, y con ello financiar programas para incentivar la actividad económica en su conjunto.

Es bastante probable que estas proyecciones pudieran estar erradas, sin embargo, lo verdaderamente preocupante, no es, en un primer momento, el monto del recurso, sino el argumento insulso y sinvergüenza del gobierno de Calderón que dice: “aún sí se despidieran a todos los directores de área y hasta el presidente de la república, aun así solo se ahorrarían veinte mil millones de pesos, y que además no basta con la voluntad y la buena fe, pues lo que verdaderamente hay que cuidar son los <<número grandes>>”. Cuando dicen “números grandes” se refieren a la famosa “estabilidad macroeconómica”.

Pero a ver, comencemos por desmarañar esta desafortunada declaración. Primero, “ojo” con lo que se nos dice pues “el pez por la boca muere”; de entrada lo que Calderón dice es que “ay nomás el gasto corriente de los mandos medios y altos del gobierno es de veinte mil millones”. Ahora yo me pregunto ¿lo dijo porque todavía se le hace poco lo que le “maman” al presupuesto, o lo dijo porque al muy botarate le ganó la “calentura” y quiso salir al paso para darle una “raspada” a López Obrador?.


Lo increíblemente curioso es que nos está diciendo que “ay nomás se gasta una friolera en los sueldos” y aun así hay gente que le compra la idea de que en México se puede “vivir mejor”, y si, efectivamente se puede vivir mejor, pero ellos son los que lo pueden hacer, los funcionarios panistas que se dedican a vivir a costa de los ciudadanos.

Segundo, es obvio que no basta con ser “populista y voluntarioso” como mencionó Quadri de la Torre, y que no basta con “voluntad y buena fe” como dijo el secretario Meade, en eso estoy absolutamente de acuerdo, si solo fuera con buenos deseos que pudiéramos estar mejor como sociedad y como país, entonces no haría falta la estructura organizacional y operativa del Estado, pero para eso están ellos, para servir a los intereses del pueblo y no para servirse de él.

Dice Meade que hay que fijarse en los “números grandes”, es decir amigo lector, lo que los economistas llaman “macroeconomía”, que para efectos de simplicidad se refiere a equilibrio entre exportaciones e importaciones, un nivel de precios estable (baja inflación), fomentar el crecimiento económico e incentivar un nivel importante de empleo, todo ello acompañado de tipos de interés atractivos para los capitales financieros.


Entonces, también hay que decir en honor a la verdad y en referencia a esos “números grandes” que, desde hace mucho no existe equilibrio entre importaciones y exportaciones, es más, ya hasta importamos maíz; la inflación se mantiene estable entre el 4 y el 5 por ciento, y aun así los salarios no alcanzan siquiera para tener una alimentación decorosa; en cuanto al crecimiento económico estamos peor, México crece entre 0.5 y 1 por ciento al año, apenas por encima del crecimiento de la población. El desempleo se mantiene alrededor del 5 por ciento, lo que significa que por lo menos hay 5 millones de mexicanos buscando trabajo sin éxito. Y finalmente, las altas tasas de interés que hace a México un país atractivo para el capital especulativo que, finalmente, inhibe la inversión productiva.

Todo lo anterior por la parte oficial, y por si eso no fuera poco, Josefina Vázquez Mota, con su característica debilidad política (y a juzgar por lo que se ve, también física) dijo que “con los gobiernos del PAN se ha logrado la estabilidad, que las crisis económicas son cosa del pasado”. ¿En qué mundo alterno viven estos panistas de estiércol?; una de dos, o ya se hicieron millonarios gracias al negocio de la política, o el delirio derivado de la anorexia y la bulimia la hace “malviajarse”.

Al propósito, no es ocioso decir que, eso de los “malviajes” es un fenómeno de preferencia bastante socorrida entre los panistas, y si no cree, “ay tienen” al otrora secretario de gobernación Fernando Gómez Mont que “se la pasaba enchurrado” y presumiendo de bravucón ante la inseguridad en el país; el escándalo de Calderón y su aparente predilección por el alcohol hecho por el cual Carmen Aristegui fue despedida de MVS por poner el asunto sobre la mesa; y más recientemente, el resentido Manuel Espino al que detuvieron en estado de ebriedad en el DF y que fue remitido al “torito”; y ahora los trances de Josefina con tal de cuidar la figura.


Tal vez por tanto desfiguro azul es que AMLO ha rebasado a Vázquez Mota, y gracias a ello hoy podemos ver anuncios de televisión en los que hacen ver al tabasqueño como el intolerante, como el posible dictador, diciendo que éste es un peligro para México, y como no va a ser un peligro si lo que pretende realizar, aparentemente, es acabar con el esquema de canonjías, prebendas y toda clase de prerrogativas.

Critican su crítica a las instituciones, sin embargo el Estado mismo se encargó de debilitarlas al renunciar a su responsabilidad de promover la transparencia, la no corrupción, la competencia en la economía. Así, hoy asistimos a la fase histórica en la que los monopolios han remplazado el tutelaje económico y político del Estado, además de que, “el mercado” <<per sé>> no garantizó una adecuada asignación de un estado de bienestar general.

En estos “spots” se le pregunta a los ciudadanos “¿es ésta la democracia que quieres?”, haciendo alusión a AMLO. Y entonces, ahora yo personalmente propongo el siguiente planteamiento:


Por un lado, sí la “democracia” que eventualmente pudiera asumir el poder resulta más un régimen autoritario en el que existen: oportunidades de empleo para todos, un adecuado servicio de salud, acceso a programas de educación pública de calidad y de vivienda decorosa, y en general, un alto y progresivo nivel de crecimiento económico, con la consecuente limitación de las “libertades políticas”; y por otro lado, el “autoritarismo” que tenemos hoy al que le llaman “democracia” en el que tenemos escasez en todos los aspectos mencionados y en el que según dicen existen “libertades políticas”, entonces, a todas luces sería deseable un régimen autoritario; y que conste que el mote “autoritario” no lo digo a título personal, ese es el adjetivo que el PAN le ha puesto al movimiento de las izquierdas.

Convendría preguntarle a todos los panistas, sí la democracia que pretendieron imponer la copiaron del modelo chileno con Pinochet, por cierto, una democracia bastante alejada de la filosofía liberal, monstruosa combinación de sistema político autoritario que limitaba las libertades individuales, pero permitía un sistema económico de libre mercado. Insultante contradicción. Desafortunadamente ese doble discurso, ese doblez entre teoría y praxis termina confundiendo al grueso de la población.

En ese empeño por confundir a la sociedad, existe también los “mandaderos del sistema”, las personas que aprovechando el uso de un micrófono o una cámara hacen el trabajo sucio del Estado. Digo esto porque el pasado martes 12 de junio, escuchando por accidente a Pedro Ferriz de Con, éste comentó, palabras más palabras menos, lo siguiente:


<<”Sí existe un programa de austeridad al interior del gobierno, (haciendo alusión a la propuesta de López Obrador) los burócratas se harán ineficientes, por lo que será preferible pagarles más y también más a los maestros, pues solo de esa manera el gobierno y la educación estarán incentivados a hacer mejor su trabajo”>>. Y aquí viene lo verdaderamente preocupante amigo lector, porque personalmente creo que faltó a su propia ética como periodista y se mostró como el ruin y sinvergüenza que es. Una vez hecha la propuesta de austeridad de López Obrador llamó a éste, y cito literal, <<”eres un pendejo, ya no digas pendejadas”>>.

Pues que crees Pedro Ferriz, el “Pendejo” eres tú, de entrada porque se nota que no has tenido jamás la necesidad de ir a pararte a una oficina de gobierno a realizar un trámite; la burocracia no se “va a hacer ineficiente”, la burocracia en México es históricamente ineficiente, eso con respecto a la burocracia, y respecto a la educación, ojalá este pseudoperiodista pudiera hacer el ejercicio de tomar a un niño al azar, de alguna escuela pública, y no de una escuela como a las que habrá mandado a sus hijos, y vería que existen niños de tercer y cuarto grado de primaria que difícilmente saben leer y multiplicar bien.

¿Cuánto te pagaron Pedro Ferriz? ¿Te pagaron con acciones del grupo de radio y televisión para el que trabajas? ¿Con un bono o un puesto en el gobierno? ¿O con seguir conduciendo el teletón todos los diciembres que le restan a tu miserable vida? Eres un lacayo, un vulgar limosnero.


Finalmente y como un ejercicio de crítica propositiva considero que es saludable decir que, el modelo no es malo por lo que contiene sino por lo que le falta; la política económica tiene o debería tener un compromiso con la realidad que desafortunadamente no tiene la economía como ciencia, al modelo le falta el poder compensador del Estado y la política económica que le sirve le sobra dogmatismo. Confiar que el mercado lo resolverá todo es la renuncia irrevocable por parte del Estado a las responsabilidades que le dan vida, misión y visión.

El gobierno al descansar en el automatismo del mercado y en sus supuestas virtudes, adoptó la cómoda posición de renunciar a su mayor responsabilidad: la de gobernar. Sin contenido moral, las políticas de Estado no han de resultar eficientes en la medida en que no procuren la búsqueda del equilibrio social que es propio de las democracias. El dualismo social que representa la concentración de la riqueza en unas cuantas manos y el incremento en el número de personas que viven en condiciones de pobreza, causa un divorcio entre la moral y la economía.

Quien no dispone de medios para acceder a una vida digna no es libre, se encuentra en una situación injusta, y lo que es injusto no es moral, es inmoral; ese es el verdadero peligro para México.