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Columnas y artículos de opinión
Espacio Ciudadano
Por un nuevo amanecer
Jorge E. Lara de la Fraga
21 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
“Habrá que salir del oscurantismo y transitar con decisión hacia una democracia real y participativa…”

Hablé con un hombre reflexivo, serio y tranquilo, amigo mío, el cual asimila con sabiduría los acontecimientos actuales del proceso político – electoral presidencial. Estuvo atento al debate último y entiende el manejo capcioso y sesgado de las “encuestadoras autorizadas”. Me indicó que tome con ponderación y calma las cosas, que tenga confianza en el pueblo, pues los renovados aires que recorren la República no podrán ser sofocados por los personeros del vetusto régimen. En medio de la tragedia nacional que nos rodea, con violencia generalizada (60,000 muertos) y con crisis económica en los bolsillos de 50 millones de connacionales, hay en estos lapsos primaverales y veraniegos una luz de esperanza.

Múltiples paisanos observan y experimentan impulsos optimistas y de superación. Admiten que, más allá de los resultados de las votaciones de este 2012, se palpa la posibilidad de una transformación integral de la Nación. Prevalece en las mayorías el hartazgo ante tanta corrupción, impunidad y enriquecimiento insultante de las minorías cínicas. Si existiera una duda al respecto, recomendaría a los abúlicos, a los indecisos y a los endebles de espíritu, a que escuchen los clamores, vítores, prédicas y reclamos de esos grupos populares que se expresan en las calles y que demandan justicia, respeto a los derechos humanos, información fidedigna y un genuino cambio de rumbo institucional de nuestro sufrido México. Aprovecho las circunstancias para expresarles a los escépticos y desconfiados que por favor se informen concienzudamente, que reencaucen críticamente sus acciones y no favorezcan la difusión perversa de habladurías e infamias. O transitamos hacia un porvenir distinto o nos dejamos manipular para seguir padeciendo la misma pesadilla.


Por lo que respecta a un servidor no quiero imposibles, para nada supongo que llegará “un iluminado” que resuelva todo lo negativo como por arte de magia. Me arriesgo con sustento para otorgarle mi sufragio, mi confianza, a un hombre que ha reiterado no superar la violencia con la violencia y que para nada será tapadera de esos tránsfugas que han sumido a la Patria en el pantano de la ignominia y de la desesperación. Andrés Manuel López Obrador – estoy seguro – no será el gobernante que nos llevará a una lucha fratricida ni tampoco actuará como el cómplice de los defraudadores y de los narcotraficantes. Es más, él ha enfatizado que los problemas del país habrá que superarlos enfocando la atención en las causas. Será con inversión, con educación, con actividad en la ciudad y en el campo, con equilibrio ecológico, con reactivación industrial, con el uso sustentable de nuestras fortalezas energéticas, con investigación diversificada y con desarrollo comunitario, como logrará ese visionario que muchos compatriotas se adicionen a la construcción de una nueva República y evadan las salidas falsas.

Habrá que entenderse que votando con sentido común, conociendo de manera precisa las plataformas políticas de los abanderados, reflexionando sobre la calidad ética de los mismos, analizando sus propuestas y no permaneciendo al margen de estos comicios que se avecinan, es como salvaremos al país. Ilógico, torpe y anti ciudadano sería que prevaleciera a final de cuentas el abominable abstencionismo. Les exhorto a los lectores, a mis colegas, familiares, vecinos y conocidos, a que sufraguen responsablemente el próximo primero de julio y que lo hagan de manera autónoma.

La nueva generación de jóvenes no está equivocada: “… se necesita un cambio de rumbo apoyado en la participación de gente de buena fe, que vive como piensa, que entiende que el principal problema de nuestro país es la desigualdad social, misma que no sólo destruye el tejido social, favoreciendo la inseguridad, sino que también frena el crecimiento económico, la posibilidad de generar empleos y, en consecuencia, la esperanza por un mundo mejor…”