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Columnas y artículos de opinión
Las bordadoras de Chiconamel
Guillermo H. Zúñiga Martínez
23 de junio de 2012
alcalorpolitico.com
Muchas veces es sencillo hablar y aportar ideas, pero más importante es tener la capacidad para convertir en realidad el pensamiento. Cuántas veces hemos escuchado que es necesario organizar al pueblo para vincularlo directamente con los procesos mercantiles, para que alcance su bienestar. Cuando constatamos lo que sucede en el seno de las familias, surge la preocupación sobre las mejores formas de culturizar y acercar la técnica a quienes carecen de las herramientas básicas para emprender actividades de carácter económico.

Hace tres años tuve el privilegio de visitar Chiconamel. Al estar allí conviviendo con sus habitantes, admiré la creatividad artística de las pobladoras que, en número de noventa, tuvieron la gentileza de escucharme sobre un tema en el cual sigo insistiendo: la necesidad de que el pueblo se prepare para que, en un proceso de autogestión, consiga dar origen a escuelas de nivel medio superior y algunas licenciaturas que le permitan transfigurar su existencia.

En aquella ocasión me nació la idea de ofrecerles ser intermediario ante algunos empresarios notables para que sus productos, además de ser conocidos con mayor amplitud, se pudieran vender, lo cual propiciaría alcanzar un ingreso para ellas, que son tan ricas en imaginación y en actividades de bordado. En consecuencia, solicité audiencia con mi amigo Antonio Chedraui Obeso, a quien expuse la idea y en forma muy generosa le habló a su hijo Antonio y le pidió me escuchara. Hablé con él y, cuando me preguntó si las bordadoras tenían alguna empresa y manejaban código de barras, le agradecí su gentileza pues me di cuenta de que no era factible realizar negociación alguna porque, efectivamente, para comercializar se precisa cumplir con ciertos requisitos hacendarios y con alguna organización industrial, en otras palabras, crear una pequeña empresa y tecnificar la venta de los productos.


El pasado jueves regresé a ese municipio huasteco y volví a reunirme con setenta bordadoras; nuevamente me fasciné con sus trabajos. Platiqué con ellas ampliamente sobre la necesidad de que sus prendas no tan sólo fueran expuestas cada día de tianguis; en primer lugar se les ofreció, en nombre del Gobernador del Estado, Dr. Javier Duarte de Ochoa, la posibilidad de tramitar los permisos necesarios para que sus productos se muestren en la ciudad de Xalapa y posteriormente en Córdoba y Coatzacoalcos . A las señoras que son líderes de los barrios Tlalzintla, Arriba, El Pozo, La Cruz, Abajo, Teoloco, Tlachiquel y Matamoros, de la cabecera municipal, les pareció extraordinario el poder viajar hasta la ciudad capital y exhibir la belleza de sus bordados, lo que seguramente vamos a hacer pero, además, les planteé con mucha sencillez la necesidad de que accedieran a organizarse en una corporación que llegaran a formalizar para que les sirviera de arranque en la comercialización de sus productos, lo cual también les pareció espléndido y de paso les dije que la vez anterior no pudimos hacer nada por la ausencia de código de barras.

Planteado así el problema, qué es lo que se necesita hacer, qué debemos emprender, qué acciones tenemos que desarrollar para alcanzar ese fin; lo más lógico fue hablar con el señor Director Solidario de la Licenciatura de Administración de Empresas de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, maestro Mateo Mendoza Viveros, para pedirle tuviera la generosidad de hablar con los alumnos de octavo cuatrimestre para que, una comisión de ellos, viajara a aquel municipio serrano, tuviera el primer encuentro con las líderes de los Barrios, se pusieran a trabajar y con base en sus conocimientos colaboraran para crear una empresa rural que permita a las artistas oriundas de ese lugar producir más, con la certeza de que se expendan esos productos en diversos nichos comerciales.

Esta idea también se va a realizar en San Miguel Aguasuelos, Municipio de Naolinco, y en aquellos pueblos que la Universidad Popular Autónoma de Veracruz está reconociendo como creativos por la riqueza de sus contribuciones a la cultura popular.


Es necesario trabajar en este sentido para calcular el tiempo que nos va a exigir crear una empresa con bases firmes para que sirva como catapulta no tan sólo a Chiconamel, sino a otras sociedades que destacan por las actividades artísticas tradicionales que realizan.

Creo que acierta el candidato de la Coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, cuando se compromete con su firma y su acción a apoyar a las agrupaciones rurales en las actividades agropecuarias pero también culturales, no tan sólo del pueblo de Veracruz, sino de México, lo que me parece sumamente atractivo porque es la piedra de toque imprescindible para impartir justicia entre los indigentes.

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