Con una ciudadanía más avispada, crítica, que a fuerza de promesas y engaños ha visto como ninguna de las fórmulas que han ocupado el poder ha servido para remediar los males más recurrentes como es la miseria, el desempleo y la violencia, termina una larguísima jornada de bombardeo publicitario -insultante por los miles de millones de pesos que los partidos han gastado para alcanzar el poder en medio de tanta pobreza- con dos resultados: el voto bien definido y una intención de sufragar nunca antes vista.

 

El fin de semana y estos dos días todavía, han sido de cierres, de últimos esfuerzos de los candidatos por granjearse la buena voluntad del electorado para ser ungidos en el poder el próximo domingo primero de julio.

 

Del miércoles en adelante veremos cómo se incrementa, por debajo del agua, la intención de los partidos y sus candidatos por comprar el voto. Operadores electorales, que no son otra cosa que facinerosos habilitados con fuertes sumas de dinero, repasarán nuevamente sus “estructuras” surtiéndolas de recursos para amarrar los votos, queriendo reeditar los arcaicos mecanismos que, estamos seguros, ya no les serán tan rentables como antes.

 

En esta temporada de campañas, el ciudadano se ha dejado querer, ha recibido cuanto regalo le han llevado (es especie y de cash) sabiendo que el dinero invertido en ellos es suyo, sacado de sus impuestos. Y a fuerza de presenciar el duelo de encuestas manipuladoras que se desató en la jornada, de descalificaciones personales que hicieron los candidatos en sus campañas, de auténticos baños de excremento, frivolidades y tonterías, ha aguzado los sentidos y se ha despertado en él un deseo de participación llevando en mente el nombre de los candidatos por los que va a votar convencido, ahora sí, de que cuenta con toda la libertad para hacerlo.

 

Sin duda en las elecciones federales del próximo domingo habrá voto de castigo y voto diferenciado, porque la misma lucha por el poder que han protagonizado los partidos políticos y sus candidatos ha permitido tomar conciencia de la realidad, de lo que es la lucha por el poder y los excesos en que caen los políticos con tal de conseguirlo, excesos que incluyen tratar al ciudadano como retrasado mental y ya verán que no lo es.

 

¿Qué quienes serán los candidatos que ganarán la elección en Veracruz?. Sería demasiado aventurado hacer listas anticipando triunfos. El PRI si tiene amarradas las dos senadurías de sus candidatos porque tanto José Yunes Zorrilla como Héctor Yunes Landa han venido trabajando, desde hace mucho tiempo, en la conquista del voto, además de que se trata de políticos con solvencia moral y buenos antecedentes (rara avis), pero pensamos que no habrán podido generar la suficiente inercia para hacer ganar a todos los candidatos a diputados federales como tampoco para sumar más de un millón de votos a favor de Enrique Peña Nieto.

 

En fin, el día en que se levantará la única encuesta cien por ciento real está muy cerca, a seis días de distancia.

 

Mientras hay que empezar a disfrutar, la víspera, del cese al fuego, del fin de las tortuosas campañas y prepararnos para ver cómo amanecemos el próximo lunes, eso sí, quien gane la presidencia esperemos que lo haga con cuando menos seis puntos de diferencia con lo que nulificará el conflicto poselectoral. Eso es lo mejor que nos puede pasar.

 

No cabe duda que el sector educativo de Veracruz sigue dando buenas noticias y no es para menos, ya que este sábado 24 y domingo 25 de junio, se aplicaron 45 mil 350 evaluaciones de ingreso al Programa Nacional de Carrera Magisterial, mismas que dan fe de que los maestros veracruzanos están comprometidos seriamente con los procesos de evaluación para cumplir con la responsabilidad de elevar la calidad de la educación en la entidad.

 

Recordemos tan sólo que Veracruz incorpora y promueve cada año a un significativo número de docentes del nivel básico, de ahí que no es de extrañarse que ocupe el segundo lugar a nivel nacional en el número de maestros beneficiados al contar con 38 mil 508 integrados a ese Programa de carácter nacional.

 

Todo ello también refleja la cultura de la evaluación que ha permeado entre los maestros desde la aplicación del primer examen para ingresar a dicho programa hace diez años y que ha permitido promover la actualización, capacitación y profesionalización magisterial en aras de ofrecer servicios educativos de calidad.

 

En esta jornada de evaluación que se aplicó en 32 sedes a lo largo y ancho de la entidad; y que coordino personal de la secretaria de Educación de Veracruz, participaron maestros, directivos, así como Asesores Técnico-Pedagógicos de preescolar, primaria y secundaria, quienes sin duda alguna se dieron la oportunidad no sólo de evaluar su preparación y desempeño en el aula.

 

Un reconocimiento aparte merece el gobernador Javier Duarte de Ochoa pues desde que inició su administración se ha preocupado porque los maestros y estudiantes tengan escuelas dignas; el sector magisterial cuenta con espacios suficientes para prepararse y, en consecuencia, preparar mejor a sus alumnos. Ese era el reto y se ha cumplido eficientemente.

 

El presidente Felipe Calderón Hinojosa y Josefina Vázquez Mota tienen muchas coincidencias, pero la principal es que el próximo domingo sufrirán una dolorosa derrota cuando los mexicanos no voten por las propuestas que desde el Partido Acción Nacional han hecho al país.

 

Si bien es cierto que Josefina hizo su mejor esfuerzo, no le alcanzó porque desde el principio eludió la responsabilidad de la organización de su campaña dejándola en manos de quienes la llevaron a cometer disparate tras disparate y la sumieron en el tercer donde seguramente quedará el próximo domingo.

 

Con Felipe sucede algo similar, cuando está a punto de dejar la Presidencia de la República, sus operadores le acaban de fallar y presentaron a los medios de comunicación a un joven delincuente como el hijo de “el chapo” Joaquín Guzmán, cuando no lo es.

 

El ridículo fue internacional y desde Estados Unidos tuvieron que decirle al Presi que le bajara, pues el muchacho que detuvieron no tiene la menor relación con “el chapo” ni con su organización delictiva. De pena ajena diría la chamacada.

 

Ya elaboró usted su escenario de posibles cambios de funcionarios que se producirán apenas pase la elección del domingo?... Lo que pasa es que sin duda el gobernador Javier Duarte de Ochoa tendrá que hacerlos pase lo que pase.

 

Si gana Enrique Peña Nieto y Veracruz cumple con su compromiso de aportar millón y medio de votos a la causa peñista, hay que ir pensando en que Javier Duarte de Ochoa será considerado como miembro del gabinete presidencial, por lo cual tendrá que hacer los ajustes del caso para dejar a quienes considere necesario para el trámite de la sustitución, en este escenario hay que anotar al presidente del CDE del PRI, Erick Lagos Hernández (artífice del triunfo), al secretario de Educación Adolfo Mota, al actual alcalde de Tuxpan, Alberto Silva y al de Boca del Río Salvador Manzur Díaz. Cualquiera de los cuatro están en el ánimo del gober y por lo tanto derecho a juego en las grandes ligas.

 

Pero si el escenario es de un triunfo peñista con una baja votación en Veracruz, y ni que pensar en una tercera derrota, los relevos por ineficiencias vendrían de inmediato en el partido, en la secretaría de Desarrollo Regional (Marcelo Montiel Montiel) y con todos los funcionarios que tuvieron encomiendas específicas para promover el voto a favor de Enrique Peña, un despeñadero de ineficientes y charlatanes que habrá que ver.

 

Y si Peña no gana la elección para que les cuento. El gobernador Javier Duarte tendrá que cerrar filas, compactar mejor su equipo de trabajo, deshacerse de los lastres y a remar para ganar la confianza del nuevo titular de Los Pinos y así salir adelante.

 

El peor escenario que el PRI veracruzano tiene al frente es que gane su compañero de partido Enrique Peña y en la entidad pierda. ¡Putt…! Ni pensarlo.

 

Para tratar de desmenuzar esto la semana que viene nos vemos.

 

Qué diferencia en los mensajes de los candidatos a la Presidencia de la República. Mientras Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota reflejan desesperación porque al parecer no pudieron levantar su campaña y atacan sin fundamento alguno a Enrique Peña Nieto, el priista que permaneció como puntero en las encuestas desde que inició sus recorridos por el país, propone y dice cómo mejorará la vida de los mexicanos, y de los veracruzanos en particular.

 

Ahora que el ex mandatario del Estado de México cerró campaña en la Macroplaza de Veracruz. Expresó ahí que los mexicanos merecen una mayor calidad de vida, con oportunidades plenas de desarrollo sostenido. Se trata, dijo ante más de cien mil veracruzanos de diferentes municipios que le acompañaron en su último evento como candidato –al menos en la entidad- de garantizar un país con rumbo, con seguridad, paz y una economía estable que genere los empleos que requieren los mexicanos.

 

Como lo ha reiterado en sus últimos días de campaña, Peña Nieto llamó a la unidad de los mexicanos; a no caer en las provocaciones ni en las diatribas. Y es que es evidente que el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, se adelante y le apuesta a la desestabilización y mandó a sus seguidores a provocar para hacerse víctimas.

 

Pero en el PRI (pura chucha cuerera) la estrategia fue detectada a tiempo y no han caído en las descalificaciones ni provocaciones. A esa unidad es justamente a la que convoca Peña Nieto; a la que supera escollos, la que sana heridas y la que busca el bien común de todos los mexicanos.

 

Aguas, si el movimiento estudiantil “#Yo soy 132” se organiza bien y cumple con el objetivo de observar la elección con lupa, cazando mapaches, la cosa se va a poner color de hormiga para los candidatos tramposos y corruptos.