En la jornada cívica dominical de este 1 de julio de 2012, millones de mexicanos han sufragado para elegir a un Presidente de la República que comandará las instituciones del gobierno federal que, con políticas públicas emanadas con las propuestas de campaña, enfrentará la severa crisis social de nuestro país.

Los rollos mediáticos y las preferencias electorales llegaron a su fin, la campaña terminó y la mejor encuesta ya dio un ganador; el nuevo presidente a partir de hoy, tendrá unos cuatro meses para legitimar su triunfo planeando las acciones con las que deberá convencer a los ciudadanos que su voto no ha sido en vano.

Y a partir del uno de diciembre, en San Lázaro, el candidato ganador rendirá protesta como Presidente de México y tomará posesión de todos los problemas de este país, no necesitará grandes elocuencias en los discursos, tendrá que presentar acciones inmediatas para reconstruir el tejido social, devolver la seguridad, sostener la economía, generar empleos, procurar salud, empleo para un bienestar social.


Tendrá que explicar el quehacer de su gobierno para erradicar la corrupción y la impunidad, el tráfico de influencias, el paternalismo institucional, el agobio fiscal, la parálisis económica, la reactivación del campo y la seguridad en el país.

Sin duda, destinará gran tiempo en seleccionar a los miembros de su gabinete esos personajes que detentan el poder atrás de la silla presidencial que cumplen o incumplen la buena voluntad del gobernante y que en nombre de éste, a veces, causan el 85% de los problemas políticos y económicos del país.

México ya no quiere servidores públicos improvisados, abusivos, insensibles y corruptos, en esta nueva época del país necesitamos hombre y mujeres con vocación de servir al país y a los ciudadanos no a la impunidad y a los interese personales y de grupo queremos servidores públicos honestos, patriotas y que sean derechos, ¡pues!


Al cierre de esta colaboración la afluencia de votantes era mayúscula, realmente, emotiva, sin mayores problemas que el retraso que se ocasionó en la apertura algunas de las casillas, así como las largas filas que se hicieron por las ganas de ejercer el derecho ciudadano, el ejercicio cívico y responsable de aterrizar los deseos de la gente por un cambio en beneficio de la sociedad.

En esta ocasión, los votantes jóvenes hicieron filas, dejaron a un lado la apatía y vinieron a las urnas a demostrar su interés por este país y las cosas que los afectan, con este voto le demuestran al Gobierno que están dispuestos a presionarlo para que las autoridades responsables trabajen para plantearles alternativas de trabajo y oportunidades para aportar su juventud al desarrollo y progreso de México.

En fin, una jornada electoral tranquila con gran afluencia de votantes, que esperarán los conteos finales que determinen a los representantes sociales que tendrán en sus manos los destinos del país y los ojos de millones de mexicanos viéndolos si valió la pena votar por ellos, que viva México y que la luz divina ilumine a los políticos para que a su ves éstos puedan con el paquete de devolver a México la esperanza del progreso, la paz y las condiciones para trabajar por una vida digna.


Definitivamente todos esperan los resultados, porque de ello dependerá el inicio de un nuevo México o de plano la debacle de las instituciones y por consiguiente la miseria de la condición humana de los mexicanos.

Suburbio 1

Como dijera Joan Manuel Serrat “…y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal, la zorra pobre vuelve al portal, la zorra rica vuelve al rosal, y el avaro a las divisas.


Se acabó, el sol nos dice que llegó el final, por una noche se olvidó que cada uno es cada cual. Vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle se acabó la fiesta”.

Fragmento d e la canción la Fiesta.

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