Hoy <8 de junio> hace ocho días, un domingo después de las elecciones, en que se confirmó el resultado de la elección. La numeralia dice así: El Instituto Federal Electoral (IFE) dio a conocer hace unos minutos a través de su página de Internet que alcanzó el 100 por ciento del cómputo de los 300 distritos electorales del país, cuyos resultados arrojaron una ventaja para el candidato de la Coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto.

Según los datos, con 143 mil 435 casillas computadas, Peña Nieto obtuvo resultados favorables en el 38.21 por ciento, es decir, 19 millones 218 mil 220 votos, seguido del abanderado de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador, con el 31.59 por ciento, lo que significó 15 millones 889 mil 129 sufragios.


En tercer sitio, se ubicó la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota con 25.41 por ciento, que representan 12 millones 780 mil 741 votos, y en el cuarto lugar, Gabriel Quadri, del PANAL con un millón 149 mil 790 votos, lo que significa el 2.29 por ciento.

En total se registraron un millón 240 mil 669 votos nulos, lo que sumó el 2.47 por ciento del total de la votación para la Presidencia de la República, mientras que sólo el 0.04 por ciento de mexicanos votaron por candidatos no registrados

Y como desde el día primero por la noche, AMLO, el que no tiene palabra; el que escupe sobre lo que firma, no acepta los resultados.


Cuando supo que perdía, arguyó que se debían contar las casillas y los votos, rememorando el voto por voto, casilla por casilla, de hace seis. Años. Le complacieron: Se contó voto por voto, casilla por casilla. Y cuando le informaron que eran los mismos números, más un pequeño incremento a favor de Peña Nieto, echó mano, junto con sus generales, del plan B: El documento

Soriana y el monedero Monex.

Para ejecutar el plan B, previamente se habían hecho filmaciones de “pánico” por compra de alimentos, por parte de supuestos beneficiarios de unas tarjetas de puntos, que no de crédito.


Y echó a rodar, no el hecho de que había ganado, sino que lo “habían derrotado mediante el uso de dinero por compra de voto” con supuestas tarjetas.

Pasó por alto algo: La compra de votos no se da antes ni después de las votaciones; se da en el mismo momento de la emisión del voto. Y por eso no prosperará esta argucia.

Ahora, sus generales, buscan angustiados a Gustavo Madero <maderito para sus amigos> para que los apoye en “su lucha” para limpiar la elección, que no es tal cosa, sino ponerla en duda, cuestionándola con argumentos que ni los observadores de la ONU y OEA avalan.


Pero Gustavo Madero está ocupado en otras cosas, aparte de haber manifestado, para justificar su derrota, que el PRI ganó a base de “billetazos”, ocupando la frase de la Cocoa Calderón, a la que se le atribuye haberla dicho para que sus operadores usaran billetazos para ganar su propia elección el año pasado en Michoacán. Madero quiere sobrevivir al tsunami de sus propios problemas: Que no lo echen del PAN como su Presidente, apoyado en el siniestro Roberto Gil Zuarth, que se pitorrea de sus correligionarios, con el sillón del senado bajo el brazo.

Los generales de AMLO quieren asociar al PAN en su intento de “anular las elecciones”, como si esto pudiera darse, que en derecho no hay fundamentos para ello. Madero pintó su raya: Jódanse solos

Ahora la señora Josefina VaMo quiere seguir en la elección: Pretende, con el poco más de sus 12 millones de votos, mantener cautivos, como rehenes, a quienes votaron por ella, formando una organización, la Ola Civil, para seguir en el proceso y continuar, como AMLO, construyendo su nueva candidatura para el 2018. Falta que la dejen…


Y las elecciones de Morelos? De Tabasco? Y el DF.? Fueron perfectas? Y los ganadores, Graco Ramírez, Arturo Jiménez y Mancera, seguirán a AMLO por si los plantones quiere? ¿Y si también quiere “guerra de guerrillas” con los jóvenes de carne de cañon?


Como dice el merolico de la Televisión: ¡Que alguien lo ayude!

Los observadores de la ONU en el proceso electoral nacional, le dejaron este recado a AMLO, por si quiere leerlo:


.- “Si bien todos los partidos políticos y sus candidatos compraron o coaccionaron el voto en las elecciones del domingo pasado, nadie puede ni debe deslegitimar la determinación de los electores al emitir su sufragio. (...) Las fallas encontradas no ameritan la anulación de los comicios”, afirmaron portavoces de casi mil 200 observadores electorales.

Enrique Vega Castillo, vocero de cinco entidades patrocinadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que les dieron en conjunto más de cinco millones de pesos para cumplir esta labor, sostuvo que “ningún grupo, persona o partido político tiene el derecho a deslegitimar la decisión de millones de personas que tomaron a través del máximo poder del ciudadano, el voto”.

Consideraron que los hoy ex candidatos tienen que asumir los resultados comiciales, respetar las instituciones en materia electoral sin incitar a sus simpatizantes a violar el Estado de derecho.


El también responsable de la Fundación Movimiento por la Certidumbre consideró necesario que los aspirantes “conserven la calma y privilegien la tolerancia” y exhortó “a todas las partes a que asuman los resultados electorales, ya que estos son el reflejo del poder de la elección de los ciudadanos quienes ejercieron su voto y su derecho en las urnas”.

En conferencia de prensa, estos profesionales de la observación electoral (llevan en promedio 15 años haciéndola), recordaron que conforme la normatividad vigente, la presunta compra o coacción de votos sólo merece una sanción administrativa, pero no amerita anular el proceso completo.

Eugenia Diez Hidalgo, quien preside la Comisión Mexicana de Derechos Humanos, insistió en que “el que se haga compra y coacción del voto no es causal de nulidad… No está en la ley, (en todo caso) depende del tamaño, y el Tribunal (electoral) tendrá que analizarlo”, recalcó.


Acompañaron a estos dos especialistas los responsables de la Fundación para el Desarrollo Social y la Promoción Humana, de Ecociudadanía del Futuro, de la Asociación Nacional Cívica Femenina, quienes demandaron a los ex candidatos, partidos políticos y grupos sociales a no salirse del marco del derecho y evitar a toda costa la confrontación violenta en la ciudadanía.

Enrique Vega añadió que las instituciones electorales no deben ser objeto de presiones de ningún grupo y sobre la compra o coacción del voto opinó que “son prácticas que se hacen en todas las elecciones y por todos los partidos. Son incidencias que consideramos menores, y que de ninguna manera consideramos que pueden cambiar la elección”.

Eugenia Diez recordó “lo mucho que ha costado a varias generaciones de mexicanos la construcción de instituciones como el IFE, el Tribunal Electoral y la Fepade”.


Insistió en que los quejosos tienen todo el derecho y la legitimidad de expresar en la calle o ante las instancias pertinentes su rechazo a los resultados del proceso electoral, pero pidió que no se incite al enfrentamiento, la denostación o la violencia.

PD. José Wolderberg pregunta a AMLO.- Tenemos un problema mayor; La no aceptación de los resultados por quienes encabezan una fuerza más que relevante: Lo respaldan 15.5 millones de votos.

“¿A ellos no les dice nada que Andrés Manuel López Obrador haya ganado en 8 entidades, cuando hace seis años triunfó el 16? ¿No expresa algo que en 22 estados la Alianza de izquierda no haya ganado ni uno de los diputados uninominales? Solo en 10 entidades obtuvieron diputaos por distrito: DF 26, Oaxaca 10, Guerrero 9, Edo de México 7, Tabasco 6, Michoacán 4, Morelos 4, Tlaxcala 2, Veracruz 1, Quintana Roo uno. ¿No resulta significativo que para el Senado solamente hayan triunfado en 6 entidades? Al parecer, no. Es triste, pero así es.