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Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
Todo cabe en un jarrito…
Jorge Arturo Rodríguez
16 de julio de 2012
alcalorpolitico.com
No se cuántos miles de millones de habitantes sumamos ya en este año, pero seguro que somos un chingo. Según dicen, en la Tierra hace un siglo había 1,600 millones de habitantes y ahora, en el 2012, quizás estemos viviendo y sobreviviendo poco más de los 7,000 millones. ¿Cuántos en el 2050? Vaya a usted a saber. Pero lo que importa, aparte de la cantidad de hijoeputas andando por el mundo, es saber cómo carajos nos acomodamos, aunque apretaditos pero todos contentos y felices. Y ahí está el detalle. Si vamos a caber en el infierno, ¿aquí por qué no? Hay quienes incluso piensan que el infierno está aquí mismito en la Tierra. Digo, allá los que se van dizque al cielo.
 
En fin, vaya, que todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar. Pero resulta que nanais, nomás no. Somos tan egoístas, indiferentes y demás, que el mundo anda realmente caótico, con desigualdades e injusticias, aun habiéndonos dado Dios o la naturaleza todo y pa’ todos. La historia ya la sabemos: no nos hemos puesto de acuerdo y aún perviven Caínes y Abeles, o si lo prefiere, aún está vigente lo dicho por Darwin.
 
Viene a cuento lo anterior, porque otra vez, como cada año, este 11 de julio se celebra el Día Mundial de la Población. El año pasado, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que “en esta ocasión el Día Mundial de la Población se celebra durante un año de gran trascendencia, cuando se prevé que la población del planeta supere los 7.000 millones de habitantes. Esto constituye una oportunidad para celebrar nuestra humanidad común y nuestra diversidad. También nos recuerda la responsabilidad que compartimos de cuidarnos los unos a los otros y de cuidar nuestro planeta”.
 
“Cuidarnos los unos a los otros”, me suenan como aquellas palabras de “Amaos los unos a los otras”, incluso aquellas de “Amaos los unos sobre los otros”, que si mal no recuerdo son de Woody Allen.
 
Bien. No sé si seamos más de un chingo o no. De cualquier forma, como ya lo mencioné, lo mejor sería irnos acomodando y entendiendo, hay pa’ todos, pero el chiste es saber, poder y querer compartir.
 
Hace varios añitos, José Ortega y Gasset expresó: "Las casas, llenas de inquilinos. Los hoteles, llenos de huéspedes. Los trenes, llenos de viajeros. Los cafés, llenos de consumidores. Los paseos, llenos de transeúntes. Las salas de los médicos famosos, llenas de enfermos. Los espectáculos, como no sean extemporáneos, llenos de espectadores. Las playas, llenas de bañistas. Lo que antes no solía ser un problema, empieza a serlo casi de continuo: encontrar sitio".
 
Sí, somos muchos pero no tantos; lo que pasa es que todo está mal distribuido. Los unos chingan a los otros, los otros a los otros y así continuamente hasta chingarnos todos. Y al final no habrá ni madre.
 
¿Pesimista? ¿Fatalista? ¿Apocalíptico? Si no recapacitamos y nos apuramos, la verdad es que vamos derechito pa’ allá. Aún hay tiempo, pero se agota y aceleradamente.
 
Pero escribiera Gabriel García Márquez no recuerdo dónde: “Así es -suspiró el coronel-. La vida es la cosa mejor que se ha inventado”. A luchar por ella, que sería una lucha por nuestros hijos y demás… hijoeputas en esta Tierra.
 
De cinismo y anexas
 
Hace unos días, Jaime García Márquez informó que su hermano, el genial escritor colombiano, Gabriel García Márquez, padece demencia senil, aunque "todavía conserva el humor, la alegría y el entusiasmo que siempre ha tenido".
 
Y como espero no me atrape a mí la amnesia –ahí veremos luego lo de la demencia- que muchos la padecen, sobro todo nuestros políticos y gente que nomás promete y promete y nada, recuerdo estas palabras del autor de Cien años de soledad: “Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la Tierra”.
 
Ahí se ven.
 
Hasta la próxima
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