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Columnas y artículos de opinión
Nuevo Siglo
Del 2000 al 2012: coincidencias y diferencias
Jenaro del Ángel Amador
17 de julio de 2012
alcalorpolitico.com
El diálogo empieza cuando se aprende a escuchar. Los tiranos y dictadores no escuchan.

Antes de las 11.00 de la noche del primero de julio del año 2000, el Presidente de la República se anticipó a las autoridades electorales y anunció que el PAN y Vicente Fox Quesada, eran los ganadores de la elección por la presidencia de la república.

Y Francisco Labastida Ochoa <<con el profundo dolor de ser el primer candidato priista que no ganaba la silla del águila>> reconoció su derrota, como debe hacerlo un adversario bien nacido y con pulcros modales políticos.


El PRI había quedado en segundo lugar y Cuauhtémoc Cárdenas perdía por tercera ocasión la oportunidad de ser, como su padre, presidente de México.

El PRI no habló de fraude; no se montó en la cólera despertada por los Amigos de Fox que recibieron dinero extra fronteras. Más allá del límite de lo permisible; más allá de lo legal.

Francisco Labastida Ochoa se fue a casa; dolorido pero no despechado; acongojado pero sin rencor y odio; vacío pero no vencido.


Fox despachó como Presidente de la República, sin nada a cambio.

El PRD y asociados quedó en tercer lugar.

Al amanecer del primero de julio del año 2006, el PAN refrendaba la presidencia. Felipe Calderón ganaba la presidencia del país por un mínimo de 233 mil votos, ahora a AMLO, el candidato del PRD y asociados.


El PRI quedó, por primera ocasión, en tercer lugar. Roberto Madrazo Pintado perdió por segunda ocasión, como abanderado del PRI.

Roberto no amenazó con formar un movimiento social a partir de sus millones de votos. Se fue a casa, vencido y derrotado; sin alternativas; sin futuro en la política, y su partido, institucional, permeó con su intervención, la toma de protesta del nuevo presidente.

Felipe de Jesús Calderón Hinojosa protesto ante el Congreso de la Unión, la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos. Como lo ha sido hasta hoy.


AMLO no aceptó la derrota. Arguyó todo lo posible para reconocer que había perdido. Cantó como grito de guerra, que se contaran los votos, casilla por casilla. Lastimó a la sociedad nacional y se desquitó taponeando la vía más importante de la capital de la república. Causó muchos daños al comercio y al turismo. Originó pérdidas y no pagó nada a nadie, como tampoco lo hicieron sus patrocinadores, que los tuvo.

Hoy la historia se repite, y con el mismo grito: Fraude; voto por voto, casilla por casilla. Y se contaron y recontaron los votos, y cuando esto no suficiente porque la distancia entre el primer y segundo lugar era el mismo: Más de tres millones de votos, la estrategia cambió.

“Compra de votos” gritaron y los irreflexivos lo repitieron.


No es la gracia acusar; lo que las leyes señalan es que se pruebe. Y si no se puede probar bajo el supuesto de una ley establecida con anterioridad al acto, pues la reclamación no procede. Se queda en queja sin probanza.

Pero AMLO hace como que no entiende de esto. No le conviene y por eso incendia a los de su claque, con la intención de penetrar en el ánimo de la sociedad nacional que está ahita de tanta reclamación sin fundamento. Quieren orden y la autoridad debe dárselo.

Enrique Peña Nieto ganó y punto. Si hay algo en contrario, que sea la ley y no AMLO quien decida. Ya no tiene derecho. Ahora es un simple ciudadano que ha perdido la elección. Ese es su papel.


Y aquí, tampoco, el tercer lugar debe asumirse como vencedor. No es tal. Puede y debe hacer lo que quiera hacia adentro, sin derecho legítimo a abanderar lo que los votos le han dado a su partido, no a su persona. Esa es la ley.

Un gran panista como Ricardo García Cervantes, debe ser escuchado. Así se levantó el PRI de su terrible caída en el 2006. Reconociendo cuando no se gana por los errores que se cometen. Pero tienen remedio, como muchas cosas en la vida.

La necedad es la madre de todas las desgracias políticas de los que no saben escuchar.


PD.- Todo en la vida tiene ciclos. Las cosas comienzan y terminan.

PD. Después de las elecciones, la prensa internacional da cuenta de como están las cosas políticas en México. Y cierto, no lo acepta el mismo. AMLO sólo acepta lo que le conviene. Habrá que crearle su república.