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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
El mensajero
Raymundo Jiménez
18 de julio de 2012
alcalorpolitico.com
Enrique Ampudia Mello, quien no es nativo de Veracruz, llegó a la entidad en 1992 como brazo derecho de Miguel Ángel Yunes Linares, quien primero presidió el CDE del PRI en la campaña electoral de Patricio Chirinos a la gubernatura y luego se erigió en el hombre fuerte de la administración del economista panuquense desde la Secretaría General de Gobierno, donde permaneció cinco años, hasta la sucesión municipal de 1997, cuya debacle electoral sepultó las aspiraciones del entonces dirigente priista para suceder al año siguiente a su jefe Chirinos.

Con Yunes Linares, Ampudia fue director general de Gobernación. El último cargo público que desempeñó a su lado fue la Secretaría de la H. Junta Directiva del ISSSTE, la cual asumió en diciembre de 2006. Cuatro años después, en febrero de 2010, regresó a Veracruz para apoyar la campaña del candidato del PAN al gobierno de la entidad. En ese proceso electoral, Ampudia fue señalado como presunto autor de un documento “confidencial” en el que se trazaba una ruta crítica y la mecánica para la realización de operativos de compra y coptación del voto el día de las elecciones que finalmente ganó el candidato priista Javier Duarte de Ochoa, su nuevo jefe a partir de ayer.

En la última parte de dicho documento se hablaba de “Las Abducciones”, advirtiéndose “la estrategia de FHB (Fidel Herrera Beltrán) de erigirse en mártir”, y comentándose que “la rasurada acordada con el IFE al padrón electoral no rebasa 2.3% como máximo (ahí fallaron los operadores)”. En dicho texto se concluía con una advertencia para el candidato Yunes y su equipo de campaña: “En México estamos advertidos por César Nava (presidente del CEN del PAN) que es nuestra responsabilidad el éxito o el caos, pero nunca deberá consumarse nuestra derrota”.


No es la primera vez que fracasó Ampudia como operador electoral de Miguel Ángel Yunes. En la sucesión municipal de 1997, en la que el PRI perdió por primera vez más de la mitad de los municipios del estado, fue también uno de los principales artífices de aquella memorable derrota priista, que en esa ocasión los yunistas le atribuyeron a la supuesta “traición” de Herrera Beltrán, a la sazón diputado federal por Boca del Río, y de otros legisladores del partido tricolor de ese momento como Gonzalo Morgado Huesca y Carlos Rodríguez Velasco, con los que ahora el nuevo subsecretario de Gobierno habrá de coordinarse para operar discrecionalmente a favor del Revolucionario Institucional en la elección de alcaldes y diputados locales del año entrante.

Ayer, al asumir la Subsecretaría de Gobierno, Ampudia le juró lealtad al gobernador Duarte y luego, abordado por los medios de comunicación, se deslindó de Yunes Linares, con el cual, dijo, se distanció desde hace más de un año y con el que actualmente aseguró no tener relación personal ni coincidencia política.

Ampudia es de los ex yunistas que luego de su derrota en la sucesión gubernamental de 2010 se alejaron del ex director del ISSSTE molestos por el desbordado nepotismo de su ex líder, ya que desde 2004 Yunes ha impulsado política y administrativamente a sus hijos Miguel Ángel y Fernando, relegando en cambio a los que se la han venido jugando con él desde hace más de 30 años.


Este distanciamiento con el ex candidato del PAN a gobernador le facilitó que en Veracruz le abrieran las puertas en el gabinete duartista. Sin embargo, en su nombramiento parecen haber incidido otras fuerzas políticas de alto nivel en el priismo nacional. Una identificada con el senador Manlio Fabio Beltrones, quien se perfila como futuro coordinador de los nuevos diputados federales del PRI, y otra con Jesús Murillo Karam, a quien el virtual Presidente electo Enrique Peña Nieto acaba de nombrar oficialmente como coordinador de Asuntos Jurídicos. Con ambos, Ampudia ha trabajado estrechamente antes y durante la reciente campaña presidencial.

El estigma yunista difícilmente se lo quitará Ampudia, así como su bien ganada fama de espía y “policía chino” que lo persigue desde el sexenio chirinista; pero ahora el gobernador Duarte le ha dado una excelente oportunidad para demostrar en los hechos que viene a servir con lealtad, honestidad y eficacia al jefe del Ejecutivo estatal y a los veracruzanos.

Precisamente ayer, en el discurso que pronunció en la ceremonia de la toma de protesta del nuevo subsecretario de Gobierno, el mandatario estatal refrendó su compromiso de conducir una administración ordenada y eficaz, cercana a los ciudadanos, capaz de renovarse y evaluar de manera permanente su actuar y resultados.


Y en su mensaje, que debió dirigirlo también a todos sus demás colaboradores, el gobernador Duarte remarcó que en su gobierno no hay cabida para los oídos sordos, para los intereses particulares o de grupo, ni hay espacio para la indolencia o el relajamiento.

El tiempo dirá qué tan acertada o errática ha sido la decisión de acomodar a Ampudia Mello en la Subsecretaría de Gobierno, presunta concesión que el mandatario estatal habría hecho al incipiente peñismo ante el saldo negativo de la elección presidencial en Veracruz y la radicalización de los grupos opositores a la asunción de Peña Nieto que se extiende por el país, un factor que indudablemente impactará también en el proceso electoral local de 2013 que ya está la vuelta de la esquina.

Ojalá Ampudia le dé buenos resultados a su nuevo jefe político, y que no lo vaya a embarcar como a Yunes Linares en la sucesión municipal de 1997, cuando le hizo creer con sus encuestas que el PRI iba a ganar la alcaldía de Xalapa y las de las principales ciudades del estado en las que barrieron el PRD y el PAN.


A ver si no resulta que el equipo duartista pasó de Guatemala a Guatepeor, pues una debacle electoral para el priismo el año próximo estaría anticipando la entrega de la gubernatura a la oposición en el 2016. Y el más fuerte opositor en Veracruz por el momento es precisamente Yunes, el ex jefe de Ampudia, quien se atribuye el triunfo del PAN en la elección de Presidente de la República, las cinco diputaciones de mayoría relativa obtenidas oficialmente hasta ahora por el partido blanquiazul, y la senaduría de primera minoría que ganó su hijo Fernando.