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Columnas y artículos de opinión
Enrique Peña Nieto
Guillermo H. Zúñiga Martínez
28 de julio de 2012
alcalorpolitico.com
La jornada democrática que terminó el 1 de julio tiene demasiadas lecturas y cada quien ofrece interpretaciones, concepciones, criterios, puntos de mira y trata de explicarse qué fue lo que sucedió realmente ese día cuando millones de mexicanos salimos a votar para elegir Presidente de la República, candidatos a senadores y aspirantes a legisladores en la Cámara baja del Congreso de la Unión. Resulta asaz interesante saber y comprender que en esta elección los votantes le dieron su confianza a un joven político que por sí es carismático y representa, por su seriedad y carácter, una esperanza de transformación y progreso para México; me refiero al señor licenciado Enrique Peña Nieto, quien resultó triunfador incuestionable en este proceso de 2012.

Las tareas que está obligado a desarrollar el nuevo Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, son un verdadero reto porque va a gobernar un país caracterizado por la pobreza, el subdesarrollo, la impunidad y una violencia cruel que ha llenado de preocupación a todas las familias de México; también con problemas educativos, desde la inicial hasta la superior porque los diferentes niveles están necesitados de mayor presupuesto y apoyos cada día mas crecientes, en fin va a encontrar un país con necesidades de sistemas de riego, carreteras, plagado de exigencias en cuanto a infraestructura y, aparte de ello, con incomprensiones de pseudopolíticos que se sienten dueños de la verdad y, que a lo que sabe el pan de Xico, quieren ser gobernantes de este país, aunque hayan sido claramente rechazados en las urnas, como es el caso del Zúñiga y Miranda del siglo XXI, Andrés Manuel López Obrador.

En otro renglón de acción política, tendrá que demostrar su capacidad para la conciliación, para negociar fina y talentosamente con los poderes de la Unión, principalmente con el Congreso, donde tiene que establecer una comunicación fluida y eficaz para servir a los intereses de México. Con los senadores y diputados deberá establecer las reglas de una colaboración recíproca para encausar las reformas estructurales que están pendientes y que es necesario impulsar y llevarlas adelante. Esto es natural porque el P.R.I., solo, no podrá aprobar las reformas políticas que se requieren a nivel constitucional porque en ese caso se verá obligado a dialogar con los partidos de oposición y convencerlos de que deben ponerse de acuerdo para servir a las causas mas justas que reclama la sociedad mexicana.


Ser Presidente de México nunca ha sido sencillo, porque exige un esfuerzo extraordinario cada día y trabajar denodadamente para estar atento a la solución de los problemas pequeños y grandes, permanecer pendiente del cumplimiento del deber de cada uno de sus colaboradores; en fin, el Presidente Enrique Peña Nieto habrá de enviarnos un mensaje en breve tiempo de porqué se afanó tanto para llegar, con dignidad y la aprobación de los mexicanos, a Palacio Nacional. En lo personal, considero que Enrique Peña Nieto va a ser un excelente conductor de la sociedad mexicana y nos ilustrará con las medidas patrióticas que se requieren para impulsar el desarrollo del país.

Desde otro ángulo, también es necesario ponderar que el regreso del PRI a Los Pinos es, para miles de ciudadanos, seguir soportando la corrupción, demagogia, engaños, autoritarismo, abusos del poder y otras prácticas que han sido nocivas para el país y para la sociedad en general. He expresado multitud de veces que muchos ciudadanos confunden lo que es el partido con políticos surgidos de sus filas que han defraudado la confianza del electorado, porque son dos cosas distintas. Los Estatutos, Declaración de Principios y Programa de Acción del PRI son impecables, tienen un gran valor, pero lo que ha sucedido es que ha habido personajes emanados del PRI en diversos cargos de elección popular que francamente han abusado del poder, que no han respetado los dineros del pueblo e hicieron fortunas incalculables para luego han reírse de la sociedad y con una riqueza explicable totalmente, han ofendido no tan sólo sus apellidos sino a la sociedad misma. Da gusto saber que hay excepciones de las cuales generalmente no se habla, por ejemplo, don Adolfo Ruiz Cortines fue priista y fue ejemplo de honestidad; gobernadores como Gonzalo Vázquez Vela, Adalberto Tejeda, Antonio M. Quirasco, Rafael Hernández Ochoa, Rafael Murillo Vidal, Patricio Chirinos Calero fueron ejemplares en el ejercicio del poder, por lo que el Presidente Enrique Peña Nieto, al llegar a Palacio Nacional, debe rodear de cuidados éticos su ejercicio gubernamental y aplicar realmente la ley a quienes la violen; por eso resulta una esperanza, una ilusión y los ideales de una nueva generación de mexicanos que desean enorgullecerse del Partido Revolucionario Institucional.

A nadie agradaría que el Presidente de la República utilizara alguna frase comparada con aquella expresión ofensiva de Ernesto Zedillo Ponce de León cuando propuso una sana distancia; no, el Presidente de México debe estar ligado con su partido para exigirle el cumplimiento de los planes y programas que se ofrecieron a los mexicanos, principalmente a los más necesitados.


Confío en que el mexiquense, que es un hombre serio y afable, gobierne con valores y principios pero reales, no como los que demuestra la izquierda mexicana. Sólo así consolidará la confianza y la aceptación de las grandes mayorías populares.

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