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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Su bebé muerto y en un botellón
Arturo Reyes Isidoro
7 de agosto de 2012
alcalorpolitico.com
No me imagino –y Dios quiera y nunca me ponga en esa prueba con ninguno de mis familiares– qué se debe sentir y qué impresión debe quedar para el resto de los días en que uno viva, que un día, de pronto, a uno le entreguen a su recién nacido hijo muerto y dentro de una botella (un galón) de plástico.
 
El domingo, los servicios médicos públicos de Veracruz se llenaron de oprobio cuando luego de dar a luz a unos gemelos, la joven Martha Luisa Rodríguez Mena recibió de los médicos del Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz, dentro un galón de plástico, a uno de ellos sin vida, sin recibir mayor explicación.
 
En el portal alcalorpolitico.com se publicó que en entrevista con el padre de los gemelos, Carlos Rodríguez Castro, éste explicó que el domingo, tras dar a luz su esposa, los médicos entraron en contradicciones, toda vez que le informaron primero que uno de los bebés había fallecido al nacer, para luego contradecirse diciendo que tenía 17 semanas de muerto en el vientre.
 
La foto del joven y adolorido padre sosteniendo el galón de plástico con su hijo muerto adentro es patética a la vez que vergonzosa.
 
Esta vez, por lo menos, el secretario de Salud estatal, Pablo Anaya Rivera, como reacción, sin dar el nombre, anunció que fue dado de baja el médico residente del Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz que incumplió la norma establecida con los restos del bebé y que se inició la investigación correspondiente para deslindar responsabilidades y conocer si hay más personal involucrado.
 
Por qué no decir la verdad
 
Yo mismo estuve muchos años en el Gobierno del Estado, en el área de prensa oficial, y siempre me pregunté por qué las autoridades buscaban complicársela cuando de informar en especial de algunos casos se trataba. Nunca entendí por qué no se era directo y se decía la verdad, tal cual sucedían las cosas, cuando tenía lugar algo que se consideraba fuera de lo normal, máxime que no se generaba ningún problema para nadie y en cambio se despertaba la sospecha si se mentía pues finalmente la gente se enteraba y bien del asunto que se trataba de desvirtuar o de ocultar.
 
Nunca se me olvida que un día, en el gobierno de Miguel Alemán Velasco, éste amaneció indispuesto a causa de un resfriado y por lo tanto hubo que alterar la agenda de actividades del día. Y entonces se generó un problema innecesario cuando las personas más cercanas de su equipo de gobierno empezaron a cuestionar qué se iba a decir a la opinión pública pues ya estaban anunciados algunos actos.
 
Cada quien daba su pretexto y cada quién quería tener la razón y aquello era una verdadera melé verbal, un cuento de nunca acabar, hasta que el licenciado Alemán, que había guardado silencio en forma prudente, pidió a todos que se calmaran y resolvió el asunto con un sentido práctico, con sentido común y con la mayor sencillez: Dejen de complicársela –dijo–, simple y sencillamente digan la verdad. Y sanseacabó el problema. Así se hizo y no sucedió nada.
 
Esto lo traigo a cuento porque el sábado un escueto comunicado oficial nos anunció que “Una falla mecánica obligó a que un helicóptero del Gobierno del Estado de Veracruz aterrizara de emergencia en la comunidad La Rosa, del municipio de Tlaxco, en el estado de Tlaxcala, resultando ilesos todos sus ocupantes”. Hasta ahí, todo bien. Pero resulta que al día siguiente, cuando algunos medios dieron a conocer fotografías que mostraban lo que verdaderamente había pasado, resultó que no se había tratado de ningún aterrizaje de emergencia sino de un verdadero madrazo –disculpa lector, lectora, que utilice un lenguaje tan castizo del habla popular, pero con él no necesito más adjetivos y descripciones, porque todos lo entendemos, y bien– en el que de milagro el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y cuatro acompañantes salvaron la vida, pues la nave quedó semidestrozada y volcada; claro, a menos que se trate de una nueva forma de aterrizar.
 
Me preguntó en qué hubiera dañado la imagen del gobierno si se hubiera dicho la verdad. Por eso luego nace la desconfianza y la incredulidad… y las especulaciones.
 
Bermúdez y acompañantes tuvieron que ser hospitalizados en esta capital y al parecer no hubo lesiones de consecuencia. En lo personal, me congratula que el atento y caballeroso secretario de Seguridad Pública halla resultado ileso, así como las personas que iban con él.
 
No bajan la guardia
 
Ahí están. Ahí van. Los Yunes del PRI, senadores electos, no dejan caer la inercia que los llevó al triunfo el pasado 1 de julio y cada quien, a su manera, mantiene su presencia con los diversos sectores del estado.
 
El domingo, Héctor Yunes Landa estuvo en Papantla, cosas de la vida, en la colonia ¡Fidel Herrera Beltrán! –tanto que lo quiere– para agradecer a quienes lo apoyaron en las urnas. Su recorrido se lo organizó Filemón Ramírez, ex diputado local –viejo compañero mío de estudios en Xalapa, en nuestra juventud–, quien ahora preside la “Alianza suma de amigos”.
 
Héctor sueña, quiere la gubernatura y no va a cejar en su empeño para tratar de obtener la nominación de su partido en 2016. De ahí que esa va ser su tónica de aquí en adelante, que el próximo año va a tratar de incrementar con el pretexto de venir a apoyar las campañas de candidatos a presidentes municipales.
 
Por su parte, José “Pepe” Yunes Zorilla cumplió ayer en su rancho “San Julián”, municipio de Perote, el compromiso de una comida que había ofrecido desde el mes pasado a un grupo de amigos suyos, un convivio caracterizado por la bonhomía de su padre, José Yunes Suárez, en la que se pasó una tarde verdaderamente agradable, cuarteto de guitarristas de por medio.
 
Ahí, sentados a su mesa, estaban los ex presidentes del Comité Directivo Estatal del PRI, compañeros suyos en el cargo, Carlos Brito Gómez, Guillermo Zúñiga Martínez y Gonzalo Morgado Huesca, los periodistas Víctor Murguía Velázquez, Joaquín Rosas Garcés, Sergio González Levet, José Ortiz Medina, Juan Antonio Nemi Dib (sigue siendo el propietario de Radiover, la estación de radio por internet y del portal del mismo nombre) y el hermano del anfitrión, también colega, Ramsés Yunes Zorrilla.
 
Igualmente, Salvador Valencia Carmona, Evaristo Morales Huerta, Armando López Contreras, Carlos Carballal y Julián Yunes, una reunión en la que, contra lo que se pudiera pensar, se habló de todo menos de política.
 
Continúa la inseguridad
 
No puedo menos que expresarle toda mi solidaridad y reiterarle mi aprecio y consideración a mi amiga la Procuradora de la Defensa del Menor, el Indígena y la Familia, Adelina Trujillo Landa, por el robo y saqueo de sus pertenencias de que fue víctima en días pasados en su domicilio particular en Xalapa. En realidad es la segunda ocasión que le ocurre (la otra fue en el sexenio anterior) y no puede uno dejar de señalar que, lamentablemente, se mantiene el índice de delincuencia común y que no hay resultados con la detención de los responsables. Adelina es una mujer muy trabajadora y es comprensible que le afecte una acción de esa naturaleza, que en un momento le quite lo que ha logrado con muchos años de esfuerzo y sacrificio.