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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Rumores
Raymundo Jiménez
16 de agosto de 2012
alcalorpolitico.com
Aunque algunos miembros del primer círculo del gabinete duartista lo consideran una especulación ociosa producto de la calentura post-electoral, lo cierto es que el rumor sobre la supuesta licencia del gobernador Javier Duarte de Ochoa es una especie que en vez de irse diluyendo va cobrando fuerza en las diversas esferas políticas y empresariales de la entidad.

Por el momento, Duarte de Ochoa no es un gobernante que muestre ansias por dejar tirada la gubernatura para irse a despachar a partir de diciembre próximo a la capital del país.

A estas alturas la versión parece no tener mayor sustento, pues primero habría que esperar, a más tardar el 6 de septiembre entrante, a ver si finalmente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirma la validez de la elección presidencial del pasado 1 de julio; luego, en caso de que así ocurriera, entonces corresponderá al ex candidato priista Enrique Peña Nieto decidir si invita o no a su gabinete al mandatario veracruzano; y, por último, será el propio mandatario veracruzano quien pondere si le conviene incorporarse a la nueva administración federal.


A finales de 1988, cuando Carlos Salinas de Gortari estaba por asumir la Presidencia de la República, un periodista muy cercano al entonces gobernador Fernando Gutiérrez Barrios le preguntó acerca de los insistentes rumores que lo ubicaban en el futuro gabinete salinista.

“Mire usted, la gubernatura de Veracruz sólo se cambia por la Secretaría de Gobernación”, respondió sensatamente a su amigo Gutiérrez Barrios, a quien por esas fechas lo simpatizantes de Manuel Camacho Solís –rival del político veracruzano– candidateaban para la Regencia del Departamento del Distrito Federal, cargo que al final tuvo que aceptar el ex amigo de Salinas, quien ahora es uno de los principales operadores políticos del ex candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador.

Y es que antes de venir a gobernar su entidad natal, Gutiérrez Barrios se había desempeñado 12 años como subsecretario de Gobernación –de 1970 a 1982, en los sexenios de los presidentes Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo–, y antes, de 1964 a 1970, en la administración presidencial de Gustavo Díaz Ordaz fue titular de la Dirección Federal de Seguridad, que era el organismo del gobierno mexicano dedicado a la seguridad nacional y los servicios de inteligencia.


En caso de ser confirmada la validez de su elección, ¿qué le podría ofrecer el virtual Presidente electo Enrique Peña a Javier Duarte para que éste accediera a dejar la gubernatura de Veracruz?

Ya se sabrá. Que nadie coma ansias. Sobre todo algunos desleales colaboradores y legisladores recién electos que empiezan a ser encantados por el canto de las sirenas.

Duarte de Ochoa parece haberlo percibido. Por eso, hace tres semanas en una comida organizada en el jardín de la céntrica casa xalapeña de don Carlos Brito Gómez, dicen que el mandatario estatal sentó deliberadamente a su derecha sólo al flamante senador peroteño, el siempre institucional José Francisco Yunes Zorrilla, y a otros aspirantes a sucederlo los mantuvo distantes y con el pico bien cerrado.


En realidad, este detalle no debió sorprender a nadie, pues entre Duarte y Pepe Yunes existe una cordial relación que se fue estrechando desde hace seis años.

En 2006, cuando Yunes Zorrilla perdió la elección de senador, Duarte, a la sazón subsecretario de Finanzas del estado, acudió personalmente a Perote a solidarizarse con él y su familia por ese duro revés.

En aquella ocasión, el entonces funcionario de la Sefiplan –quien por esas fechas no se imaginaba aún que cuatro años después sería postulado a la gubernatura, cargo para el que en cambio él sí le veía posibilidades a Pepe Yunes–, sólo viajó acompañado de Erick Lagos Hernández, a la sazón secretario privado del gobernador Fidel Herrera Beltrán.


Por esa razón es que hace poco más de un mes, inmediatamente después de la elección federal del pasado 1 de julio, Duarte y Lagos Hernández, actual presidente del CDE del PRI, volvieron a visitar el rancho San Julián, de Perote, pero para felicitar ahora a Yunes Zorrilla por su triunfo electoral; cortesía política que motivó críticas e intrigas, lo que obligó al mandatario estatal a correrle la misma cortesía política al otro senador electo del partido tricolor, Héctor Yunes Landa, también aspirante a la gubernatura.


OTRO CAMPANAZO

Hace poco más de dos meses, el lunes 4 de junio, el gobernador Javier Duarte de Ochoa acudió a la sede de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) para informar a los medios de comunicación sobre la captura y el supuesto móvil de los presuntos homicidas del sociólogo José Luis Blanco Rosas, un académico de la Universidad Veracruzana que había sido asesinado el 27 de mayo en su domicilio particular ubicado en la calle de Altamirano, en el centro histórico de Xalapa.


Duarte de Ochoa fue blanco de ataques periodísticos, como el que firmó en un medio impreso de circulación nacional el secretario de la H. Junta de Gobierno de la UV, Alberto Olvera, quien criticó el protagonismo del mandatario estatal por dar a conocer personalmente el esclarecimiento de un crimen que ya había sido casi resuelto por los propios familiares de la víctima, cuando en Veracruz aún había varios homicidios de periodistas sin resolver.

Bueno, pues ayer el procurador Amadeo Flores Espinosa –ya no el gobernador Duarte de Ochoa– fue el encargado de confirmar en conferencia de prensa el esclarecimiento de los homicidios de cuatro periodistas victimados este año por la delincuencia organizada en la región del puerto de Veracruz, y uno más, Víctor Manuel Báez, en Xalapa.

No faltará quien pretenda restarle méritos a la administración del gobernador Duarte para abonárselos sólo a la Secretaría de Marina. Pero lo cierto es que la captura de una célula delincuencial del autodenominado Cártel de Jalisco Nueva Generación, encabezada por Isaías Flores Pineda, alias “El Cronos” y/o “El Rayito” y/o “El Maniaco”, presunto jefe de plaza en Veracruz y Boca del Río, que permitió el esclarecimiento de 36 crímenes en total cometidos en la zona conurbada en los últimos ocho meses, es producto de las acciones coordinadas del programa “Veracruz Seguro” que el mandatario veracruzano le propuso desde 2011 al presidente Felipe Calderón, el cual lo aprobó en su calidad de comandante supremo de las Fuerzas Armadas.