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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Amarga despedida
Raymundo Jiménez
20 de agosto de 2012
alcalorpolitico.com
A diferencia de los cinco cumpleaños anteriores que desde 2007 le tocó festejar como Presidente de la República en la residencia oficial de Los Pinos, el de este sábado, el número 50, parece haber sido el más amargo para Felipe Calderón Hinojosa, quien está a escasos cien días de entregarle la banda presidencial al priista Enrique Peña Nieto, si es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirma la validez de la elección federal del pasado 1 de julio.

Calderón, al igual que todos los ex mandatarios que le antecedieron –tanto Vicente Fox, del PAN, como los del PRI– resintió el vacío que tradicionalmente se da en torno al gobernante que está por dejar el poder.

Muy diferente a lo que todavía ocurrió el año pasado, en la víspera de la sucesión presidencial –razón por la que el gobernante de filiación panista era políticamente cortejado por sus propios correligionarios y hasta por los aspirantes del PRI y PRD–, en esta ocasión se notó la ausencia de quienes pretendían sucederlo, pues ni Josefina Vázquez Mota, del PAN, se presentó, y tampoco lo hizo el priista Peña Nieto, quien en 2011 sí acudió al festejo acompañado de su esposa, la actriz Angélica Rivera, “La Gaviota”.


En representación del Partido Revolucionario Institucional estuvieron el dirigente nacional, Pedro Joaquín Coldwell, y los gobernadores del Estado de México, Eruviel Ávila; el de Chihuahua, César Duarte, y el de Coahuila, Rubén Moreira.

Ningún mandatario estatal priista más. ¿Por qué el desaire al Presidente de la República que está en el ocaso del poder? La explicación es muy simple: a varios de ellos, como a Javier Duarte de Ochoa, de Veracruz, se las “cantó” antes y después de las elecciones federales del pasado 1 de julio por no haber accedido a sus caprichos políticos personales o intereses facciosos de partido.

No fueron pocos los gobernadores del PRI y PRD que al margen de sus propios excesos, también endeudaron a sus entidades por la retención de los recursos federales.


La “guerra” calderonista contra el crimen organizado fue atizada principalmente en los estados gobernados por priistas y perredistas –por ejemplo Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, Coahuila, Chihuahua, Zacatecas, Michoacán y Guerrero–, mientras que los que estaban en poder del PAN, como Jalisco y Morelos, la violencia se matizó.

De los pocos priistas que se aparecieron en el festejo de Calderón destacó la ex candidata a la jefatura del Gobierno capitalino, Beatriz Paredes, quien aprovechó para celebrar su cumpleaños ese mismo día también.

Al grupo de Paredes, por cierto, le atribuyen haber entregado por primera vez la gubernatura de Tlaxcala al PAN hace tres sexenios, el del último Presidente de origen priista Ernesto Zedillo.


Del empresariado nacional fueron muy pocos los personajes destacados que respondieron a la invitación para el festejo de Calderón. De los que acudieron, los más notables fueron Alfredo Elías Ayub y Héctor Slim, de Telmex; Valentín Diez, de Grupo Modelo, y Miguel Alemán.

Por el sector social, las figuras más relevantes fueron las de la activista María Elena Morera, de Causa en Común, y el del líder de la Iglesia Ortodoxa, Antonio Chedraui.

Buena parte de las 300 sillas fueron ocupadas por funcionarios y políticos panistas, así como por deportistas y medallistas del equipo olímpico que los otros cinco años no fueron invitados. Ahí estuvieron, por ejemplo, los clavadistas Alejandra Orozco, Paola Espinosa, Germán Sánchez, Iván García y también Laura Sánchez, quien obtuvo medalla de bronce en las Olimpiadas de Londres, y cuyo entrenador y esposo Francisco Rueda fue despedido y boletinado por la CONADE, acusado falsamente de estupro, razón por la que ambos tuvieron que refugiarse en el Instituto Veracruzano del Deporte durante la administración del gobernador Fidel Herrera Beltrán.


De los mandatarios estatales del PAN sólo acudieron Marco Antonio Adame, de Morelos, quien está por entregarle la gubernatura a Graco Ramírez Abreu, del PRD; y Guillermo Padrés, de Sonora, así como los gobernadores emanados de alianzas como Gabino Cué, de Oaxaca, y Mario López Valdez, de Sinaloa.

Los panistas presentes más destacados fueron Diego Fernández de Cevallos, César Nava, José González Morfín, Javier Lozano y Roberto Gil Zuarth, ex secretario particular de Calderón y ex coordinador de la campaña presidencial de Vázquez Mota.

Lo más ridículo fue cuando Calderón presumió a sus 300 invitados que al iniciar este sexenio estuvo en riesgo de sufrir un atentado. El Presidente les aseguró que en el primer año de su gestión recibió la información de que un avión en el que viajaría sería atacado, pero que afortunadamente el Estado Mayor desactivó el riesgo; advertencia que en cambio no les hicieron a Juan Camilo Mouriño y José Francisco Blake Mora, sus dos secretarios de Gobernación que coincidentemente fallecieron en el mismo mes de noviembre, pero de 2008 y 2011, respectivamente, en sospechosos “accidentes” aéreos, según la versión oficial.


A manera de despedida se proyectaron videos y fotografías con la canción “A todo pulmón” de fondo. Las imágenes, proyectadas hacia las 19:30 horas, cuando la mayoría de los asistentes se habían ido, mostraban momentos con su familia y de su trayectoria política. En otro video, su esposa Margarita Zavala, a quien supuestamente Calderón pretende impulsar para la sucesión presidencial de 2018, reseñó parte de la carrera de su marido en la que le ha tocado acompañarlo, pero describió al panista michoacano no como un hombre honesto, honesto, honesto sino sólo remarcó que es inteligente y trabajador.

Pero eso habrá que dejárselo al implacable e inapelable juicio de la historia.

MÁS CAMBIOS


Si el gobernador Javier Duarte de Ochoa no le tuviera plena confianza a Enrique Ampudia Mello, el ex funcionario chirinista, actualmente muy ligado al equipo del ex candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, jamás lo habría nombrado subsecretario de Gobierno.

Por eso es que el mandatario estatal estaría por aprobarle a su flamante colaborador algunas propuestas para realizar un par de cambios más en dicha Subsecretaría.

Luego de la designación, la semana anterior, de Luis Francisco Sardiña Salgado en la Dirección General de Política Regional, estaría por darse el nombramiento de Rogelio Hernández Madrid en la Dirección General de Gobernación, en sustitución de Emeterio López Márquez.


Y, si no hay marcha atrás, posiblemente retorne también a la administración estatal Jorge Santos Azamar, ex vocal ejecutivo de la Junta Local del IFE en Veracruz, quien iría a la Dirección General de Organizaciones y Partidos Políticos.