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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
El simbolismo del arco mocho
Arturo Reyes Isidoro
28 de agosto de 2012
alcalorpolitico.com
La idea, creo, no ha sido mala. Todo obstáculo, así sea simbólico, que denote división, sobre todo en tratándose de pueblos hermanos conurbados, debe ser derrumbado, como se acaba de hacer en el llamado arco mocho que marcaba una clara separación entre los municipios de Veracruz y de Boca del Río.
 
La construcción que desapareció el domingo, más que nada marcó una división política entre priistas y panistas, erigida por los segundos para demarcar un territorio que los blanquiazules consideraron suyo a partir de que ganaron la presidencia municipal de Boca del Río, división que continuaba no obstante que a partir del año pasado los tricolores recuperaron la plaza en la persona de Salvador Manzur Díaz.
 
Una pregunta que se antoja natural es por qué tardaron tanto los priistas en dar el paso o en darse cuenta de que, se supone, ahora son uno solo, de que las administraciones municipales que gobiernan ambos municipios están gobernadas por personas de un mismo partido.
 
Para nadie es un secreto que tanto la presidenta municipal de Veracruz, Carolina Gudiño Corro, como su homólogo boqueño, Manzur Díaz, estaban divididos por un pleito de intereses políticos personales, que no por alguna causa a favor del pueblo, de sus representados. Ese apretón de manos que se dieron el domingo, en el fondo es difícil de creer que los concilie de veras, que al fin y al cabo son políticos. Si se recuerda, el propio presidente municipal llegó a manejar la idea, el año pasado, de organizar su propio Carnaval, cuando lo que se imponía, y finalmente se impuso, era conjuntar esfuerzos y optimizar recursos para un mejor festival, pues al fin y al cabo el festejo comprendía a los dos municipios.
 
Más bien es de creerse que la piqueta, el marro y la pesada grúa del domingo, aparte de, en lo material, simbolizar o querer simbolizar el inicio del derrumbe del PAN en la zona conurbada, también simbolizó el inicio, a ojos vista, con todos los reflectores encima, de la precandidatura del todavía alcalde de Boca del Río a diputado local por el distrito, aunque, hasta donde llegan los comentarios, no se descarta tampoco que en una de esas, si las circunstancias se llegaran a presentar a su favor, pudiera entrar de relevo en lugar de Gerardo Buganza Salmerón como secretario de Gobierno en el corto plazo. De todos modos, forzado por las circunstancias, Manzur habría salido a atender a las manifestantes “fresas” de la Riviera Veracruzana y a resolverles favorablemente, ya como parte de su cruzada en busca del voto popular.
 
¿Gana la pugna política y personal que han traído Carolina Gudiño Corro si se mantiene como alcaldesa y pierde Salvador Manzur Díaz si deja la presidencia municipal y se va como candidato o a otro cargo? La respuesta estaría en la consideración de que, en todo caso, Manzur brincaría a otra posición que lo mantendría vigente en una representación popular para los próximos tres años, mientras que la tuxtepecana concluiría su gestión y, acaso momentáneamente, su carrera política el próximo año.
 
Pero más allá de todo lo anterior, un hecho cierto es que, a capricho de políticos, el dinero del pueblo es utilizado para sus intereses partidistas y, finalmente, votado a la basura, a los escombros, como en este caso, pues de buenas a primeras se hicieron polvo 6 millones de pesos que los panistas habían utilizado para el arco y los priistas han decidido demoler.
 
Aunque no es asunto mayor para los políticos en el poder, no estaría mal que los nuevos diputados federales legislaran para evitar estos despilfarros levantando este tipo de arcos o que impidieran por ley que los edificios públicos sean modificados a capricho de las autoridades según su procedencia partidista, como pasó en el pasado reciente con la llegada de los panistas a la Presidencia y a presidencias municipales y entonces palacios municipales, escuelas, oficinas públicas, calles, puentes, postes, etcétera, fueron pintados de azul, mientras que los priistas hicieron lo mismo, aunque utilizando el color rojo en las demarcaciones bajo su dominio político administrativo. Millones y millones de pesos se votaron en pintura cada tres años cuando hubo alternancia en el poder municipal de panistas y priistas y hasta perredistas, mientras que las obras urgentes y necesarias han tenido que estar esperando.
 
El caos en Xalapa, ayer
 
Vaya terrible caos vehicular, a causa del embotellamiento que causó en sus estrechas calles una manifestación de taxistas de la CNOP-PRI, la que vivió ayer la capital del estado buena parte del día.
 
Los chafiretes tricolores acusaron al secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, de no entregarles concesiones de transporte que, según ellos, pagaron desde la administración anterior, y sí darlas a miembros de otras organizaciones distintas a las de su partido.
 
Lo que llama la atención es que no se haya evitado la manifestación, pues cuando se quiere se impiden para evitar el caos en el centro de la capital, y que se haya dado cuando son cada vez más insistentes los rumores de su posible salida del cargo para ir a ocupar la candidatura a la presidencia municipal de Córdoba, su tierra.
 
Según las versiones, el ingeniero Buganza sería el único personaje que podría enfrentar con éxito a los panistas en el próximo proceso electoral municipal, pues sondeos internos y encuestas lo posesionarían como la persona a la que la mayoría de las corrientes cordobesas apoyarían, ya que de otra manera los blanquiazules pondrían en riesgo el triunfo tricolor con un candidato fuerte como lo será el veterinario y filósofo, ahora subsecretario de Ordenamiento de la Propiedad Rural de la SRA, Jaime Tomás Ríos Bernal.
 
Mientras si son peras o son manzanas, se barajan varios nombres para sucederlo: Alberto Silva Ramos, Francisco Portilla Bonilla y Salvador Manzur Díaz, entre los que más son mencionados, actualmente todos ellos alcaldes, el primero de Tuxpan, el segundo de Córdoba y el tercero de Boca del Río.
 
En el caso de uno de ellos, Alberto Silva Ramos se enfila de todos modos a la candidatura priista a la diputación local por su distrito, Tuxpan, con miras a convertirse en el próximo líder de la bancada tricolor en el Congreso local, candidatura que estaría garantizada por la preferencia electoral que tiene merced a su buen trabajo como presidente municipal, mismo caso en el que está ahora el alcalde de Poza Rica, Juan Alfredo Gándara Andrade, cuyos sondeos y encuestas lo favorecen y sería el único que garantizaría un triunfo de su partido.
 
Volviendo al secretario de Gobierno, de todos modos atendió otro problema de taxistas, pero éstos de la CTM.
 
Erick permanecerá
 
Esta semana concluye agosto. Mediarán solo dos meses para que, de acuerdo a la ley, inicie el proceso electoral local y municipal de 2013, el próximo 3 de noviembre. Se sabe que poco antes se celebrará Consejo Político Estatal del PRI para confirmar en el cargo a Erick Lagos Hernández, de modo que éste conducirá los trabajos de su partido en el año electoral.