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Columnas y artículos de opinión
Peña Nieto, presidente
Guillermo H. Zúñiga Martínez
1 de septiembre de 2012
alcalorpolitico.com
El 31 de agosto es un día que pasará a la historia de nuestro país envuelto en una esperanza y un conjunto de ilusiones, debido a que se entregó formalmente la constancia de Presidente Electo al joven ex-mandatario del Estado de México, licenciado Enrique Peña Nieto.

Recuerdo con precisión que el 1 de julio asistí, junto con mi familia, a depositar el voto para elegir candidatos a diputados federales, senadores y Presidente de la República. Lo emití con toda limpieza a favor de Enrique Peña Nieto porque siempre lo consideré como un joven serio, de carácter, preocupado por el bienestar del país, sincero, cordial y ésa fue mi selección al igual que la de más de 20 millones de mexicanos. Voté en un país libre, porque yo quise, congruente con mi sentir y mi manera de pensar; además, lo expresé sin buscar nada a cambio, sólo para cumplir una obligación que todo ciudadano tiene.

Me da mucho gusto que el señor Presidente del Tribunal Federal Electoral, Alejandro Luna Ramos, le haya entregado la constancia de mayoría en una ceremonia republicana y que cierre así, con toda dignidad, el proceso electoral federal.


Considero, sin temor a equivocarme, que millones de compatriotas sabemos perfectamente bien que en todo proceso electoral hay quienes violan la ley y cometen actos que se apartan de la legalidad, pero no es un solo instituto o candidato, lamentablemente incurren en estas acciones deleznables representantes de los diversos partidos políticos registrados en México.

Como maestro, considero que lo que está pendiente por hacer es emprender una campaña sistemática y vigorosa para educar a la población y enseñarle, fundamentalmente a los más necesitados y a los que menos saben, cuál es el valor del voto e insistir en una formación cívica que impida que por una despensa, un atado de petates o láminas, o por dinero mal habido, se le otorgue el sufragio a quien actúa de manera desordenada y criticable.

Me declaro partidario del cumplimiento de la ley, ferviente ciudadano que cree que la educación del pueblo debe radicar principalmente en la observancia de las normas, lo que involucra a todo el ejército cultural de los maestros y maestras de México, así como a los padres de familia, que deben discutir en el seno del hogar sobre la política que, en sentido amplio, es una actividad muy noble cuando se respetan los dineros del pueblo y se procede con sinceridad y congruencia en la manera de ser y cumplir con la palabra desde el poder.


Considero que la democracia, en verdad, debe fundarse en un sistema de vida como lo expresa el artículo 3º. Constitucional y debería darse en cada uno de los conglomerados sociales empezando por la familia, las organizaciones sindicales, los congresos, ayuntamientos y todo lo que implique una responsabilidad de carácter social. Los ideales se deben acariciar pero, principalmente, luchar por alcanzarlos.

Lamentablemente, existen pseudopolíticos que creen que hacen una revolución visitando poblaciones y viajan con dinero cuya procedencia no explican, que hacen negocios y no son decentes ni alérgicos a la corrupción, sino viven del engaño, porque hablando en puridad todo mexicano que ame sinceramente a esta patria debería aceptar los resultados de los comicios y ponerse a trabajar en armonía y cordialidad, con base en el respeto.

Definitivamente no estoy de acuerdo en que se trate de difamar a quien ya es Presidente de todos los mexicanos, dado que es muy importante aceptar a un líder que nos muestre los caminos de la superación y los que debemos transitar para alcanzar el progreso y la concordia nacionales.


Sostengo por lo que vi, observé y viví en el proceso electoral pasado, que el señor licenciado Enrique Peña Nieto ganó muy bien la elección, por lo cual ahora lo que procede es saber cómo se le puede ayudar para que los planes y programas políticos que se van a discutir y desarrollar en favor de los mexicanos, tengan eficacia y además correspondan a una nueva etapa para un partido político realmente sabio, al que lo único que le falta es que sus candidatos ejerzan los cargos con ética.

Para efectos de este trabajo, creo que el señor Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto, tiene como retos principales el dictar ejemplo de cómo debe aplicarse la ley en México, cómo rodear de principios morales el ejercicio y aplicación de los dineros que pertenecen al pueblo y ser respetuoso de todos los mexicanos, pensando siempre en la necesidad que existe de favorecer a los que hasta ahora han sido marginados.

México vivirá una nueva etapa y yo espero que sea de las mejores de su historia.


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