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Columnas y artículos de opinión
Congruencia de Felipe Calderón
Guillermo H. Zúñiga Martínez
8 de septiembre de 2012
alcalorpolitico.com
Considero que el mejor legado del señor Presidente de la República Licenciado Felipe Calderón Hinojosa es el mensaje que pronunció el pasado cinco de septiembre, durante su reunión con el Presidente Electo, Enrique Peña Nieto.

En esa señalada ocasión, el michoacano afirmó: “El progreso del país debe ser nuestra prioridad” pero lo que más me agrada es cuando señala que el titular del Poder Ejecutivo necesita de la colaboración de los mexicanos, sin distinción alguna.

Como bien lo sabe la mayoría de nuestros compatriotas esta República a la que tanto queremos y deseamos ver próspera y en paz, ha sufrido a través de la historia por las diferencias, intrigas, egoísmos, avaricias y ambiciones de mexicanos que lo único que les ha interesado es tener -a fuerza- la capacidad para administrar las rentas siempre exiguas y enriquecerse a costa de los dineros del pueblo.


De manera sencilla debemos recordar que en la época de la lucha por la independencia, se dividieron en insurgentes y realistas y en lugar de dialogar y ponerse de acuerdo para separarse de España e impulsar la construcción de un nuevo pueblo, se dedicaron a combatirse y señalarse como traidores con la interferencia obviamente, como dice Alfonso Toro, de los representantes de la iglesia, que defendieron sus privilegios adquiridos a lo largo de los siglos.

Posteriormente, en plena recomposición nacional, Valentín Gómez Farías, al utilizar su cargo como Vicepresidente por las ausencias prolongadas de Santa Anna, le agradaba lanzar iniciativas en contra del clero católico, por lo cual don Armando Fuentes Aguirre dice que en lugar de llamarle Farías le colocaban el adjetivo de Gómez Furias, por la animadversión tan clara que tenía hacia el dogmatismo y fanatismo imperantes.

En ese lapso, comprendido de 1833 a 1847, se dieron escisiones terribles porque en 1836 se consolidó lo que la historia registra como el Supremo Poder Conservador, cuyos integrantes los señala el distinguido constitucionalista Silvestre Moreno Cora, en su obra sobre el Juicio de Amparo.


En 1847 se vuelven a disgregar los mexicanos y el resultado es la pérdida de la mitad del territorio nacional por la intervención injusta de los norteamericanos, ya que debemos tener en la memoria que el presidente Polk llegó a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica venciendo a Van Buren, político norteamericano que no deseaba la anexión de nuestro territorio, pero Polk lo superó al ofrecer a los electores la expansión, que consistía en arrebatarnos Texas, California y Nuevo México; fue por las enemistades existentes que triunfó Zacarías Taylor al derrotar, de manera inexplicable, a Santa Anna en la batalla de La Angostura.

También pasamos por la desunión durante la gesta de Benito Juárez. Lucharon Liberales y conservadores hasta que se logró la aprobación de las Leyes de Reforma dictadas en 1859 en el puerto de Veracruz.

Así ha sido nuestro país: totalmente fraccionado. Más recientemente, en la etapa de Madero, en la cual se confrontaron científicos y revolucionarios para ocasionar un millón de muertos que regaron con su sangre la tierra nacional, por la avaricia de Porfirio Díaz que se empecinó en conservar la Presidencia en contra de toda lógica y desconociendo los principios de la sociología política, porque todo poder envejece y con él los hombres, por lo que ya no era sostenible la presencia del autor de la revolución de Tuxtepec.


En nuestros días seguimos igual, hay falsos políticos que se oponen a todo, porque quieren alcanzar el gobierno para dirigirnos, imponer sus criterios y salirse con la suya; y pasan los años y sólo se dedican a estorbar el progreso de la nación, crean problemas artificiales, engañan a compatriotas que quisieran que las cosas cambiaran, pero se alejan de la concreción de sus ideales y no reconocen que cuando la mayoría de los mexicanos emite su voto, escoge otras tendencias, lo que da como resultado que observamos una falta absoluta de madurez dado que lo más natural sería que, cuando alguien triunfara, todos lo apoyáramos para caminar juntos en la búsqueda y cristalización de los objetivos principales.

Por lo anterior, es trascendental que el señor presidente Felipe Calderón Hinojosa haya desmentido aquellos viejos rumores de que él había prometido fervientemente que jamás entregaría el poder al Partido Revolucionario Institucional; ésa fue una farsa, un invento y ahora lo observamos como un político maduro, congruente, que desea que México progrese y se desarrolle con la participación de todos, independientemente de su ideología.

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