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Columnas y artículos de opinión
AMLO: soñador o loco
Uriel Flores Aguayo
14 de septiembre de 2012
alcalorpolitico.com
La separación de AMLO de los partidos del movimiento progresista, en particular del PRD, es una de las principales noticias políticas de estos últimos días; en términos generales ha despertado un saludable debate sobre el futuro de la izquierda en México. El anuncio se hizo de manera publica, clara y respetuosa; en consecuencia, las reacciones han sido en esos mismos términos, a excepción de dos o tres desplantes de los burócratas partidistas mas ociosos .Para el PRD es una sacudida y entraña enormes riesgos, de como se procese y se resuelva dependerá que siga siendo un partido viable. La reflexión tiene que ser autentica, lejana a la simulación a que nos tienen acostumbrados; pretender el engaño y "nadar de a muertito" llevará, tarde o temprano, al desastre.

Estamos ante la separación más fuerte en la historia del PRD, con consecuencias imprevisibles, que pueden ser mayores si se acude a expediente soberbio de la minimización. Hay que partir del respeto a la medida de AMLO, intentando el diálogo unitario; no perder de vista que estamos ante el principal líder, junto al Ing. Cárdenas, de la izquierda Mexicana. Salir con las ocurrencias estilo Jesús Ortega, es el mejor método para el aislamiento y la condena popular. Insisto, solo los burócratas más inútiles, de vida burguesa y palaciega, pueden festinar el desenlace de la relación PRD-AMLO. En un país con los partidos y políticos mas desprestigiados de América Latina, las posturas de AMLO son altamente valoradas. Obrador, personaje mayor del país, es un hombre público que combina la faceta del político y el luchador social, no es tradicional, rompe esquemas roza el limite antisísmico y suscita el rechazo enfermizo de las elites mas corruptas y depredadoras de México. Esa forma de ser, renovadora e idealista, choca con las costumbres políticas de una clase tradicional, donde el saqueo y la falta de escrúpulos y compromisos democráticos son los rasgos dominantes. El problema para AMLO y sus seguidores, que son millones, es la pobreza, el atraso y la carencia de reflejos democráticos en la mayor parte de nuestra sociedad. Es muy difícil, tal vez no imposible, confrontar ideales con el pragmatismo, sueños justicieros con mercantilizaciones. En un país que carece casi de todo, con una democracia de mentiritas, la lucha de líderes y movimientos como el de AMLO tiene todo en contra, significa enfrentar a los monopolios y a los poderes fácticos. En esa línea ha chocado, incluso, con los dirigentes del PRD, alejados del pueblo, de la realidad y de compromisos democráticos. Es un mundo difícil, con los valores invertidos, donde se premia al corrupto, al defraudador y al zángano. En ese mundo suelen burlarse de los que proponen estudio, honradez y trabajo; en ese mundo reina la politiquería y la farsa, donde están siempre más preocupados por el color de las corbatas que por el hambre de la gente. No hay de otra, se tiene que seguir, la esperanza muere a lo último, vale la pena creer en algo mejor, en hacer cosas distintas. Si una postura consecuente amerita ataques, ni modo, es el precio que se tiene que pagar; si sostener las convicciones hace que los de enfrente se sonrían, ni modo; siempre habrá la fortaleza suficiente para seguir adelante, como siempre lo hemos hecho los que no hemos estado en las faldas del poder, los que hemos sostenido, contra viento y marea, nuestra manera de pensar con o sin siglas, con o sin cargos. No soy, nunca lo he sido, seguidista o matraquero, pero considero que esta es una buena oportunidad para expresar mi respeto y respaldo a Andrés Manuel López Obrador; espero que sea justo y proceda con mucha cautela e inteligencia, que impulse procesos unitarios en la izquierda, que incluya una suficiente dosis de realismo y una mayor de tolerancia; seria penoso que, por una mala estrategia, terminará en la marginalidad como ha ocurrido con varios caudillos latinoamericanos. Creo que tiene la energía necesaria, así como la credibilidad y apoyos suficientes, para encabezar un influyente movimiento político y social que oxigene nuestra vida pública y aporte buenos ejemplos de un verdadero servicio democrático. En Veracruz, donde el PRD ha devenido en una especie de cascarón, el impacto puede ser mayor, es, digamos, donde se tendrá que poner mucho cuidado ante la proximidad de las elecciones locales; a estas alturas las equivocaciones pueden ser mortales.

Recadito: la carta de Corral, dirigida a Calderón, es muy fuerte.


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Xalapa Enríquez Veracruz a 13 de Septiembre de 2012.