icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Leonardo Pasquel
Guillermo H. Zúñiga Martínez
6 de octubre de 2012
alcalorpolitico.com
Tuve el honor de convivir en diversas ocasiones con el maestro Leonardo Pasquel, intelectual pletórico de cultura, inquietudes históricas, sed incesante en la investigación y con una cualidad que cultivó hasta los últimos días de su rica existencia: era un enamorado de la difusión cultural y lo hacía todo con esfuerzo y sacrificios, a grado tal que, ya en edad madura, buscaba de manera ética cómo allegarse fondos porque la editorial Citlaltépetl, que él siempre presumió, había momentos en que no representaba ingresos suficientes para satisfacer las necesidades básicas de la familia.

Un día -lo recuerdo con mucho gusto-, llegó el maestro Pasquel a las oficinas de la Dirección General de Educación Popular; allí, don Pedrito, que era la persona que se encargaba de abrir y cerrar la puerta para el ingreso y salida de personas, me dijo: -“Profesor, lo quiere ver a usted un señor que dice llamarse Leonardo Pasquel”; en forma inmediata le expresé: -“Hágalo pasar”. Vi al maestro con admiración, lo atendí de la manera más educada y gentil, disfruté el que un hombre de su importancia académica visitara a un Director de Educación que se esmeraba por cumplir con su deber. Le manifesté lo que significaba para mí su visita y le pregunté: -“Maestro, en qué puedo servirle” y él me contestó: -“Mira, he venido porque quiero hacerte un planteamiento que te va a interesar” y me mostró una obra muy bien cuidada y al facilitármela me expresó: -“¿Sabes lo que tienes en tus manos?” Respondí: -”No, maestro” –“ Pues ni más ni menos que un manuscrito de Enrique Conrado Rébsamen, a través del cual detalla de manera magistral las características que debe reunir la escuela primaria anexa a una escuela normal”. Y prosiguió: -“Este trabajo lo elaboró el maestro Rébsamen cuando fueron requeridos sus servicios en Oaxaca y, por alguna razón que no viene al caso mencionarte, lo adquirí para que formara parte de mi acervo cultural personalísimo pero ahora, por circunstancias de carácter económico, me veo en la necesidad de ofrecértelo para que dispongas lo que se tenga que hacer con esta extraordinaria obra del fundador de la Escuela Normal Veracruzana”.

Le comenté: -“Cuente usted con que la Dirección General de Educación Popular adquirirá este magnifico trabajo”. Le pregunté el precio, nos pusimos de acuerdo, se lo cubrí rápidamente y, una vez que estaba en mis manos, le consulté -“¿Qué le parecería a usted, maestro, que se lo hiciera llegar a don Rafael Hernández Ochoa -entonces gobernador del Estado de Veracruz- y le pidiera que lo mandara a la propia Normal Veracruzana para que lo edite y haga circular entre los maestros de primaria del Estado de Veracruz?” y me contestó: -“Es una magnifica idea, te ruego la hagas realidad de inmediato”.


Lo hice tal como lo planteé y don Rafael, lo conservo presente en la memoria, tuvo la bondad de enviar una epístola al maestro Francisco Galván Rivera, Director, en ese momento, de tan prestigiada institución y le adjuntaba el libro con la súplica de que con premura se mandara a la imprenta.

Tengo que decir algo con mucha sinceridad: no sé los argumentos o razones que se hayan tenido en mi Alma Máter pero, ese libro original del maestro Rébsamen, no se imprimió aunque es posible que en las obras completas que mandó editar el distinguido maestro veracruzano Ángel j. Hermida Ruiz se haya incluido este texto del maestro Rébsamen, lo cual me he dado a la tarea de investigar porque cuento con esas obras que mandó publicar el estimado alvaradeño mientras estuvo al frente de la Dirección General de Educación Popular.

Aludo a este pasaje en mi trato con el maestro Leonardo Pasquel porque este 6 de octubre se le rinde un homenaje póstumo en el parque que lleva su nombre, en un acto muy sencillo, diría yo republicano consistente básicamente en el depósito de una ofrenda floral ante su busto y en la excelente participación de la distinguida intelectual veracruzana Farah Pérez Aureoles, quien se ha dedicado a escribir la biografía de xalapeño tan importante.


Leonardo Pasquel Jiménez, es un xalapeño a quien hay que recordar porque en verdad fue un hombre muy valioso, lleno de ideales, que tenía la preocupación de difundir la cultura entre los mexicanos y me da grima que la gran obra que logró concretar, ahora ya casi ni se recuerde porque la biblioteca que él tenia en la ciudad de México, junto con la colección de libros de la editorial Citlaltépetl, fue adquirida en los años de 1982-83 y se remitió a la Biblioteca de la Ciudad de Xalapa de donde, la verdad, han ido desapareciendo varias obras valiosas que el maestro Pasquel publicó con un gran amor por Veracruz.

[email protected]