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Columnas y artículos de opinión
En Caliente
El ser político
Benjamín Garcimarrero
22 de octubre de 2012
alcalorpolitico.com
Ya por terminar a una cuarentena de distancia, los dos sexenios panistas que marcaron una razonable duda sobre el quehacer político de una democracia nunca entendida, violada, fornicada y transgredida; cabe preguntarse: ¿El cambio de gobierno próximo, garantiza el respeto a las leyes fundamentales o es únicamente un oropel, una apariencia y una falacia?.
 
Tal parece que la respuesta no hay que buscarla en las siglas de un partido o en la divisa de una raza política; parece que hay que remontarse a la naturaleza falible y errática del ser social y hasta en las combustiones cerebrales producidas por lo que desayunó cada día, el próximo jerarca.
 
El partido picado de santidad que está por entregar el poder, ha permitido el uso y abuso de los derechos humanos, consagrados en la declaración universal que fuera el corolario de la revolución francesa. (1792-1793).
 
Pareciera que los fenómenos sociales son cíclicos; se repiten periódicamente por mas que se afirme que: “No hay mal que dure cien años”.
 
La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo XVIII. No fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países, en donde se desataron conflictos sociales similares, en contra de un régimen anacrónico y opresor. Esta revolución significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista.
 
Las consecuencias o resultados de la Revolución Francesa fueron los siguientes:
 
1-Se destruyó el sistema feudal
2-Se dio un fuerte golpe a la monarquía absoluta
3-Surgió la creación de una República de corte liberal
4-Se difundió la declaración de los Derechos del hombre y los Ciudadanos
5-La separación de la Iglesia y del Estado en 1794 fue un antecedente para separar la religión de la política en otras partes del mundo.
6-La burguesía amplió cada vez más su influencia en Europa
7-Se difundieron ideas democráticas
8-Los derechos y privilegios de los señores feudales fueron anulados
9-Comenzaron a surgir ideas de independencia en las colonias americanas.
10-Se fomentaron los movimientos nacionalistas
 
Todo lo anterior deja la impresión de que el Estado mexicano ha perdido fueros e intenciones de continuar ejerciendo la democracia. En este siglo XXI, hemos vuelto a un sistema feudal aunque ya no en la explotación de la tierra sino de la industria.
 
La plutocracia ha crecido pues el poder lo detentan los ricos. La República Liberal se ha soterrado en perjuicio de las mayorías y en beneficio del fanatismo religioso.
 
Los derechos y garantías individuales han sucumbido a los intereses del mejor postor.
 
La mafia vaticana tiene las manos metidas hasta el sobaco en asuntos de política de Estado.
 
Las intenciones democráticas se han perdido y el sistema de poder tiende al dominio, independientemente de siglas y colores.
 
Los privilegios de consorcios, acreedores internacionales y entrega de bienes sociales, se ha multiplicado.
 
Ya no tenemos una independencia económica ni existen intenciones nacionalistas sino extra nacionalistas.
 
La única esperanza que nos queda es que el nuevo príncipe del pueblo mexica, tenga la valentía necesaria, los tingüipines en su lugar y la cultura suficiente para no echar a la patria por el desbarrancadero.
 
Si esto no sale así, esperemos que no haya mal que dure seis años.