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Columnas y artículos de opinión
¿Nos odian o solo les caemos mal?
Uriel Flores Aguayo
26 de octubre de 2012
alcalorpolitico.com
Siguen los atentados contra Xalapa, en sus más variadas formas, hasta algunas que parecen de tipo criminal. Ante tantos y continuos ataques contra los Xalapeños, tenemos la necesidad de preguntarnos si ocurren por dolo o por error, si es porque alguien o algunos nos odian o porque, simplemente, les caemos mal. La historia es profunda aunque adquirió centralidad en los últimos años, tiene que ver con el urbanismo salvaje, el saqueo al erario municipal y la falta sistemática de autoridad en nuestro municipio. Se toleran y propician todo tipo de bloqueos a las vialidades y accesos de la ciudad, sin alguna atenuante, sin ton ni son, provocando terribles consecuencias para la población. El ciudadano, sus derechos y tranquilidad, pasan a ser de ínfima y ultima importancia, poniendo por delante un sistema de Gobierno sustancialmente clientelar, corporativo y corrupto. De ser la capital del estado, con fama cultural, se ha convertido en una ciudad sucia, desordenada y sin rumbo. La policía estatal infunde mas temor que respeto, a veces parece sin control, con absurdos retenes y enmascaramiento de sus elementos; los agentes viales casi exclusivamente se dedican a atracar, a cuidar los autos de los funcionarios y a apoyar a los "grulleros". El "Parque Juárez", vuelto un tianguis, es un símbolo del descuido en que se tiene a Xalapa. Creo que nadie puede dudar de lo bárbaro y atentatorio que fue autorizar el incremento de 2600 a 8000 taxis, simplemente no tiene lógica alguna una decisión que trajo innumerables problemas viales para la ciudad; igual ocurrió con los autobuses del servicio urbano de tamaño descomunal, viejos y contaminantes. Qué decir de la deuda infinita y pesada que se adquirió con un proyecto que se presentó como de saneamiento pero que solo ha servido para exprimir las finanzas municipales; ya es hora que se nos informe sobre el tamaño de la deuda pública contraída por Xalapa.

Es curioso, los funcionarios que toman acuerdos de gran envergadura sobre nuestra ciudad casi siempre no son de ella, no nacieron o no viven aquí, no es un dato menor, no la sienten, no la sufren pero, sobre todo, no la respetan; sus acuerdos se guían por intereses políticos y por transacciones económicas, a cambio de unos pesos o ciertos favores sacrifican nuestra tranquilidad y calidad de vida. Tengo la impresión que nuestra entrañable ciudad les molesta, que algo de ella no les gusta, que la subordinan en sus medidas de todo tipo: presupuestable mente, en candidaturas -hay les va el que sea- y en planes. Nos odian o les caemos mal, pareciera broma, ojala así fuera, pero creo que es verdad. Hace mucho tiempo que no se habla en serio de Xalapa, que no se abordan sus problemas con visión de grandeza, que nos hemos conformado con autoridades tradicionales, a veces del montón, lo cual repercute en desanimo social, en falta de participación de los ciudadanos.

En estos últimos días han ocurrido dos hechos alarmantes, el bloqueo de media ciudad por el paso de "armastrotes de Pemex" y la caída de un contenedor del feo puente de " plaza crystal". En ambos casos aparece como dato principal la falta de autoridad, combinada con su ineptitud y la corrupción. No es menor la reiteración de su desprecio a los ciudadanos, en lo general, y a los xalapeños, en particular. Lo ocurrido el sábado ultimo es una demostración contundente de desgobierno: una compañía particular dispone de las calles y avenidas de la ciudad, a la hora que quiera, desmonta puentes y protecciones y es apoyada y cuidada por patrullas de Transito del Estado; de lo que haya pagado, no se sabe, de quien haya autorizado, menos; nadie se hace responsable o da la cara por los daños a la vida de los xalapeños, más bien pareciera que lo gozan. Este lunes voló un contenedor del feo puente de "plaza crystal", solo por una especie de milagro no provocó una tragedia de consecuencias incalculables; con lo fácil que es tomar medidas de autoridad al respecto, como prohibir el paso de camiones pesados o con sustancias peligrosas en cierto horario, para no estarnos lamentando o intentando tapar el pozo después del "niño ahogado". Llegamos al límite, este sistema y sus representantes ya no deben seguir gobernándonos, su modelo se agotó, ya resulta contraproducente.


Ante la próxima renovación de autoridades municipales aparecen precandidatos a pasto, algunos obvios, otros medios embozados; destaca su tendencia tradicional, tanto en nombres como en planteamientos. De los que se asoman se puede decir que hay quienes sólo lo hacen para figurar y para ser tomados en cuenta con algún reintegro, en el repechaje; hay otros que, desde ahora, lamentablemente, ya se les nota su carácter de comparsas. El sistema nos prepara cortinas de humo, divide y vencerás, para ocultar a su tapado, por ahora, después lo proyectará con todo, se les va la vida por los intereses y negocios que están atrás del Ayuntamiento local. Es curioso, los aspirantes del momento bastan sus aspiraciones en puro voluntarismo, no tocan los problemas de fondo. Soy de la idea que Xalapa requiere otro tipo de Gobierno: serio, profesional, representativo, democrático y con visión de futuro. Con los que se anuncian eso no es posible.

Recadito: hasta el ADO nos menosprecia, pone a nuestra ciudad con J.

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