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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
El anuncio más importante en dos años
Arturo Reyes Isidoro
31 de octubre de 2012
alcalorpolitico.com
Por la relevancia que cobró el caso a nivel internacional, porque se convirtió en el máximo referente negativo sobre el ejercicio de la libertad de prensa en el estado, el de anoche, a juicio mío, el informe de que se esclareció el crimen de la periodista nuestra compañera Regina Martínez y que se detuvo a uno de los dos responsables es el anuncio más importante que ha hecho la administración de Javier Duarte de Ochoa en lo que va de su gobierno, dos años.
 
La revelación hecha por el procurador de Justicia, Felipe Amadeo Flores Espinosa, ocurre cuando el caso resonaba nuevamente al cumplirse el pasado 27 de octubre seis meses de la trágica muerte de quien fue una periodista distinguida y ejemplar por su profesionalismo apuntalado en la ética.
 
En diversas ocasiones, en este espacio, fui uno de los que condenó el proditorio asesinato y demandó que se esclareciera el caso y se castigara al culpable o a los culpables. En correspondencia con esa exigencia, hoy debo reconocer la eficacia de las autoridades del estado para resolver el crimen.
 
La información dada a conocer revela que se trató de un asesinato para robar, ajeno al ejercicio periodístico, lo que termina por darle la razón a las autoridades ministeriales de Veracruz, que desde un principio apuntaron a un crimen doméstico, frente a la sospecha generalizada de que la colega había perdido la vida a causa de su ejercicio profesional.
 
No hay que restar méritos. La novedad noticiosa descarga al gobierno de Javier Duarte de Ochoa de todos los comentarios negativos y de duda y sospecha respecto del caso y confirma en el procurador Flores Espinosa a un funcionario eficaz, profesional y con experiencia, lo que, sin duda, contribuyó al éxito para resolver el caso.
 
Por extensión, porque supe al escucharla no hace mucho, de su relación amistosa y hasta de su simpatía con algunos, de su respeto y de sus facilidades a compañeros reporteros de la fuente policiaca cuando fue agente del Ministerio Público, también merece el reconocimiento la directora de Investigaciones Ministeriales de la Procuraduría, Consuelo Lagunas Jiménez.
 
El 20 de agosto pasado publiqué en “Prosa aprisa” (“La credibilidad oficial, en duda”) que solo las buenas acciones oficiales ayudarían a superar el reto de la credibilidad perdida así como la confianza ciudadana y periodística, pues comenté cómo ante el anuncio por parte del Procurador de la solución de otro caso, el de cuatro periodistas y de una trabajadora de un medio todos del puerto de Veracruz, había sido tomado con recelo por diarios como EL PAIS de España o de organismos como Artículo 19, una ONG que defiende la libertad de prensa.
 
Basado en ello fue que apunté: “Siendo una buena noticia, en especial para el gremio periodístico, porque hasta ahora no se había informado de que se hubiera resuelto un solo caso de compañeros victimados –asesinados o secuestrados y desaparecidos– dando nombres y detalles, sustentados en la declaración de los propios delincuentes, no acabó de convencer plenamente”.
 
“Pero hubo reacciones en general. Unos opinamos comentando que qué bueno que se hubieran esclarecidos los casos, según las declaraciones del Procurador, y otros dudando o de plano rechazando lo dado a conocer por el fiscal”.
 
Opiné: “A nadie más en especial que a quienes ocupamos el espacio público periodístico nos importa y nos preocupa que, en efecto, se aclaren plena y debidamente los crímenes de los compañeros muertos, así como los casos de quienes están desaparecidos, y en ese sentido yo apoyo cualquier intento oficial que tenga esa preocupación y cómo desearía que tanto Javier Duarte de Ochoa como Felipe Amadeo Flores Espinosa pudieran darnos más seguido buenas noticias, o al menos esperanzadoras noticias, no solo de esclarecimientos sino de que la geografía veracruzana, el espacio público, recuperan sus niveles de seguridad para el ejercicio periodístico”.
 
(Esa columna suscitó una carta recriminatoria –mal argumentada, mal redactada– por parte del secretario general de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, a lo que siguió un acto intimidatorio).
 
Sigo pensando que solo las buenas noticias –dentro de la pena por la muerte de una compañera– como la que se dio a conocer anoche fortalecerán la buena imagen, la credibilidad y la confianza ciudadanas y periodísticas en el gobierno del estado y qué bueno que tanto Javier Duarte de Ochoa como Felipe Amadeo Flores Espinoza nos las dan ahora de nuevo.
 
No puede dejar de considerarse la oportunidad del anuncio, porque ocurre casi exactamente seis meses después del crimen, porque los señalamientos continuaban incluso por parte de la prensa internacional como quedó patente en el pasado Hay Festival Xalapa y porque se da a escasos 15 días de que el Gobernador rinda su Segundo Informe de Gobierno.
 
No puede tampoco desestimarse que el esclarecimiento del caso habrá de bajar el tono de las críticas y satisfará –eso creo– a un poderoso e influyente medio periodístico como es la revista Proceso, de la cual era corresponsal Regina, que exigió que su muerte no quedara impune y para cuya investigación decidió involucrarse incluso en una comisión especial que se formó a instancias del Ejecutivo del estado.
 
Considero alentador y tranquilizante, propicio para el buen clima que debe prevalecer en el estado para el ejercicio pleno de la libertad de expresión, que haya quedado esclarecido que lo de Regina no fue a consecuencia de su ejercicio profesional.
 
Quedan algunos asuntos pendientes por resolver que tienen que ver con periodistas. Nuevamente hago votos porque tengamos noticias que ayuden a disipar dudas, sospechas, en aras de un Veracruz en donde prevalezca la convivencia armónica, de unidad dentro de la diversidad, animada por el respeto a un derecho, al derecho de derechos, al más sagrado, al de la libertad de expresión.
 
Javier Duarte ofreció que el caso se resolvería. Creó una misión especial. Ha cumplido.
 
Yo no le regateo méritos. Si las cosas se hacen bien, hay que reconocerlo. Si se hacen mal, hay que señalarlo.
 
Lo único que nos debe animar es forjar un Veracruz de vida plena, de libertades, de respeto, de justicia, de no impunidad. Es posible lograrlo. Anoche quedó demostrado.
 
Me voy de puente. Nos encontramos de nuevo el próximo lunes.