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Columnas y artículos de opinión
En Caliente
¿Yo en que leo?
Benjamín Garcimarrero
5 de noviembre de 2012
alcalorpolitico.com
Cada día es mas difícil escribir, pero no por causa de la artritis ni del reumatismo neuronal del cerebro, tampoco por una cefalopatía galopante ni mucho menos por el apetito de Palo Verde o Bosques del Recuerdo.
 
El caso es que se ha endurecido el alma, se ha perdido la facultad de asombro y vamos adquiriendo eso que allá en mi pueblo le decían “cuero de burro”, cuando no le hace mella e uno ni el más terrible acontecimiento trágico o dramático.
 
Por mucho menos de lo que ahora se ve, cientos de personajes fueron a las mazmorras de la inquisición.
 
Caso patente la persecución de brujas, los juicios de Dios, las ordalías, y más que hay en el inventario de la historia. Ahora los desfiles de zombis detienen el tránsito vehicular, se parapetan frente a edificios públicos e increpan a las autoridades con un cinismo rayano en el descaro y la cachetonería.
 
Hoy también aparecen libros como “Las finanzas secretas de la Iglesia”, de Jasón Berry publicado por editorial Debate, en el que menciona los fuertes cochupos y sobornos entregados por Marcial Maciel Degollado a Juan Pablo II quien instruyó al actual Papa Benedicto XVI en el sentido de que no le tocaran un solo pelo a Maciel (des) fundador de Los Legionarios de Cristo. A buena mafia se acogió el padre Marcial, sobrino del santo moderno Rafael Guízar y Valencia.
 
Y aquí en Córdoba Veracruz, se sigue invitando y atendiendo a personajes tan nefastos como Onésimo Zepeda y Silva que debe andarse tapando con la misma cobija que los cordobeses hilvanados al erario.
 
Aún quedan 25 días de insensibilidad política y social para seguir las peripecias de un gobierno que se apaga pero que quiere dejar su impronta y sus influencias por si algún día regresa a recoger sus pasos y sus fueros. Ojala y no.
 
Ni que hablar de la imitación extra- lógica que se ha vuelto un símbolo de orgullo, con esa desnaturalizada intención de los juicios orales.
 
Peor estamos con la violación flagrante y cotidiana de las garantías y libertades; por ahora no hay libertad de tránsito con eso de los retenes, ya casi se necesita pasaporte para ir de Xalapa a Coatepec.
 
El automóvil que en época de Don Adolfo Ruiz Cortines se declaró que era extensión del domicilio y por lo tanto inviolable; ahora se ve como un instrumento delincuencial.
 
Los sistemas de control que debieran echarse a andar automáticamente al ocurrir quebrantos legales, nunca están donde se necesitan, bajo el principio aquel que reza:
 
Vinieron lo sarracenos/
Y nos molieron a palos/
 Pues Dios ayuda a los malos/
 Cuando son más que los buenos.
 
Ver en televisión como un empresario coreano le parte su mandarina en gajos a un connacional, indigna, pero pasa de inmediato al capítulo de la indiferencia. La verdad es que el sistema está como para llorar.
 
Y ni para irse a vivir a Corea porque le va a uno peor.