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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
El financiamiento a los partidos políticos en Veracruz
Hilario Barcelata Chávez
5 de noviembre de 2012
alcalorpolitico.com
Año con año, el gobierno del estado transfiere, por mandato constitucional, grandes sumas de dinero a los partidos políticos y al organismo encargado de organizar y vigilar la funcionalidad del sistema electoral. Esto resulta de gran relevancia en momentos en que las finanzas públicas estatales enfrentan problemas de escasez, frente a un evidente crecimiento de las necesidades sociales y los escasos resultados en materia de desarrollo económico y social que deben derivarse de un régimen democrático.

En esta colaboración ofrezco un análisis sobre la magnitud del financiamiento a los partidos y el costo que éste representa, considerando su desempeño en la contienda electoral de 2010, en términos de los votos obtenidos y del uso de recursos.

En 2010 participaron 8 partidos políticos agrupados en 3 coaliciones: PAN y Nueva Alianza en la coalición “Viva Veracruz”. El PRI, PVE y PRV agrupados en “Veracruz para adelante” y PRD, PT y Convergencia, en la coalición “Para cambiar Veracruz”.


Todos ellos recibieron en conjunto, durante 2009 un total de 59.2 millones de pesos (mdp) y en 2010 un monto de 101.7 mdp. Estos recursos, deben haberles servido para competir en el proceso electoral de 2010, por lo que es posible considerar que para ello tuvieron un total de 160.9 millones de pesos (mdp) que es la suma de los recursos recibidos en esos dos años.

De manera individual, el PRI recibió un total de 42 mdp durante estos dos años (26% del total), el PAN 38.9 mdp (24%) y el PRD, 13.7 mdp (el 12%) Es decir, estos tres partidos concentran el 62% del total.


En la medida que los partidos se agruparon en coaliciones para la contienda electoral, se entiende que cada coalición se financió con los recursos de los partidos que la constituyeron. Así la Coalición Veracruz para Adelante tuvo un total de 64 mdp; Viva Veracruz tuvo 52 mdp y Para cambiar Veracruz, 41.3 mdp.



Sin embargo, el mayor gasto en el proceso electoral lo representa el presupuesto del Instituto Electoral Veracruzano (IEV) el cual recibió para su operación (descontada la transferencia a partidos) un total de 566.9 mdp, que son la suma de su presupuesto en 2009 y 2010.

Para dimensionar la importancia del monto de recursos aplicados al proceso electoral y poder valorar el grado de eficiencia en el uso de estos recursos, he calculado el “Costo por Voto Unitario” (CVU) que mide el costo de cada voto emitido en el estado en la elección de 2010, considerando el total de dinero recibido por cada coalición de partidos más el presupuesto del IEV, y comparado con el número de votos obtenidos en la elección de gobernador.


El resultado que se observa es que, no sólo es muy caro el voto en Veracruz, sino que, además, los votos que obtienen los partidos con menos votación, son más caros todavía.

En la elección para gobernador de 2010 los partidos políticos obtuvieron sólo 3 millones 115 mil 790 votos, esto es el 58.7% del total de electores. Esto significa un nivel de abstención del 41%; es decir que 2 millones 196 mil 148 personas que podrían haber votado, decidieron no hacerlo, lo cual representa un desperdicio de recursos muy grande y un ejercicio ineficiente del gasto por parte de cada partido, dado que no lograron motivar ni convencerse al ciudadano para que fuera a emitir su voto.

Así, pues el CVU para esta elección fue en promedio de 234 pesos, considerando tanto los recursos transferidos a los partidos como el gasto total que realizó el IEV. Este monto es notoriamente elevado ya que si hubieran votado todas las personas en lista nominal, el costo hubiera sido de 137 pesos, es decir, casi 100 pesos menos.



La situación, sin embargo, es aún más grave ya que los resultados electorales fueron diferenciados para cada coalición, por lo que cada una de ellas tiene un CVU diferente, expresando un nivel de eficiencia financiera muy diferenciado.

La mayor de las ineficiencias en este sentido, recayó sobre la coalición Cambiar Veracruz que sólo obtuvo 401 mil votos (13% del total), en la mencionada elección, pero recibió el 26% del total de las transferencias a partidos, razón por la cual el CVU fue de 1,513 pesos. En cambio la Coalición Viva Veracruz tuvo un CVU de 485 pesos, ya que obtuvo el 41% de los votos y recibió el 32% de los recursos. Asimismo la coalición Para Adelante, obtuvo el 43% de los votos con el 40% de los recursos por lo que su CVU fue de 454 pesos. Es decir estas dos últimas coaliciones fueron más eficientes, pero aún así ineficientes, ya que hubieran podido sacar mayor provecho de sus recursos mediante la obtención de más votos, particularmente de los que se abstuvieron.

Por los resultados obtenidos y el alto costo que representa la participación de los partidos y la promoción del voto, se pude decir que el financiamiento a los partidos políticos en Veracruz constituye una fuga de recursos muy importante.


Los partidos reciben dinero público y lo gastan sin obtener éxito electoral, y propician un alto nivel de abstencionismo. Esto significa que el gasto no es rentable y por lo mismo debe pensarse seriamente en dos medidas fundamentales para la salud de las finanzas públicas del estado. Una es obligar a los partidos a practicar estrategias de participación política más eficientes, de modo que hagan más rentables los recursos que tengan en sus manos. La otra es reducir el financiamiento de manera drástica, pues los pobres resultados de los partidos dejan claro que el avance de la democracia no es una cuestión de dinero. Claro, esto requiere reformas constitucionales, pero aún así, hay que verlo como una opción a corto plazo.

Al parecer el hecho de que no exista una evaluación a su desempeño y que, sólo con sostener su registro se le siga financiando, constituye un incentivo para que los partidos sigan participando en la competencia electoral, aunque no se ganen las elecciones. Es decir, el financiamiento es mejor incentivo que obtener el éxito electoral. Y esto debe de acabar pues no hay que olvidar que los recursos que los partidos usan, son los recursos que la sociedad paga por impuestos.

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