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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Política de altura
Raymundo Jiménez
6 de noviembre de 2012
alcalorpolitico.com
Desde hace 38 años, cuando Miguel Ángel Yunes Linares recién acababa de egresar de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana y se iniciaba apenas como un modesto servidor público en la administración del gobernador priista Rafael Hernández Ochoa (1974-1980), recibió la protección de un hombre tan acaudalado como generoso que, sin tener ningún parentesco con él, siempre lo ha visto y tratado como un verdadero familiar porque llevan el mismo apellido de origen árabe: don José Yunes Suárez, el hombre fuerte de la región de Perote que siempre ha apuntalado al PRI.

El señor Yunes Suárez, padre del senador priista José Francisco Yunes Zorrilla, fue el anfitrión este sábado 3 del gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien llegó a casa del poderoso empresario peroteño acompañado del dirigente estatal del PRI, Erick Lagos Hernández, y del alcalde de Boca del Río, Salvador Manzur Díaz. A esta reunión se sumó el presidente municipal de Perote, Juan Manuel Velázquez Yunes, sobrino de don Pepe.

Se sobrentiende que esta reunión, además de ser una charla de buenos amigos –pues la relación entre la familia del gobernador Duarte y los Yunes de Perote también proviene desde hace más de tres décadas, razón por la que el ahora senador fue el primero en sumarse en la sucesión estatal de 2010 al ex secretario de Finanzas y Planeación para suceder a Fidel Herrera Beltrán en la gubernatura–, tuvo además un trasfondo eminentemente político, no sólo por la naturaleza de los personajes reunidos sino por la interesada difusión mediática que se le dio a este significativo encuentro.


Así que más que tamales y pan de muerto con chocolate, el jefe del Ejecutivo del estado debió subir hasta Perote para degustar también asuntos actuales y sabrosos de la política nacional y veracruzana.

Por ejemplo, Javier Duarte, quien el próximo jueves 15 habrá de rendir su segundo informe de gobierno ante la LXII Legislatura del estado, está por elegir directamente a su primera camada de candidatos priistas a alcaldes y diputados locales, pues en 2010 debió compartir la definición de estas candidaturas con su antecesor. Ahora, quizá, en algunos casos específicos sólo tenga que someter su lista de candidatos al visto bueno de los operadores priistas del Presidente electo Enrique Peña Nieto, quien a partir de diciembre comenzará a gobernar el país.

Por eso la obvia presencia en Perote, al lado del gobernador Duarte, del presidente del CDE del PRI, Erick Lagos, y del munícipe de Boca del Río, Chava Manzur, quien gobierna el principal reducto del PAN en el que residen los Yunes-Márquez y donde esta familia de neopanistas busca ratificar su hegemonía política, así como en otros municipios y distritos del estado.


Esta medición de fuerzas que comienza a manifestarse en la víspera del proceso electoral que culminará con las votaciones del domingo 7 de julio de 2013 ha provocado ya un fuerte encontronazo mediático del jefe del clan Yunes-Márquez con el gobernador Duarte de Ochoa.

La semana pasada, luego de que el martes 30 de octubre el diario “Reforma” publicara fotografías de los palacetes que Yunes Linares y su hijo Miguel Yunes Márquez recién acaban de construir e inaugurar en los fraccionamientos más caros de la zona limítrofe de Boca del Río y el municipio del puerto de Alvarado, los neopanistas aludidos enviaron sendas cartas al influyente periódico capitalino para acusar al Gobierno de Veracruz, sin aportar pruebas, de usar recursos públicos para instrumentar una campaña en su contra.

El junior, ex alcalde de Boca del Río, se atrevió a denunciar que esta campaña busca afectar su imagen pública con miras a las elecciones locales del 2013, pues ha declarado su interés por participar en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, donde el PAN obtuvo un importante triunfo en las pasadas elecciones federales.


Es más, se atrevió a negar que la mansión que habita esté valuada en más de 30 millones de pesos como se divulgó, y expuso que con “esta afirmación sin fundamento pone en riesgo a mi familia, ante la grave situación de violencia que existe actualmente en el estado de Veracruz. Yo mismo fui víctima de un atentado cometido por delincuentes que operan en el norte de Veracruz, del cual salí con vida gracias a que llevaba una camioneta blindada y a la pericia de mi chofer”.

Y, sin ningún rubor, Yunes Márquez, quien en su administración municipal dejó una deuda pública con un monto similar al supuesto valor de su palacete –y que según declaró el regidor boqueño Gaspar Monteagudo Hernández no ha sido aprobada aún por el Congreso local ni reconocida como tal por el Órgano de Fiscalización Superior del estado–, presumió que trabaja desde los 18 años de edad y que incursionó al servicio público hasta los 29 años, por lo que su casa es el producto de los recursos generados en su actividad empresarial que nada tiene que ver con temas de gobierno.

Rabioso, el aún coordinador estatal del programa federal Oportunidades advirtió que “lucharé con toda mi energía para defender en primer lugar la seguridad de mi esposa y de mis hijas, así como la honorabilidad de mi familia y la mía propia ante estos cobardes ataques”. Y sin ningún reparo expuso que el gobernador Duarte “será responsable de cualquier cosa que nos suceda, pero tendrá respuesta. Somos una familia fuertemente unida, respetamos a quien nos respeta”.


Por su parte, su padre Yunes Linares enfocó nuevamente sus baterías en contra del ex gobernador Fidel Herrera, su más odiado enemigo político. El ex director del ISSSTE consideró que esta campaña en contra de él y de su primogénito tiene como objetivo desviar la atención sobre Herrera Beltrán, ante las denuncias de que sea procesado por el desfalco cometido en perjuicio de las finanzas públicas de los veracruzanos y por haber dejado al estado en manos de la delincuencia.

Yunes Linares dijo que decidió vivir en la entidad y construir una casa, misma que comparte con dos de sus hijos en el mismo lugar donde vive desde hace 20 años. “Está a la vista de todos, no tengo nada que ocultar”, resaltó.

“Aquí vivo y aquí seguiré, sin que me importen las campañas difamatorias, ni mucho menos las amenazas de un cobarde que tiene que actuar por medio de terceras personas a falta de valor personal.


“Javier Duarte es el responsable de estas publicaciones y por tanto del riesgo en que nos ha puesto a todos, pero se equivoca si piensa que nos doblará; mis hijos Miguel, Omar, Fernando y yo somos hombres en toda la extensión de la palabra”, se ufanó este polémico político que amasó una inexplicable fortuna durante los 30 años que militó en el PRI y sirvió en gobiernos priistas; riqueza monumental que todavía acrecentó entre 2005 y 2010 durante las dos administraciones presidenciales del PAN, donde ocupó relevantes cargos en la Secretaría de Seguridad Pública federal y el ISSSTE.

No conforme con el desmentido, ese mismo día Yunes Linares mandó a insertar en el mismo diario fotografías aéreas de una residencia ubicada en la ciudad de Scottsdale, Arizona, cuya propiedad le atribuyó equivocadamente a Duarte, pues en misiva enviada a la publicación el mandatario veracruzano aclaró el pasado jueves 1 que dicho inmueble fue adquirido en el año de 2005 en 6 millones de pesos por el señor Jesús Antonio Macías Yazegey, el cual lo registró a nombre de su hija Karime Macías Tubilla, esposa del Ejecutivo estatal.

“El inmueble está asentado en una superficie de 300 metros cuadrados, cuenta con 3 recámaras, sala, comedor y cochera para dos vehículos, dista mucho de ser considerada una mansión. La citada casa se vendió en el año 2007 dejando desde entonces de formar parte de mi patrimonio familiar”, aclaró Duarte de Ochoa al diario “Reforma”.


Y, en clara alusión a Yunes Linares, el gobernador considera “lamentable que haya quien tratando de evadir su responsabilidad de explicar a la sociedad el origen de su inmensa fortuna, el derroche multimillonario en propiedades y lujos que están a la vista, se escude en la difamación y trate de desvirtuar una operación perfectamente legal y transparente, que no tuvo nada que ver con mi calidad de servidor público”.

Por eso, con su publicitada visita a Perote, Javier Duarte mandó el inequívoco mensaje de su inalterable alianza con otros Yunes, políticos leales y empresarios respetables, que siempre han sabido ser amigos a pesar de las adversidades.