icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Políticos austeros
Uriel Flores Aguayo
9 de noviembre de 2012
alcalorpolitico.com
La palabra austeridad se instaló definitivamente en el discurso político del país, Veracruz no es la excepción; se ocupa para anunciar grandes y casi nunca cumplidos planes de Gobierno, forma parte de los mensajes cotidianos de los funcionarios y los representantes oficiales; pero solo son palabras que se lleva el viento; luce y distingue presentarse y decirse austero, el pequeño problema es cumplir, hacerlo en los hechos y ser coherentes con ese anuncio. No observo, aunque seguramente existen algunas excepciones, ese modelo en ningún nivel o espacio de poder local, al contrario, lo que se ve es estilo tradicional, ostentación, mayorcitos y señoritos muy pretenciosos y muy preocupados por la moda y las marcas; de las señoras políticas, sobre todo las oficiales, ni que decir, glamorosas y a la moda. El servicio público perdió, si alguna vez lo tuvo, su sencillez para volverse una labor alejada de la gente y motivo de protagonismo formal, hueco pero de oropel. En una sociedad pobre mayoritariamente, con clases medias muy medianas y ricos escuálidos, ser político se volvió una obsesión, un deporte tan popular que hasta los empresarios-por llamarlos de alguna manera-se convirtieron a la política, sobre todo en el PRI y PAN; algunos ya no sueltan cargos de todo tipo, de lo que sea; es fácil seguirlos viendo actualmente en alguna posición política, hasta la fecha.

Por inercias, costumbres raras, porque así es el sistema o porque no tienen formación alguna, sobre todo los neo políticos o bebe saurios, ser político en Veracruz se volvió sinónimo de riqueza y ostentación; los botones de muestra los localizamos en sus autos, casas, viajes y ropita; esos rasgos nada tienen que ver con una noción republicana, con el servicio público; tal vez ni cuenta se den, crean que así está bien, que es normal; poco se les puede decir en tanto carecen de elemental cultura democrática y vocación de servicio; necesitaríamos varias hojas para enlistar a los personajes que encajan en esas definiciones; es paradójico que entre quienes suenan o son promovidos para las próximas elecciones destacan finos representantes de esa escuela, la frívola y derrochadora. Creo que nuestro estado, Xalapa por delante, sufre una crisis de valores políticos, en el sentido de que se ha desnaturalizado esa actividad hasta volverla un asunto de saqueo de los presupuestos públicos; basta una ojeada a los Ayuntamientos y al estado en general para constatar las dificultades financieras en que se encuentran; el colmo es que sigan explotándolos como si no pasara nada. Por buenos deseos esa situación no va a cambiar, un político sin pompa y oropel no se concibe ni el mismo, cree que todo lo merece, que así ha sido siempre y que no hay razones para ser diferente y mejor. Se pueden hacer llamados y no pasara nada; se van a seguir escuchando discursos donde la austeridad suene con fuerza, pero solo es demagogia, por ellos mismos no va a pasar algo distinto; lo peor es que esas formas ofensivas se vuelven "normales", a las que otros aspiran y que se reproducen en todos los ámbitos. No es descabellado reclamar un comportamiento austero real, que los políticos vivan, en lo posible, igual que el pueblo, que no sean una clase especial,"la clase política", que asuman su labor como un servicio; si en ninguna circunstancia se justifica que los funcionarios y los representantes lleven un nivel de vida superior al promedio del pueblo, menos, mucho menos se debe aceptar en una sociedad que carece de niveles aceptables de vida. El estilo faraónico de los políticos provoca corrupción y explica, en gran medida, los fenómenos de la delincuencia organizada; como no tienen llenad era y quieren llevar una vida de magnates están dispuestos a todo, a nadar de a " muertito" mientras el pueblo es agraviado en muchos sentidos, hasta en su propia seguridad.

En este como en todos los aspectos de la vida, hay que predicar con el ejemplo; aunque sea en pequeño, como una muestra, los que, desde la izquierda, ocupamos espacios públicos, debemos ser escrupulosos en nuestro comportamiento y ser estrictamente austeros, no dar motivo de confusión, no somos iguales, no desalentar a quienes nos depositan su confianza. Espero hacer escuela, aunque sea en fase de inicio de cursos, mostrando otra manera de ser; no me cuesta mucho porque así soy de toda la vida, porque es mi estilo; a partir de mi, aunque algo tendrán que ver las elecciones próximas, muchos políticos tradicionales y a la moda, van a cambiar sus hábitos, se van a mostrar humildes y austeros, lo cual ya será ganancia; en una de esas les gusta, se sienten bien y lo adoptan como una forma de vida pública. Cuando el político viaje en autobús en carretera, en taxi en la ciudad, despache en oficinas sencillas, no cuente con un ejército de ayudantes, camine por las calles y se preocupe menos por el color de la corbata, tendremos mejores servidores públicos. Por el momento pongo mi granito de arena para construir una cultura de servicio.


Recadito: Es muy previsible el cuarto de guerra oficial.

[email protected]