Vaya balón que le puso en la cancha ayer el Presidente electo Enrique Peña Nieto al gobernador Javier Duarte de Ochoa.

 

No que sea precisamente con dedicatoria especial para el cordobés, pero sí para que sea el primero que intente una jugada aprovechando que tendrá encima los reflectores este jueves.

 

Peña Nieto, en vísperas del Segundo Informe de Gobierno de Veracruz, presentó la iniciativa de reforma constitucional para la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción.

 

Pero, también, otra para reorganizar la Administración Pública Federal dentro de la cual se contempla la disminución de secretarías, que bajarían de 18 a 16.

 

Peña Nieto argumentó que de ser aprobadas, el gobierno, su gobierno –y se supone que por extensión todos los gobiernos del país, estatales y municipales– estará sujeto de manera permanente “a una evaluación de la sociedad mexicana sobre los resultados que se esperan de nosotros”.

 

(El domingo la Arquidiócesis de Xalapa, por voz de su director de Comunicación Social, José Juan Sánchez Jácome, se pronunció en ese sentido: que a la sociedad le toca someter a un profundo escrutinio el desempeño de los gobernantes, así como estar exigiendo los resultados que se esperan de sus respectivas administraciones. “Hemos venido aprendiendo que la participación ciudadana y el atento escrutinio deben estar siempre a la vanguardia para exigir mejores resultados en la administración pública”.)

 

En el caso de la primera iniciativa, la propuesta plantea que la comisión tenga facultades de atracción en casos de corrupción estatal y municipal que se consideren de especial relevancia.

 

Un grito, un clamor de la población es que se acabe con la corrupción, con el chantaje, con la extorsión, lo mismo del agente de Tránsito, del mal empleado de ventanilla o de los peces gordos de niveles medios y superiores de los distintos niveles de gobierno.

 

Que se empiece por los propios contralores que están hechos para tapar o solapar trastupijes e incluso para confabularse y hacer negocios en complicidad con los funcionarios a los que se supone que deben de vigilar.

 

Peña Nieto propone que desaparezca la Secretaría de la Función Pública, lo que llevaría a preguntar si acá entonces se procederá a que desaparezca el famoso ORFIS, o sea, el Órgano de Fiscalización Superior.

 

Habrá que conocer a detalle las iniciativas para abundar en el comentario, pero, de entrada, me parece saludable en especial lo que tiene que ver con el combate a la corrupción. A ver si es cierto.

 

Tal vez como reacción, Javier Duarte de Ochoa se adhiera públicamente a las propuestas de Peña Nieto y anuncie este día que en Veracruz se procederá en consecuencia. Podría ser.

 

Una buena noticia sobre Veracruz. El lunes, el periódico especializado El Economista publicó que la entidad veracruzana es el estado más avanzado, de los 31 del país, en infraestructura, según un estudio de PricewaterhouseCoopers (pwc).

 

Con un porcentaje de 91.2 por ciento encabeza la lista seguido por Sinaloa y Chiapas, con 89.8 y 82.6, respectivamente, “lo que implica que los tres estados están en posición de buscar nuevos planes y estrategias para mantener y continuar los logros obtenidos en la materia”.

 

Según se informa, el análisis titulado “México y sus Estados de Oportunidad 2012” considera cuatro rubros: longitud de carreteras públicas, aeropuertos nacionales e internacionales (servicios de pasajeros y carga) y tasa promedio de crecimiento de la inversión en obras públicas y acciones sociales.

 

“El desarrollo de infraestructura continúa siendo un factor clave para el crecimiento económico de un país y, aunque la disponibilidad de recursos siempre es un reto, el reciente esfuerzo sostenido para mejorar la infraestructura está comenzando a mostrar resultados”, se agrega.

 

Leonardo Estévez, director de Asesoría Financiera de Infraestructura de KPMG, comentó que de una bolsa neta de 161,100 millones de dólares que el gobierno de Enrique Peña Nieto planea invertir en materia de infraestructura entre 2013 y 2018, 76,900 millones de dólares serían invertidos en la región centro del país, dentro de la cual está comprendido Veracruz.

 

La información ahí está, como si al gobernador Javier Duarte de Ochoa le hiciera falta algo para destacar este jueves durante su Segundo Informe de Gobierno.

 

Qué bueno que el estado no solo es malas noticias.

 

Me llamó la atención ayer la “Encuesta de Visión de Futuro” que publicó el portal alcalorpolitico.com, que “fue aplicada (en Xalapa) de acuerdo a los distintos nombres que se publican en distintos círculos políticos y sociales”, y me llamó la atención porque en el arranque prácticamente hay un empate técnico entre el PRI y el PRD. En porcentajes, el tricolor tiene 30.6% mientras que el sol azteca alcanza el 27.3%, o sea, con una diferencia de solo 3 puntos porcentuales. El PAN está muy rezagado, con apenas 8.1%. El MC (Movimiento Ciudadano) pinta con únicamente 2% mientras que el PT con 1.4. El PVEM registra un 1% mientras que el PANAL tiene 0%. Me pregunto qué pasaría si las izquierdas se unieran, por ejemplo, en torno a una candidata como Dulce María Dauzón, cuya persona alcanza un porcentaje de 8.3 y quien es bien vista por buena parte de la ciudadanía, o bien en torno al diputado federal Uriel Flores Aguayo. Ya se ve que Abel Cuevas Melo no es la solución para el panismo; al margen de su partido, en lo personal obtiene solo un 4.2%. Por los referentes personales que tengo, en el tricolor siguen pesando que el partido y la persona a vencer son el PAN y Cuevas Melo. Están mal y si se obstinan en ver las cosas así, van a perder.

 

Por lo pronto, lo que reflejan los resultados es que la izquierda en Xalapa está vivita y coleando no obstante que ya no está la figura de Andrés Manuel López Obrador y que si los tricolores no se aplican en cuerpo y alma, día y noche, a la tarea proselitista, se pueden llevar un buen susto.

 

Para qué les comento cómo están las cifras en los municipios de Veracruz y Boca del Río. En Xalapa por lo menos, aunque con ligera ventaja, lidera el Revolucionario Institucional. En la zona conurbada tendrá que hacer una verdadera proeza para ganar.

 

En “Acertijos”, su columna de ayer, Gilberto Haaz Díez comenta que se reunió en un café del puerto de Veracruz con Miguel Ángel Yunes Linares, ex candidato panista al gobierno del estado, ex secretario de Gobierno y dos veces ex presidente del CDE del PRI. Escribe el colega que Miguel “ha logrado penetrar tanto” en el PAN “que los mismos priistas cupulares, sus amigos del altiplano, le piden que retorne, no que regrese”. Menciona quiénes son esos amigos del altiplano: Manlio Fabio Beltrones, Jesús Murillo Karam, con quien colaboró, y Miguel Osorio Chong. Eso se lo habría dicho el mismo Yunes Linares. En los años que llevó participando en la vida pública de Veracruz he visto tanto de la política, salvo que un camello haya pasado por el ojo de una aguja, que no me extrañaría para nada que una noche Miguel se acostará blanquiazul y se levantará tricolor al día siguiente.