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Columnas y artículos de opinión
El PRD y Peña Nieto
Uriel Flores Aguayo
16 de noviembre de 2012
alcalorpolitico.com
Son tiempos especiales de definición para la izquierda mexicana, el PRD centralmente en ella; a los resultados electorales recientes, con todas sus interpretaciones posibles, les corresponde una reacción y actitud de posicionamiento inminente para las fuerzas progresistas, de su reflexión y posturas depende mucho sus posibilidades inmediatas y futuras; mas allá del facilismo oportunista o radical, autodenominados, es imperativo que el PRD se ubique en el momento histórico, que precise como quiere ser y que quiere para México; en esa línea juega un papel central su posición sobre Peña Nieto , contando con una fecha de alto valor político y legal como es la toma de protesta; en relación a ese momento se está iniciando ya el debate interno que va desde las extrañas declaraciones del senador Barbosa hasta las alusiones a la toma de tribuna; falta mucho, se está empezando por que mas allá del acto en si está la concepción del gobierno Peñista y la ubicación del PRD: la disyuntiva es reconocer o no como partido, tener tratos o no y hacer planteamientos directos o no. Pienso que, sin obviar nada, sin abstraerse del predominio oligárquico y las limitaciones democráticas de México, se debe intentar un dialogo nacional que parta del respeto mutuo y de la no auto marginación, que considere planteamientos del PRD y el movimiento progresista que se reflejen en reglas electorales y políticas públicas. Es indispensable que el PRD tome la iniciativa, que haga ejercicio político y que demuestre a la nación que está preparado para gobernar, que tiene la madurez para ser oposición crítica pero constructiva y que está en condiciones, llegado el momento, de gobernar al país.

Lo peor que le puede pasar al PRD en relación a Peña Nieto, que va a tener su propio partido de tonalidad de izquierda (concertación) y ciertas facilidades con algunas fracciones de izquierda, es no definir, posponer el debate y dejar a la ambigüedad el trato con “los pinos”. Se le puede venir encima una crisis de estructura y de lealtades, el vencimiento simple de funcionarios y representantes ante el predominio oficial en puerta que va a disponer de todos los medios y recursos desde el poder. La mejor manera de evitar olas oportunistas o de desencanto es definiéndose políticamente, discutiendo los temas y tomando posturas categóricas; lo importante es guardar distancia entendida como autonomía y libertad de decisión respecto del poder, tener identidad propia y mantener un proyecto con el sello de la izquierda, la de los principios de siempre, básicos, pero la de las estrategias y las tácticas de hoy.

En Veracruz el PRD vive una situación difícil, de debilidad y desviaciones crónicas, que lo pone en condiciones adversas ante el proceso electoral en curso; requerirá enormes esfuerzos unitarios y de voluntad política para salir adelante, para tener buenos candidatos y ganar ayuntamientos y distritos; es urgente que el PRD salga de la marginalidad política, que sea un factor destacado en la vida pública de Veracruz; en esa idea tiene que apelar a la convocatoria opositora, explorar todas las posibilidades de coincidencias electorales y presentar un proyecto transformador de gobierno y de representación


Recadito: Algunos piensan que los Xalapeños nos chupamos el dedo.