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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Amigos, brothers, mi sangre
Arturo Reyes Isidoro
7 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
¡Hace agua el barco panista en Veracruz! De acuerdo a la página electrónica del blanquiazul, su adherencia se hizo casi polvo. De 148,847 adherentes que tenía, una vez que se depuró el padrón con fecha de ayer 6 de enero, la cifra cayó estrepitosamente a sólo ¡18,712 personas! De su militancia activa, de 24,157 panistas que había, sólo ratificaron su militancia 16,575. Tenía razón El Universal: han pasado a ser, de nuevo, una mini chiquillada política. ¡Y cuando vienen elecciones locales y municipales! No cabe duda, es un ¡sálvese quien pueda!
 
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Sin duda, el gobernador Javier Duarte de Ochoa está haciendo su trabajo… político. Y a su lado, arrimando la leña para alimentar la hoguera en pleno invierno, el senador José Francisco Yunes Zorrilla, hoy por hoy el mejor aliado que tiene el ejecutivo estatal en el altiplano.
 
La foto que difundió el sábado la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado tiene como encabezado una simple, sencilla y corta frase que lo dice todo: “Reunión de amigos”.
 
El “pie” (el texto explicativo) de la gráfica es bastante ilustrativo: “Perote, Ver., 05 de enero de 2013.- El gobernador Javier Duarte de Ochoa convivió y departió la tarde de este sábado con el senador Luis Miguel Barbosa Huerta, coordinador parlamentario del PRD en el Senado de la República; el senador José Francisco Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta y su padre, José Yunes Suárez. Al encuentro asistieron también los dirigentes estatales del PRD, Juan Vergel Pacheco y del PRI, Erick Lagos Hernández; los perredistas Rogelio Franco Castán y Margarita Guillaumín Romero; el secretario de Finanzas y Planeación, Tomás Ruiz González; el diputado federal Fernando Charleston Salinas; el alcalde Juan Manuel Velázquez Yunes, y Miguel Barbosa Orozco”.
 
¿Amigos? Amigos. Brothers, hermanos, mi sangre. Juan Vergel y Erick Lagos. El PRD y el PRI. La izquierda y el centro. Uno amarillo y otro tricolor, o sea, una pareja multicolor. En realidad primos hermanos, con la misma sangre que corre por sus venas si se recuerda que el perredismo nació de una ruptura de sus fundadores con su matriz original: el priismo. En lo más profundo, en sus inicios, les dio vida y los nutrió la misma placenta. Llevan el mismo ADN.
 
Por como son estas cosas de la política, una explicación lógica sería que Duarte de Ochoa, responsable político de Veracruz, pero además de su partido y de su militancia, busca asegurar, a toda costa, el triunfo de los candidatos tricolores en la elección del 7 de julio y para ello necesita desarticular todo lo que pueda representar un obstáculo, una cerca, un peligro, como, por ejemplo, una alianza de la izquierda con la derecha, con el PAN.
 
Pepe Yunes Zorrilla, un político serio, que sabe de política, que aunque callado es un buen operador político, leal a su causa, a su partido y al jefe político de su militancia, el gobernador, hizo suya la preocupación y en mancuerna con su jefe se puso a operar, a ayudarlo para evitar la alianza de la izquierda con la derecha, cabildeó y convenció a su homólogo en el senado, pero además coordinador de su bancada en la Cámara Alta, Luis Miguel Barbosa Huerta, del PRD, y lo trajo al rancho San Julián, en Perote, una de las propiedades familiares, y se lo puso de pechito a Javier Duarte, pero, además, se vio que hubo cabildeo local y también acudieron para la foto del recuerdo tres perredistas significativos: Vergel Pacheco, Rogelio Franco Castán y Margarita Guillaumin Romero.
 
Seguramente la comida, el vino y el coñac que le precedieron, las viandas, el postre, más vino y coñac y café, pero sobre todo la charla, el contenido de la charla, calentaron el ambiente y neutralizaron el frio de dos grados bajo cero que imperaba la tarde del sábado en el valle de Perote, hubo los mejores deseos de Año Nuevo y ¡hasta estuvieron presentes Santa Claus y los Reyes Magos juntos en una sola persona!, como la Santísima Trinidad, en la de Tomás Ruiz González, el secretario de Finanzas, seguramente para tomar nota y atender, en vísperas del 6 de Enero, cualquier y toda cartita de petición, pues de otra forma no se explica qué hacía ahí Tomás (esta vez ya no fue invitado Salvador Manzur Díaz), un político-técnico, técnico político, el único ajeno –por decirlo de alguna manera– al grupo, a los intereses del grupo, pues José Yunes Suárez estuvo presente por ser el anfitrión, siempre un excelente anfitrión, Fernando Charleston Hernández (en el pie de foto le pusieron equivocadamente el segundo apellido de su padre, Salinas) por ser el diputado federal del distrito y Juan Velázquez Yunes por ser el alcalde anfitrión, de Perote, pero quien será el candidato a diputado local por el distrito. Barbosa Orozco por ser cachorro de Barbosa Huerta.
 
¿Qué trataron? ¿Qué acordaron? ¿A qué se comprometió el pastor del rebaño del sol azteca en la Cámara de Senadores? ¿A qué el team tricolor? ¿Cuántas diputaciones locales y cuáles, cuántas alcaldías y cuáles se amarraron para que las gane el PRD a cambio de que dejen solos y chiflando en la loma a los de la derecha?
 
El encuentro, sin duda, estuvo bien pensado y bien planeado. Se realizó en vísperas de la primera visita al estado del presidente Enrique Peña Nieto, el líder nacional del priismo. No ha de correr mucha agua bajo el puente para que sepamos qué se platicó, qué se acordó, qué se negoció. Si fue un repliegue para dejar solo al PAN, entonces el perredismo, que se veía coqueteando con los blanquiazules, estará en línea con el PT y algunas otras corrientes de la izquierda que se oponen a un acuerdo, a una alianza, a una coalición con la derecha. Y el PRI podrá dormir más tranquilo, roncar a gusto y estirar bien la pierna.
 
En el trasfondo, queda claro que Javier Duarte de Ochoa se está moviendo y está haciendo lo que le corresponde (otra cosa será lo que decida el electorado o las omisiones, las fallas o los errores que cometan sus candidatos). Queda claro también la coordinación, el entendimiento y, sobre todo, la confianza del gobernador en el senador Yunes Zorrilla, pues no es la primera vez que acude a su bunker familiar, lo que constituye una verdadera distinción, pero también un gesto con alta significación política.
 
¿Premoniciones?
 
Vino ayer el presidente Enrique Peña Nieto a Veracruz ¡y tembló en el sur del estado! ¿Premoniciones de lo que viene?... Sin duda, el mexiquense, continúa en campaña. El pasado 21 de diciembre, durante un brindis con la fuente periodística en Los Pinos, un colega le preguntó si continuaría su cercanía con la gente, como lo acababa de hacer minutos antes en su gira por Mérida. Le respondió que sí, que a él le daba resultados y que era necesario. Ayer lo confirmó cuando llegó 20 minutos antes de la hora marcada para dar inicio al acto oficial en el WTC. El propósito fue dejarse apapachar por el campesinado. El mismo Peña Nieto tomaba las cámaras-celulares y se las daba a los del Estado Mayor para que les sacaran las fotos con sus propietarios, como se lo pedían… A quien le fue bien en el aplausómetro, cuando la anunciaron, fue a la dirigente de la Liga Agraria de Veracruz, Bertha Hernández Rodríguez… Ayer también, luego de la guardia ante el monumento a Venustiano Carranza, sin la presencia de Peña Nieto, el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, y el súper asesor Enrique Jackson Ramírez, también secretario técnico del Consejo Político Nacional del PRI, se dieron tiempo para echarse un lecherito con canillas en el café La Parroquia de Plaza Américas. Luego, se trasladaron al WTC para el acto con el presidente. A Buganza le encanta el jelengue. A ver si no le agarra el gusto como para intentar seguir el próximo sexenio… Bien que vaya el gobernador Javier Duarte este lunes al acto obrero en Río Blanco. Bastante bien que lo acompañe el nuevo secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida. La plaza no es fácil. Siempre ha habido broncas, reclamos. Veremos cómo les va.