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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Salinas y sus ahijados políticos
Arturo Reyes Isidoro
8 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
Tan cambiantes como las circunstancias políticas han sido los gobernadores de Veracruz. Algunos han venido, o no los ha enviado el presidente en turno, de la capital del país, otros han salido del estado mismo, pero el caso más especial, porque prácticamente nadie lo conocía hasta que lo destaparon, fue el del extinto Agustín Acosta Lagunes.
 
De los últimos diez que yo recuerdo, aunque del primero que me acuerdo apenas estaba entrando en mi juventud, Fernando López Arias, hizo actividad política tanto en el estado como en la capital del país y siendo titular de la PGR renunció para venir como candidato. Rafael Murillo Vidal tuvo una trayectoria parecida y cuando se desempeñaba como representante del gobierno en la capital del país, fue nominado candidato. Vino del D.F. Rafael Hernández Ochoa hizo más política en la Ciudad de México y tras haber sido presidente de la Cámara de Diputados federal, también lo envió como candidato el presidente Luis Echeverría.
 
Después vino Acosta Lagunes, y luego Fernando Gutiérrez Barrios, quien toda su vida pública la había hecho en la capital del país, hasta que fue nominado candidato. Como gobernador sólo estuvo dos años, porque pidió licencia para irse como Secretario de Gobernación, y en su lugar dejó a Dante Delgado Rannauro, con una prolífica vida política en el estado desde adolescente. A Dante lo sustituyó Patricio Chirinos Calero, impuesto por su amigo el presidente Carlos Salinas de Gortari, aunque en su momento el entonces Sur de Veracruz, hoy Imagen de Veracruz, publicó un acta de nacimiento que revelaba que en realidad había nacido en San Luis Potosí, aunque él se presentaba como de Pánuco. Chirinos nos cayó del D.F., con poca trayectoria en el estado, por no decir que nula.
 
Miguel Alemán Velasco, figura pública como político, como comunicador, ya como empresario y con el gran antecedente de ser hijo de un ex gobernador del estado y ex presidente de México, Miguel Alemán Valdés (su abuelo Miguel Alemán González fue revolucionario que luchó en el sur del estado) vino del Distrito Federal aunque hasta la fecha defiende a morir su derecho como veracruzano. Fidel Herrera Beltrán era de aquí y de allá. Hizo política tanto en el estado como en la capital del país, tal vez el caso más equilibrado de pertenencia a uno y otro lugar. Javier Duarte, como en el caso de Dante, propiamente surgió del estado.
 
Acosta Lagunes, apuntaba al inicio, fue un caso especial. Luego de estudiar la primaria, la secundaria y la preparatoria en Xalapa, se fue a la Ciudad de México donde tuvo una brillante trayectoria como académico, como economista y financiero, como asesor empresarial y en cargos de gobierno de donde siendo titular de la Casa de Moneda de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no los impuso como candidato al gobierno del estado su amigo el presidente José López Portillo. Pero nunca tuvo actividad partidista en el estad ni en la capital del país, ni siquiera fue jefe de manzana o presidente de un seccional priista. Por eso nadie lo conocía en Veracruz aunque descollaba en su campo (ha sido el gobernador mejor preparado, académicamente hablando, que ha tenido el estado, políglota, con estudios en el extranjero, con muchos reconocimientos internacionales) y cuando se le mencionó por primera vez todos nos volvíamos a ver con cara de what.
 
Fue un buen candidato y un buen gobernador. No puedo dejar de mencionar que tuvo muchas atenciones conmigo, en especial cuando dejó el gobierno e incluso me invitaba a la biblioteca de su casa en Las Ánimas donde me orientaba sobre qué temas resultaban de interés y me sugería ir escribiendo. Pero hasta que llegó, era un perfecto desconocido.
 
Hoy, a poco menos de cuatro años para el cambio de administración, a casi tres años de que esté en apogeo el barullo por la selección del candidato, para nadie en el mundo político del estado es un secreto que van en camino de participar en la liza sucesoria, por su trabajo, por su trayectoria, por sus méritos, por su oficio político, por sus relaciones, por su imagen, los senadores José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa y el secretario de Educación Adolfo Mota Hernández.
 
Pero las circunstancias parece que están empezando a ampliar el abanico y a abrir caminos insospechados hasta ahora con la aparición de un personaje que hasta hace unos días no figuraba y otro cuyos méritos como excelente administrador lo pueden catapultar porque gentes con su capacidad es lo que busca y quiere en los estados quien ahora decide: el presidente.
 
En el estado, la visita del ex presidente Carlos Salinas de Gortari el pasado 29 de diciembre a Coatzacoalcos no pasó del registro de la prensa y la sorpresa que causó su llegada y su estancia de una horas en la residencia del licenciado José Antonio González Anaya, actual director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, nombrado, claro está, por el presidente Enrique Peña Nieto (Pepe Toño González había acostumbrado celebrar ese día, cada año, una reunión con sus cuates de la ciudad, pero en esta ocasión fue distinto).
 
Salinas arribó a las 14:15 horas y se fue a las 19:10 del aeropuerto de Canticas. Bajo fuertes medidas de seguridad estuvo en la residencia de la avenida Bellavista del antiguo Puerto México, en el número 422, donde tuvo lugar un encuentro familiar. El ex presidente es concuño y compadre del nuevo director del IMSS, pues las señoras Ana Paula Gerard Rivero y su hermana Gabriela son esposas del ex mandatario y del funcionario federal, respectivamente. Con el ex mandatario viajaron sus hijos Ana Emilia Margarita, Patricio Jerónimo y Mateo Salinas Gerard.
 
En el estado, decía, todo se redujo al registro periodístico y a la sorpresa momentánea. En cambio, en la Ciudad de México, al hecho le dieron otra significación. De inmediato, los principales ejecutivos de consultorías políticas y de algunas empresas encuestadoras, que a su vez prendieron focos rojos en los principales diarios de la capital del país y en el propio CEN del PRI, ordenaron, de inmediato, que se empiece a seguir, a monitorear todo lo que tenga que ver con el director general del Seguro Social bajo un argumento, al que ellos le dan todo el peso: va a ser el candidato de Carlos Salinas de Gortari al gobierno del estado. Salinas, además, es tutor y padrino de Enrique Peña Nieto.
 
Y dispusieron personal, bien para que viajaran a Coatzacoalcos a indagar todo lo que pudieran sobre el personaje y su familia, bien para que contactaran a personas de Xalapa, Veracruz o Coatzacoalcos a efecto de que les pasaran información. Y ahí está ya, una nueva ficha en la ruleta política, que ya está girando.
 
Pero en círculos políticos de la capital del país incluyen como posible prospecto a otro personaje, también ahijado de Carlos Salinas de Gortari aunque la mayoría se vaya con la finta de que lo es de Elba Esther Gordillo, o s bólo de ella: Tomás Ruiz González. El reconocimiento en el diario español EL PAIS al gobernador Javier Duarte de Ochoa el pasado 15 de diciembre (“Veracruz hace los deberes”) por haber reestructurado el pasivo del estado y haberse puesto, anticipadamente, en la línea de preocupación del presidente Peña Nieto por contener la deuda de los estados y municipios, llevó la atención a Tomás, también de Coatzacoalcos, a quien consideran el estratega económico y financiero que está atrás del logro. “Peña Nieto necesita este tipo de personas en los estados”, es el comentario. Y lo han empezado a monitorear.
 
Así, 2013 abre enriqueciendo el abanico, la miríada de prospectos, de aspirantes para la grande del estado en 2016, y, por lo que se advierte, esto se empieza a poner bueno.