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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Los aspirantes a candidatos
Miguel Molina
17 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
Su nombre es legión. Si hemos de creer lo que aseguran o especulan otros columnistas, alrededor de cuarenta y cinco diputados locales -titulares y suplentes- piensan renunciar a sus cargos para buscar otros puestos en la administración pública de Veracruz.

Ha habido casos como el de Pablo Anaya, quien duró menos de un día como diputado local porque lo invitaron a ser secretario de Salud (y el de su suplente Verónica Carreón, quien pidió licencia para volverse candidata a diputada federal), y como el de Ernesto Callejas Briones, quien dejó temporalmente su curul por problemas médicos.

Jair García publicó en La Jornada Veracruz una relación muy completa de los diputados que no se aguantan las ganas de hacer campaña de nuevo para convertirse en alcaldes -que tal vez buscarán en su momento licencia con la esperanza de ser diputados federales o senadores-.


En la lista de Jair -como en otras muchas listas que se han confeccionado en columnas políticas -están los priistas Américo Zúñiga y Carlos Aceves por Xalapa Ainara Rementería por Veracruz, Flavino Ríos por Minatitlán, Anabel Ponce por Pánuco, Elena Zamorano por Tlacotalpan, Félix Castellanos por Santiago Tuxtla, Isela González por Cosoleacaque, Jacob Velasco por Acayucan, y José Murad Loufte por Coatzacoalcos.

Pero también Karime Aguilera por La Antigua, Marco Antonio Estrada por Las Choapas, Moisés Hernández por Chicontepec, Raymundo Saldaña por Rafael Lucio, Ricardo Callejas por Misantla, Roberto Pérez por Coatepec, Tomás Montoya Pereyra por San Andrés Tuxtla y Víctor Castelán por Orizaba.

Según el análisis de Jair García, Enrique Levet Gorozpe y Víctor García Trujeque también podrían solicitar licencia para buscar la rectoría de la Universidad Veracruzana, y para convertirse en líder del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas, respectivamente.


Prácticamente todos los legisladores panistas, dos de Nueva Alianza, uno del Partido de la Revolución Democrática y hasta el diputado independiente -que llegó al congreso como candidato de Acción Nacional pero dejó el partido por "congruencia ideológica"- también podrían pedir autorización para dejar sus cargos.

La lista de alcaldes que quieren ser diputados es más larga. Pero el fenómeno no es nuevo. El ejemplo más fascinante es el de José de la Torre, quien en 2005 fue elegido como presidente municipal de Martínez de la Torre y pidió licencia para ser diputado federal.

Poco tiempo después, De la Torre pidió licencia a su puesto en el Congreso y volvió a ser alcalde (pero dejó la curul a su suplente y cuñada María de Jesús Martínez Díaz, a quien sustituyó en 2008, cuando terminó su período municipal). O algo así. La historia es extraordinaria, pero Veracruz no es el único estado del país en el que se ven estas cosas.


Lo importante es el mensaje que los políticos y los partidos mandan a la sociedad a la que quieren -según ellos- servir: servir hasta que llega la hora de buscar otra candidatura a lo que sea. No es ilegal, porque la constitución establece que los servidores públicos tienen que renunciar a sus cargos sesenta días antes de la elección.

Pero no es serio. Uno elige a un candidato para un puesto que dura tres, cuatro o seis años, y espera que durante ese tiempo cumpla sus compromisos y desahogue sus responsabilidades sin pensar en otras porque la cosa pública requiere dedicación absoluta y concentración profunda.

Lo peor es que no se puede hacer nada. No ha nacido -ni se ha elegido- la legislatura que prohíba que los funcionarios electos renuncien o pidan licencia a los puestos que les dio el voto popular para buscar otros cargos en la administración pública.


Habría que pensar en estas cosas, y en otras, a la hora de ir a las urnas. Después de todo, el cambio (o parte del cambio) depende de cada uno de nosotros. Y en eso estarán de acuerdo hasta mis amigos diputados y alcaldes, y los que quieren ser una cosa y la otra...