El 7 de enero pasado, Jorge Fernández Menéndez escribió en su columna que publica en Excelsior que hay un caudal de expectativas que desde la administración, pero también desde los medios, se debe revaluar.

 

Apuntó que hay cosas que no cambian por el simple deseo o voluntad de hacerlo; porque la violencia no se ha erradicado y durante diciembre, el primer mes del gobierno peñanietista, el número de ajustes de cuentas aumentó respecto a los meses pasados y 2013 nació con varias ejecuciones masivas, que en el pasado hubieran generado innumerables condenas.

 

A su juicio, en su primer mes, el gobierno federal contó, en el ámbito de la seguridad y en otros, “con una suerte de condescendencia de sus opositores y de los medios, que le han bajado en forma notable el tono a los hechos de violencia que siguen presentándose”.

 

El hecho, puntualizó, es que la situación no ha cambiado “porque no puede cambiar la situación de seguridad ni tampoco, en sus grandes líneas, la estrategia que la rige. Puede cambiar la política, que es lo que ha estado tratando de hacer la administración de Peña con acierto, pero en el futuro inmediato, pasado el periodo de gracia que se vive, habrá que afrontar la realidad”.

 

El 17 de enero, otro periodista, Ciro Gómez Leyva, en su columna “La historia en breve” publicó el recuento que hasta esa fecha llevaba el diario Milenio de las cifras de ejecutados: En diciembre de 2012: 982; en la primera quincena de enero: 374; en lo que va del sexenio (de Peña Nieto): 1,356; promedio diario en el gobierno de Peña Nieto: 29; promedio diario en el gobierno de Calderón: 27; promedio diario en 2012: 34.

 

La sangría no para, apuntó y dijo que, por el contrario, presenta episodios que hacen pensar que se renueva, aunque matizó diciendo que sería una gran injusticia señalar por estas ejecuciones al flamante gobierno. “Las explicaciones y justificaciones de la inercia de violencia heredada tendrán cabida durante un lapso”.

 

Coincidió con Fernández Menéndez en que el bono de cambio de sexenio tendrá también fecha de caducidad y entonces “Los muertos serán, plenamente, ‘los muertos de Peña Nieto’”.

 

Sus opiniones se dieron antes de que los muertos, por docenas o más, empezarán a aparecer en el Estado de México, la tierra de origen del presidente Peña Nieto, de la que fue gobernador, como una especie de bienvenida-reto que la delincuencia organizada le está dando una vez pasada la euforia del arranque de la nueva administración.

 

Fernández Menéndez y Gómez Leyva, en mi opinión, tiene toda la razón. Los hechos, las cifras duras los avalan.

 

La cruda realidad es que en los últimos días, pese a cualquier opinión oficial en contrario, la violencia se ha recrudecido en el país (en el estado siguen desaparecidos ocho policías). Hay, definitivamente, que afrontar la realidad, la dura realidad y prepararse para que lo que venga. Porque seguramente vendrá más dado que los intereses de la delincuencia organizada se ven amenazados.

 

El sábado, durante una conferencia de prensa, luego de una visita de trabajo al Senado de la República, el subsecretario de Planeación y Protección Institucional del Gobierno Federal, Manuel Mondragón y Kalb, que el martes estuvo en Xalapa e hizo un reconocimiento al trabajo que en política de seguridad ha realizado el gobernador Javier Duarte de Ochoa, anunció que ya se aplica cero tolerancia contra la corrupción en la Policía Federal y en todo el Sistema Nacional de Seguridad, una campaña anticorrupción en la que se supervisará a 400 mil elementos policiales y en la que se llegará, “sin duda, hasta las últimas consecuencias”.

 

Fue contundente al respecto: “Tolerancia cero a la corrupción: hasta donde llegue, como llegue, cuando llegue. Me vale lo que se diga al respecto, cuándo yo combata corrupción. No voy a tolerarla ni a permitirlo. ¿Cuánto voy a lograr? Lo más posible. ¿A partir de qué? De hoy o de hace un mes y medio”.

 

Anunció que trabajará “a morir” intensamente para erradicar los llamados autocontroles en los reclusorios estatales y municipales, células del crimen organizado. “Ya me conocen y no me hago guaje”, sentenció. Adelantó traslado de todos los presos federales a diferentes cárceles del país.

 

Dijo que aunque no le competen directamente los penales locales, “contribuiré y colaboraré con los gobiernos de los estados a morir, para que cuando estas circunstancias se den (los mal llamados autogobiernos), que sí se dan, se puedan ir resolviendo”.

 

Su lenguaje es duro y frontal y abona a lo apuntado por Fernández Menéndez y Gómez Leyva: por lo pronto, debemos revaluar, moderar el optimismo, las expectativas y prepararnos para afrontar la cruda realidad: la delincuencia no querrá ni se dejará afectar sus intereses en forma pasiva. Habrá de correr mucha más sangre, triste y lamentablemente.

 

En el estado, las áreas policiacas y de prisiones dependen, en forma directa, de los secretarios de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón. Les espera, sin duda alguna, mucho trabajo, muchos desvelos, muchas preocupaciones. Que tenga éxito y que salgan lo mejor librados. Todo sea por la tranquilidad de Veracruz y de la sociedad en general.

 

Publiqué el martes que parece que en el gobierno federal no les corre prisa por nombrar a los nuevos delegados federales. Ahora, lo que se sabe, es que los nombramientos irán fluyendo gota a gota conforme los propuestos pasen la revisión a que sus perfiles están siendo sometidos, pero se espera que el grueso de nombramientos se dé hasta después de que regrese el presidente Peña Nieto de su gira por Chile y Uruguay, que inicia este jueves y concluye hasta el martes próximo.

 

Lo que se sabe también es que políticos y funcionarios de peso, aparte de los gobernadores y secretarios de despacho, tienen sus candidatos, como Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón y Pedro Joaquín Coldwell, por citar tres casos concretos, a cuyos recomendados, para calmarlos, cada vez que preguntan cómo va “su asunto”, les responden que “todo va bien”, con lo que les dicen mucho y nada.

 

Por lo pronto, ayer salió el nombramiento de William David Knight Bonifacio, como nuevo director general del centro SCT-Veracruz, en relevo de Agustín Basilio de la Vega. Knigth se venía desempeñando como director de Vías de Comunicaciones de Servicios Auxiliares de la Secretaría de Comunicaciones del Estado.

 

Donde parece que el PRI no pasa apuros ni por un buen candidato a presidente municipal ni por duda de un triunfo seguro es en Huatusco. Juan Carlos Sirgo Martínez es un joven aspirante que desde el pasado proceso, cuando Fidel Herrera le pidió que se aguantara “para la otra” (el candidato que impuso entonces Fidel, perdió) no ha parado de trabajar y esta vez recuperará el municipio para el tricolor. Para lo que sí tiene problemas el Revolucionario Institucional es para encontrar un buen candidato a diputado local.

 

Se llama segundo pleno estatal. Lo organiza la Fundación Colosio. Tendrá lugar el próximo sábado en Xalapa a partir de las 9:30 de la mañana en el Salón Ghal. Se supone que se trata de una reunión técnica, de análisis, de prospectiva, etcétera. En el fondo, grilla pura. Ya vienen las candidaturas. Estará a reventar, sin duda.