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Columnas y artículos de opinión
Los modos de la política tradicional
Uriel Flores Aguayo
25 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
Ser político en Veracruz-supongo que en todas partes de nuestro país- implica ciertas formas, mas eso que contenidos, de los que estamos escasos o en plena deformación. Formas, puras formas, de todo tipo, desde las chuscas hasta las pomposas. El político tradicional, prácticamente en todos los partidos, es prolijo en palabrería-demagogia-, hablando mucho sin decir nada o casi nada; se viste en serie, con una especie de uniforme: riguroso traje o guayabera; le preocupa en exceso, sobre todo entre los “bebesaurios”, el color de la corbata. Lamentablemente la actividad política Veracruzana se sobre pobló de aprendices sin interés en el estudio y con muy limitada vocación de servicio, ya ni se diga de algún asomo de sensibilidad social; es notable que de la ola de políticos de nuevo cuño solo se vea frivolidad y ambición.

No es lamento, todo ha sido un proceso histórico, del que se tienen que extraer lecciones y aprendizajes; estamos hablando de seres humanos, con defectos y virtudes, quie s han incursionado en una actividad que puede ser muy útil y sana o una labor de simulación y corrupta. No es fácil superar ese nivel de atraso, no va a ser sencillo elevar nuestro nivel de actividad política, pero es indispensable reconocer nuestras fallas en esa materia; me gusto mucho el lema escogido por un nuevo partido político Español, el de los indignados:” para salir del hoyo lo primero es dejar de escarbar”.

Es mucho lo pendiente, casi todo, en la ruta de una política democrática, renovada y autentica, pero vale la pena, no se debe seguir con la paja y los círculos viciosos; la política actual corrompe y es inútil, no resuelve nada, todo lo complica y desmerece al ciudadano. Una buena manera de cambiar en la política es tener partidos de verdad, con mínimos de identidad y representación, es decir, tratar de que los partidos no sean cascarones y simples sopas de letras, que no dicen nada ni sirvan para nada.


Cada que hay elecciones locales, como las que ya se acercan, surgen candidatos a todo en masa, sobre todo en los municipios medianos y chicos; empiezan con comelitones y regalitos para pasar a exponer lo que dan en llamar “su proyecto”, se ofrecen como los salvadores de sus localidades y anuncian amor y trabajo por sus coterráneos; eso es cíclico, de temporada, resultando un verdadero fraude y robaderas a la sociedad. Caras, colores y lemas-por decir algo-de todas las ocurrencias posibles se presentan con absoluta impunidad, en violación legal, anunciando supuestos proyectos políticos que no pasan de ocurrencias y meras ambiciones personales; desde luego habrá excepciones, seguramente, con casos de gente honrada y con buenas intenciones, los que pocas oportunidades tienen dado el sistema electoral dominante, donde predomina lo mercantil y el abuso de poder.

Los políticos tradicionales son la delicia de los ciudadanos, del respetable, como se acostumbra decir en los espectáculos, especialmente de toros y " lucha libre "; en los lugares pequeños son mas rústicos y chiharroneros; en las ciudades grandes se comportan más sofisticados e invierten algo de dinero en anuncios gigantes y promociones varias: en el fondo ambos tipo de políticos son muy similares, huecos y corruptos. Sus apariciones son de antología, se superan en audacia y tontería cada vez más, inventan siglas chuscas de todo tipo de grupos y continúan prostituyendo la esencia de las Fundaciones al utilizar nombres con ese tipo de denominaciones. No veo porque les tengamos que hacer concesiones, dando cuenta de sus actos como si fueran normales y correctos; al contrario, creo que se debe ser muy directo y exigente con ellos, llamando por su nombre el tipo de actividades que realizan, profundamente antidemocráticas y corruptoras.

No hay chiste, Mérito ni perdón en la labor seudopolitica que llevan a cabo los aspirantes a cargos, tanto los que se dicen opositores como los oficialistas: actúan con dolo, son deliberadamente anómalos; es fácil concluir que su método y esencia personal y política es la de que " el fin justifica los medios”. Es obvio que si lo hacen ahora, lo harán siempre, incluyendo el cargo si es que lo obtienen. No debemos permitir, sobre todo la ciudadanía, que se encumbren personajes vacíos y manipulables, que cuando llegan al cargo solo se dedican a pagar facturas de sus patrocinadores, ya sean instituciones públicas o privadas. El que llega con recursos públicos o con otras fuentes de financiamiento, que depende del dinero y del hambre de la gente, por definición será un mal Gobernante. Esta es una buena oportunidad de limpiar la política local, de hacerla útil y efectiva; empecemos por Xalapa.


Recadito: a los cómicos ahora se unen luchadores impostores; de pena ajena.

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