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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Díaz Ordaz también congeló a Maldonado
Arturo Reyes Isidoro
29 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
Así ha sido, así es y así continuará siendo la política; los caprichos del poderoso, los intereses del sistema, el poder unipersonal, vertical.
 
El domingo, a propósito del fallecimiento de Juan Maldonado Pereda, el maestro Froylán Flores Cancela recordó en su columna dominical “Entrecosas”, del Diario de Xalapa,un hecho poco conocido.
 
Lo transcribo textualmente: “(Ironías del destino: en 1970 el profesor Rafael Arriola Molina, siendo presidente saliente Gustavo Díaz Ordaz, fue congelado por el Colegio Electoral de la Cámara argumentando que la votación a favor suyo era incorrecta y por lo tanto necesitaba de un nuevo conteo de sufragios. El suplente, Juanito Maldonado Pereda, corrió igual suerte que la del maestro del Papaloapan. Uno y otro nunca pudieron protestar como propietario y suplente del binomio senatorial. Nunca los votos fueron, claro, sometidos a conteo. Cosas de la política mexicana)”.
 
Si alguien conoció muy bien a Maldonado Pereda fue el maestro Froy, entonces subdirector del Diario de Xalapa, y conoció muy bien, de cerca, todo acerca de aquel famoso hecho, que tal vez, en otra proporción, en otro tiempo y en otra circunstancia, tuvo igual repercusión política que aquel famoso “carbonellazo”, cuando don Jesús Reyes Heroles vetó la candidatura de Manuel Carbonell de la Hoz al gobierno del estado cuando éste ya se había destapado.
 
En aquel tiempo era yo muy joven, pero ya empezaba a escribir. Lo que recuerdo que provocó todo fue una declaración de Arriola a un bien recordado periodista, entrañable, José Luis Hernández Sosa, corresponsal de Excelsior, reclamando lo que por derecho correspondía a Veracruz como parte de la Federación, por todo lo que aportaba, algo que constituía entonces un suicidio por el férreo centralismo y la hegemonía presidencial, casi imperial, que prevalecía.
 
(Alguna vez, ya siendo yo reportero en Xalapa, en una de tantas giras de trabajo, el maestro Hernández Sosa me platicó que cuando el hecho sucedió, Arriola lo buscó de inmediato; lo localizó por teléfono y no se aguantó: “¡José Luis, ya me partiste la madre!”. Y se la partió. Arriola Molina, en efecto, nunca llegó al Senado, ni Maldonado. Ese fue el declive político del cuenqueño, poeta, escritor, político, orador, viajero, culto y de quien se decía que en realidad era quien gobernaba atrás de Rafael Murillo Vidal.)
 
Y, triste decirlo, porque así ha sido y en mucho así continúa siendo, para el congelamiento de Arriola Molina se prestó la oposición, el entonces dirigente del Partido Popular Socialista, Indalecio Sayago Herrera, quien fue el que hizo la impugnación en el Colegio Electoral, una figura que ya desapareció pero que no era más que un burdo disfraz para validar chanchullos y trinquetes electorales, pues permitía que fueran los propios diputados electos ¡los que calificaran su propia elección!
 
Hoy, como en el Gatopardo, todo ha cambiado para no cambiar. El PRI está de vuelta en el poder, y el poder presidencial, pese a todo, continúa siendo hegemónico, omnipotente y omnipresente. Y si algún político lo llegara a dudar, bastaría que tratara de cuestionar al poder del centro.
 
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Pues resulta que la moto no era de Américo Zúñiga Martínez ni iba aprisa porque se le hiciera tarde para ir por las tortillas. Ayer, mediante un sabroso y muy ameno desayuno, muy temprano, me hacía saber que ya se compró la suya propia, ahora sí, pero que lo primero que está haciendo es emplacarla y también de lo primero que le dijo su esposa que haga es que se compre un casco.
 
Platicamos de todo, o de casi todo, pero, al final, no quiso dejar de hacer alusión al comentario que hice en “Prosa aprisa” sobre su viaje en moto que, me aseguró, lo hizo muy popular, tanto que no hay lugar donde llegue que no le pregunten por su biciclo. En efecto, me comentó, se le hizo tarde para una cita que tenía con dos personajes que lo esperaban en un hotel por el rumbo del edificio de Finanzas y casualmente había llegado a verlo a su oficina un amigo que iba en moto.
 
Viendo el tráfico que ahogaba a la ciudad, su amigo le dijo que no lo pensara, que tomara la moto y que se fuera. No lo pensó dos veces y pasó lo ya conocido. Y llegó a tiempo.
 
Américo me dijo que ante toda la difusión que provocó el comentario, él optó por reconocer su error y ofrecer disculpas a través de su cuenta de twitter. Y comprobó que la bici o la moto pueden ser una buena opción para enfrentar con éxito el terrible congestionamiento vehicular, por lo que arma ya una propuesta por si su partido lo llegara a postular como candidato a la alcaldía de la capital, cargo al que sí aspira, aunque espera la decisión del tricolor.
 
Me pareció saludable que me expresara su más absoluto respeto a la libertad de expresión y que se dijera dispuesto a atender, siempre, señalamientos, observaciones, críticas, todo lo que contribuya a hacerlo mejor como ciudadano y como servidor público.
 
Américo será un protagonista de la próxima elección municipal de Xalapa, si su partido decide postularlo, pues no tiene mala imagen y, por ejemplo, no hay punto de comparación con Reynaldo Escobar Pérez.
 
Sigo pensando, y se lo dije ayer, que él y Dulce María Dauzón, que todo parece que será la candidata de Movimiento Ciudadano, pondrán en un verdadero aprieto a los xalapeños, pues éstos, muchos no sabrán por quién votar a la mera hora, pues ambos son bien aceptados por amplios círculos sociales de la capital, uno joven, otra mujer, opciones frescas, atractivas, diferentes y, creo yo, esperanzadoras, quienes, también pienso y creo no equivocarme, harán una campaña de altura, que ya nos merecemos.
 
Por lo pronto, no deja de ser significativo que Movimiento Ciudadano nombrara como su nueva dirigente estatal a Rosario Quirasco Piña, hija de una xalapeña ampliamente conocida y muy apreciada en la capital del estado, Rosario “Charo” Piña, por lo que si Dulce es finalmente postulada la hará más competitiva.
 
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No deja de ser significativo que el gobernador Javier Duarte de Ochoa haya nombrado como su representante personal al subsecretario Enrique Ampudia Mello para que asistiera al segundo pleno de la Fundación Colosio Veracruz el sábado pasado. No deja de ser significativo porque si bien se trató de desahogar trabajos parte del proceso rumbo a la XXI Asamblea Nacional del PRI, en puerta, finalmente fue un acto político partidista en vísperas de que se nombren precandidatos a diputados locales y a alcaldes. El acto congregó a políticos tricolores de las 206 filiales municipales del organismo de consulta, así como a diputados, empresarios, académicos, dirigentes sindicales y sectoriales y servidores públicos, con lo que nuevamente Fernando Sánchez García demostró su capacidad de convocatoria.