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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Diputados: desgana y descuido
Miguel Molina
31 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
Uno ha visto a diputados coreanos, griegos y turcos, ucranianos y rusos, japoneses e italianos e indios, kuwaitíes y somalíes y nigerianos, chilenos y venezolanos y peruanos, en fin, a legisladores de medio mundo resolver las necesidades legislativas de sus países con el argumento del puño, la patada, el insulto, el vaso de agua en la cabeza.

De por sí, los legisladores no inspiran confianza. Es verdad que los diputados mexicanos ya no llevan su pistola a la Cámara para zanjar a plomo las diferencias que no pudieron resolver con palabras. Pero eso no significa que todos hayan entendido que la política es un ejercicio de adversarios, no de enemigos.

Uno ha visto sesiones de la Cámara de Diputados - donde los legisladores se increpan entre sí o a otros enmedio del desinterés colectivo - y comprende que los intereses de la nación están representados por grupos que poco o nada tienen que ver con la letra o el espíritu de la ley. O con la nación.


Por eso se entiende que quienes publican comentarios en sitios de internet piensen que los diputados en general - y los mexicanos en particular - son políticos que se asignan sueldos y sobresueldos considerables, aprueban gastos de representación para sí mismos sin orden ni concierto, se pagan a sí mismos bonos por presentarse al trabajo para el fueron elegidos y votan leyes deformes, con defectos que evidencian el descuido, la desgana y el desinterés de su labor.

En eso pensaba cuando me encontré la noticia de que el Código Electoral aprobado a la carrera hace apenas dos años tiene errores legales y contrasentidos que lo hacen una ley malograda. Y en eso pensé también cuando me encontré la noticia de que no se ha hecho nada por corregir los desperfectos que se aprobaron entonces.

No me sorprende. Aunque un martes de principios de diciembre de hace dos años el presidente del Congreso, Eduardo Andrade Sánchez, aseguró que había un estricto control de asistencias a las sesiones, lo cierto es que las ausencias de los diputados causaban tal preocupación que se analizaban iniciativas para sancionar a los faltistas (http://eldictamen.mx/vernota.php?/2858/Puerto/Analizara-Congreso-de-Veracruz-sancion-a-diputados-faltistas).


La situación no parece haber cambiado mucho. En enero de este año se registraron faltas de nueve diputados panistas, cuatro priistas, dos del Panal y uno del PRD-Movimiento Ciudadano. Como en otros casos de antes - y sin duda de después - muchos justificaron su inasistencia a las sesiones del Congreso, como señala el diario jarocho Notiver en su edición del miércoles.

Pero los tiempos no están para descuidos. Más que ningún otros servidor público, los diputados tienen una obligación moral de asistir a las sesiones y de revisar lo que aprueban, porque las leyes que se generan en el Congreso afectan las vidas de los veracruzanos.

Pongamos por caso el del Código de Procedimientos Penales que entró en vigor a principios de septiembre del año pasado. Según Vito Lozano Vázquez, presidente del Foro de Abogados del Estado, se trata de un texto "estructurado por inexpertos", plagado de errores y contradicciones que le podrían costar a Veracruz mil quinientos millones de pesos destinados por el gobierno federal para la reforma penal.


El abogado dice que ya han revisado trescientos cincuenta artículos (de los quinientos ochenta que tiene el código) en más de veinte reuniones con la Comisión Permanente de Justicia y Puntos Constitucionales. Es cosa de nunca acabar. Si uno pudiera, diría que tendrían que promulgar una fe de aciertos...

Pero ya se les terminó el tiempo, porque el periodo de sesiones concluye este jueves y el segundo periodo empieza en mayo, justo cuando entra en vigor el nuevo sistema de juicios orales. Muchos diputados ya no estarán, y los que queden ya no podrán hacer nada. La ley seguirá siendo defectuosa, y la gente seguirá pensando y hablando mal de los legisladores que hicieron un trabajo con desgana y descuido.