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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Cero tolerancia
Raymundo Jiménez
1 de febrero de 2013
alcalorpolitico.com
La noche del miércoles 30 de enero y la mañana del día siguiente ocurrieron en diferentes avenidas de Xalapa un par de percances automovilísticos, en los que por la imprudencia y temeridad de ambos conductores murieron instantáneamente dos inocentes y apreciadas personas que jamás imaginaron llegar a perder la vida así, de manera tan artera.

Anteayer, alrededor de las 19:00 horas, Rafael Gabriel de la Torre, un joven de apenas 16 años de edad que seguramente soñaba con ser una estrella del futbol profesional como el argentino Lionel Messi, del Barcelona, o el mexicano Javier “El Chicharito” Hernández, del Manchester United, vio de repente apagadas sus ilusiones y la flama de su corta vida cuando un junior de 17 años de edad, Andrés Antonio Cuevas Chena, quien conducía a velocidad inmoderada un automóvil Honda Civic modelo 2008, color rojo y con placas del Distrito Federal, lo arrolló justo cuando atravesaba a pie el Circuito Presidentes, a la altura de la USBI, en la zona universitaria, procedente del campo deportivo donde recién acababa de entrenar con sus compañeros del equipo Los Cachorros de Los Halcones, de la cuarta división profesional.

El homicida resultó ser el hijo de Andrés Cuevas Melo, director de Obras Públicas del ayuntamiento panista de Coatepec, y sobrino del ex diputado local y federal Abel Cuevas, quien un día antes acababa de entregar la Delegación Estatal de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal. Ambos hermanos son fuertes aspirantes a las candidaturas del PAN para las alcaldías de Coatepec y Xalapa para las elecciones locales del 7 de julio próximo.


Casi once horas después del brutal atropellamiento y muerte del adolescente en el Circuito Presidentes, al noreste de la ciudad, sobre el puente Bicentenario, se suscitó un absurdo pero letal choque provocado por Alberto Sánchez Alvarín, un jovenzuelo de 24 años de edad que conducía en estado de ebriedad la camioneta Ford Ranger color verde placas XV-68958.

El alcoholizado mozalbete manejaba a alta velocidad y en sentido contrario su vehículo, razón por la cual se impactó de frente contra el automóvil compacto que conducía Jorge Fernández, un popular camarógrafo de Radio Televisión de Veracruz, de 57 años de edad.

Fernández, quien entre sus compañeros de RTV y del gremio periodístico era conocido por su mote de “El Panucho”, se dirigía a su centro de trabajo. Eran las 6 de la mañana. Pero ya no pudo llegar porque el golpe frontal que recibió su Volkswagen color rojo y con placas YGU-7512, fue tan brutal que le provocó la muerte al instante.


Estos dos percances automovilísticos comprueban la inutilidad de los aparatosos operativos del alcoholímetro montados en Xalapa por el director de Tránsito del Estado, Roberto López Santoyo, los cuales sólo estrangulan el tráfico vehicular y generan tremendo malestar tanto en los taxistas que trabajan horario nocturno como entre los automovilistas que los fines de semana acostumbran salir al cine o a cenar sin consumir bebidas embriagantes.

Eso sí, a los concesionarios del servicio de grúas les representan un jugoso negocio por cada automóvil remolcado y guardado en los corralones privados.

Las autoridades responsables de la vialidad en Xalapa deben encontrar otras medidas más eficaces para evitar que estos casos trágicos se sigan repitiendo.


Los accidentes viales en la ciudad seguirán ocurriendo, indudablemente, pero que al menos no sean de esta magnitud que ha enlutado a dos familias xalapeñas.

Quizá va siendo hora de endurecer las sanciones administrativas y penales, así como de aplicar a todos por igual el mismo rasero de cero tolerancia, tanto a los que violen el reglamento de tránsito como a aquellos que provoquen daños físicos o materiales a terceros.

Porque tampoco se debe tapizar solamente las avenidas con más topes. ¿O sí?


HIJO DE TIGRE…

Aunque todos los medios de comunicación lo han identificado como “un joven empresario constructor de Puebla”, ciudad donde actualmente radica, Eduardo Cortés Rivadeneyra, quien se ha vuelto nacional e internacionalmente famoso por la campaña mediática que viene abanderando en contra de la beca académica que la prestigiada Universidad de Harvard le otorgó al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, es nativo y conserva aún sus raíces familiares en Xalapa, la capital veracruzana.

Y es que Eduardo, quien se graduó en 1989 como Licenciado en Administración de Empresas en la Fundación Universidad de las Américas-Puebla, es hijo de Jaime Cortés Alba, un estimado empresario xalapeño fallecido en noviembre de 2003, en cuyos tratos comerciales siempre se distinguió por su rectitud y honestidad.


Hasta ahora, a través de la página de internet www.change.org, así como en su cuenta de Twitter @cecortesr, Cortés Rivadeneyra ha logrado sumar más de 35 mil de las 150 mil firmas que se ha propuesto reunir para presionar la salida de Calderón de Harvard, donde a finales de enero de este año inició su docencia en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy como primer Compañero Angelopoulous Global de la Universidad de Líderes Públicos.

En su texto titulado “Harvard: Revierta la contratación de Felipe Calderón”, Eduardo Cortés exige retirarle la beca al ex jefe del Ejecutivo mexicano por las siguientes razones: “Porque: Disparó la Deuda Pública en un 122%, según SHCP; sumó 7.3 millones de pobres, según CONEVAL; tiró a México 33 lugares en el Índice de Corrupción, según Transparencia Internacional; México es el último lugar en calidad educativa, según la OCDE y su fallida guerra dejó más de 100 mil muertos y 25 mil desaparecidos, según México Evalúa y el listado de la PGR publicado por The Washington Post.”