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Columnas y artículos de opinión
Nuevo Siglo
El PRI: hacia la Asamblea Nacional XXI
Jenaro del Ángel Amador
19 de febrero de 2013
alcalorpolitico.com
Las vísperas no son la realidad. La realidad es otra.

El Partido Revolucionario Institucional, dice el investigador <<Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa>> Ricardo Espinoza Toledo, “…que tiene la característica de ser uno de los partidos que con mayor frecuencia somete a revisión sus documentos básicos…”

Y fiel a esta sentencia del investigador, así han sido las Asambleas XVI-XVII-XVIII-XIX y XX. Una constante revisión y modificación a los documentos básicos: Declaración de Principios, Programa de Acción y Estatutos.


Así apunta que será la XXI Asamblea.

Lo declarado por el Presidente del CEN en recientes días, apunta que se vendrá desde ya, una serie de modificaciones que más allá del sentimiento de la militancia, la dirigencia nacional se apresta a plantear modificaciones que por ahora, se antojan innecesarias en algunos aspectos.

La militancia no necesita de aspirantes externos, de apóstatas redimidos que intentan el regreso ante la perspectiva de su mejora personal; de fugitivos de otros partidos en busca de candidaturas, bajo el supuesto sustento de ser polos de atracción de votos en base a su “prestigio personal”.


La militancia <<a esa que se refirió la semana pasada el Senador Héctor Yunes Landa>> tiene derecho a ser considerada para oportunidades de candidaturas, ya que han basado sus aspiraciones en su fuerza de trabajo; a su militancia de años; a su aporte de jornadas de trabajo en beneficio de su partido, a su lealtad institucional.

Sin embargo, no dejamos de considerar que un Presidente de la República también necesita del apoyo de su partido y de su militancia, pero sin llegar a los extremos de que el Estado se apodere del Partido, y que, tampoco, el partido de apodere del estado. Debe haber, es cierto, una total comunión de intereses por servir al partido y a quienes lo conforman en cualesquiera de sus niveles. Pero a contrapartida, los intereses por preservar la unidad y fortaleza del partido, no debe ir más allá de que en el afan por servir a todos, como decía el paisano Jesús Reyes Heroles, se termine por no servir a nadie.

El dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz debe ser más mesurado en sus expresiones, declaraciones y discursos para no confundir a la militancia.


La XXI Asamblea Nacional no debe ser un escaparate donde se exhiban las llaves que pretendan abrir a los que algunos han dado en llamar los “candados”.

El estatuto partidista ha demostrado que el artículo 166 fracción X debe permanecer: Los tecnócratas que en el pasado llegaron a las candidaturas sin haber jamás pasado por la prueba de las ánforas, no han sido los mejores.

El último presidente que había tenido un cargo de elección popular había sido el Presidente Díaz Ordaz para, después, tener presidentes sin un antecedente de experiencia electoral como Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo.


A partir de la reforma de 1996, los candidatos han sido Francisco Labastida, Roberto Madrazo y Enrique Peña Nieto. Los tres habían pasado por las ánforas. El primero como gobernador; el segundo como diputado y gobernador, y el tercero como diputado local y gobernador de su estado.

Y si esto ha funcionado, ¿Cómo para qué moverlo? En que le molesta a Camacho Quiroz?

Y en cuanto al IVA generalizado, ¿por qué no escuchar a quienes tienen experiencia sobre el tema y recomiendan lo contrario?


Pero César Camacho Quiroz tiene el timón y de lo que haga o deje de hacer, los priistas se beneficiarán o perderán la ocasión de seguir en el poder.

Ya en los primeros días de marzo lo veremos, y en julio se presentará el primer examen extraordinario después de la XXI Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional, que asentará a Camacho Quiroz en el poder, o lo echará de la presidencia nacional de su partido.

Y se llevará en las espuelas al Presidente de la República, militante de su partido.


PD. Los tiempos se acortan y las listas también...