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Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
Prevenir para el futuro
Jorge Arturo Rodríguez
19 de febrero de 2013
alcalorpolitico.com
Creo que ya conocen el dicho ese que después de ahogado el niño, a tapar el pozo. A menudo lo traemos a colación. Pos sí. Porque frecuentemente no prevenimos las consecuencias. Más nosotros los mexicanos, acostumbrados al ahí se va, mañana lo arreglamos, sólo ponemos remedios temporales que dura y perdura un chingo, lo provisional es eterno. Nos la llevamos en parches y parches, remendando el problema hasta que, en un instante, cae la desgracia que se fue gestando durante mucho tiempo. ¿Y entonces? Entonces a chingarnos y tratar, otra vez, de solucionarlo.

Creo que también conocen el refrán ese que reza: más vale prevenir que curar, o lo que es lo mismo, más vale prevenir que remediar, o más vale prevenir que lamentar, o, vaya, pa’ que nos entendamos, más vale prevenir que amamantar… No, pos sí.

Ya lo dijo Séneca, cuando se está en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cauto. ¿Será ese nuestro caso? ¿Será que ya es demasiado tarde como para que nuestro México obre con precaución, ahora en medio de tantas adversidades, por decirlo de manera suave?


Yo creo que no. Nunca es demasiado tarde. William Shakespeare lo dijo, el hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras. He ahí lo que necesitamos. He ahí como debemos actuar. ¿Cuántos estamos conscientes de ello?

Mi presi Enrique Peña Nieto, al presentar en días pasados el Programa para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, expresó que el combate a la delincuencia organizada no puede hacerse sólo mediante una sofisticación mayor en el armamento o con mayor número de policías y de elementos de las fuerzas armadas. Esos instrumentos deben emplearse, pero también ‘‘ahora le queremos prestar mayor atención’’ a evitar el delito. ‘‘Se trata de corregir lo que hoy lamentablemente estamos viviendo de manera insistente en algunas zonas del país; se trata de revertir estos escenarios, pero también de prevenir para el futuro”. Órale, habrá leído a Shakespeare. O fueron sus asesores. En fin. Que la intención realmente es buena.

Y luego afirmó que la paz posible y alcanzable en México se logrará ‘‘generando espacios y entornos favorables a una convivencia social pacífica, ordenada, feliz para los ciudadanos. Será posible que evitemos precisamente que el día de mañana tengamos una delincuencia extendida en varias partes del país’’. De acuerdo.


Y luego remata: ‘‘Que participe (la ciudadanía) con su voz, con su opinión, con la experiencia que ha desarrollado en este esfuerzo que a veces ha cubierto el vacío que el Estado mexicano ha propiciado”. Otra vez de acuerdo. Aunque tengo mis dudas; resulta un poco difícil, no imposible, creerle a nuestras instituciones. Pero hay que actuar, sin duda, cada quien desde su trinchera. ‘Ta güeno. Haremos lo que nos corresponde como ciudadanos; ojalá también las autoridades hagan lo propio.

Por otra parte, en este Programa me llama la atención eso de “Recuperación de espacios públicos y creación de centros comunitarios”. Vaya, ojalá sea cierto. Por lo pronto, justo a un lado donde vivo hay un campo de usos múltiples abandonado, donde jóvenes se drogan y se embriagan, y no veo nada de acciones por recuperar esos espacios.

Ahí les hablan autoridades municipales de hoy y las que vendrán.


Participemos. Cooperemos pa’ la orquesta, carajos. A ver si nos ven y nos escuchan.

De cinismo y anexas

En un cartón de El fisgón, un ciudadano le pregunta al presidente Enrique Peña Nieto: “Y tu plan para prevenir la delincuencia, ¿previene la delincuencia electoral?”
Y a propósito de prevenir, ahí les dejo esto.


En la clase de lenguaje:

- A ver, Jaimito, ¿en qué tiempo está "esto no debería haber pasado"?

-¡Preservativo imperfecto, maestra!


Por lo pronto, ahí se ven.

Hasta la próxima
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