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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Ánimo y entusiasmo a flor de piel
Arturo Reyes Isidoro
21 de febrero de 2013
alcalorpolitico.com
Con el show que se armó por el fallo del Tribunal Electoral del Estado de Veracruz (TEEV), que reventó la coalición “Gran alianza por ti”, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, aparte de deslindarse totalmente de la resolución, dijo algo que es muy cierto: que lo sucedido forma parte ya del folclor “de una elección donde el ánimo y el entusiasmo están a flor de piel”.

Quiérase que no, es cierto. De arranque, el espectáculo promete. Para quienes vemos los toros desde la barrera, el primer acto ha resultado muy, pero muy entretenido. El reparto es bueno, los actores han estado a la altura de lo que se esperaba de ellos. Mientras se cierra el telón, los aplausos son merecidos. Ya vendrá la segunda parte. Por ahora, intermedio y, primera llamada, primera.

¿Se imaginan ustedes cuando aparezcan en escena Fidel Herrera Beltrán y Miguel Ángel Yunes Linares? Será entonces el clímax.


Pero hubo otra cosa que me llamó la atención de lo que dijo el gobernador Duarte en la larga entrevista que le hicieron los reporteros en el antiguo hospital de San Carlos, en el acto con motivo del Día del Ejército en el puerto jarocho (por un lapsus dije en columna anterior que había sido en Perote).

“¿Qué estimo? Que posteriormente vienen las candidaturas, y sin duda va a haber conflictos intrapartidistas, siempre ha habido. Cuando hay designación de candidaturas y otro no es favorecido, también presentan juicios ante la instancia judicial, y en algunos casos prosperan, y en algunos casos… inclusive me ha tocado ver cómo a la mitad de una elección se cambia el candidato porque otro tenía un mejor derecho. Al menos eso está establecido en la propia legalidad”.

No le falta razón. Me atrevería a pensar que como jefe político de su partido y de toda su militancia, ya vive el oleaje, ahora todavía suave, de la inconformidad, de la protesta, de la rebeldía militante. Conforme se acerquen las fechas fatales, sobre todo del registro de candidaturas y luego de la celebración de las convenciones donde deberán ser validadas esas candidaturas, entonces el oleaje se desatará fuerte, con olas de muchos metros de altura.


De que va a haber conflictos intrapartidistas, los va a haber. En todos los partidos, en todas las coaliciones. Nadie quedará a salvo. Eso sucede cada cuatro años. Sobre todo en los procesos municipales, la inconformidad está a flor de piel y el ánimo y el entusiasmo se desbordan hasta llegar a la violencia. Así ha sido y nada raro sería que se dieran algunos casos.

Incluso se daban cuando el PRI prácticamente era partido único y el presidencialismo era autoritario, vertical, represor. Todavía por ahí andamos algunos cuantos jóvenes reporteros de aquélla época, del siglo pasado, que vimos cómo el priismo se desbordaba y se llegaron a quemar palacios municipales (como en Pánuco o en Las Choapas) o fueron tomados otros en forma violenta (como en Misantla o en Acayucan).

Frente a eso, esto que está pasando ahora no se reduce más que a unas cuantas cachetadas guajoloteras. Puro espantapájaro.


Pero algo que, creo, no se debe perder de vista en ningún momento, o por lo menos no lo deben perder de vista los aspirantes priistas, es eso que dijo Duarte de Ochoa de que “inclusive me ha tocado ver cómo a la mitad de una elección se cambia el candidato porque otro tenía un mejor derecho”.

¿Qué quiso decir? ¿Es que aprovechó el tema y la entrevista para enviar un mensaje a sus correligionarios?

En una cena, noches atrás, en la Casa Veracruz, le platiqué un caso que se dio en Acayucan cuando el priismo de entonces había decidido que el candidato a la presidencia municipal fuera un señor llamado Francisco Cordero, mejor conocido como “Pancho” Cordero. El día de la convención, un domingo caluroso, las “fuerzas vivas” lo fueron a buscar hasta su domicilio para llevarlo entre vítores, pancartas, cohetes y la banda de música de Sayula hasta el cine declarado recinto oficial para la celebración de la asamblea. El buen hombre iba entre empujones, pero disfrutaba el momento. Y fue precisamente cuando iba a trasponer la puerta de entrada que llegó un emisario a comunicarle que el “partido” había decidido de último momento que siempre no sería él. Y no fue. El ex presidente Miguel Alemán Valdés, dueño de la plaza, había decidido otra cosa (el señor Cordero, se apagó para siempre; nunca volvió a ser el mismo).


El gobernador convino que, en efecto, estas cosas suceden. Que cambios se pueden dar, lo que me hizo pensar que nadie estará seguro como candidato hasta que no esté seguro y que el jefe político del PRI en el estado sabe muy bien que las circunstancias también juegan y que su partido, si se llegara a dar el caso y fuera necesario, cambiará jinete a mitad del río si ve que el jinete no puede con el potro y está a punto de caerse. ¿Le volverá tocar ver cómo a la mitad de una elección se cambia el candidato porque otro tiene un mejor derecho?

El entonces gobernador Miguel Alemán Velasco lo decía con otras palabras. Hablaba de la carreta y las calabazas. Decía que una carreta arrancaba llena de calabazas, que unas se caían solas, que otras se pudrían y que otras se lograban colocar y eran las que llegaban al destino.

En política, nada hay para siempre. En la política inmediata, tampoco. De buena fuente, se han estado manejando nombres de posibles, de viables candidatos y candidatas tanto a diputados locales como a presidentes municipales. Incluso de la salida de secretarios de despacho del gabinete estatal. Pero las circunstancias estarían haciendo lo suyo y esto último podría no darse. Podría reconsiderarse. Aunque, sin duda, lo que se va a dar, se va a dar.


Por lo pronto, para seguir con el jelengue, ahora se habla de la posibilidad de que este sábado reaparezca en Coatzacoalcos, en el Carnaval de ese puerto, el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien acompañaría al gobernador Javier Duarte de Ochoa, con Marcos Theurel Cotero como anfitrión.

Previamente, este jueves, puede darse la casualidad de que a las once de la mañana se encuentren por sorpresa en el Café Colonial de Coatzacoalcos el dirigente estatal del PRI, Erick Lagos Hernández, y el recién reconvertido priista ex alcalde y ex diputado federal Rafael García Bringas. Los dos programaron ir a esa ahora ahí, pero ninguno sabe que va a estar el otro. Así que, ssshhht, por favor, no se los digan. Cuando se vean van hasta brincar de sorpresa.

Significativa ayer la representación del subsecretario Enrique Ampudia Mello, a nombre del gobernador Javier Duarte de Ochoa, en el informe del diputado local Américo Zúñiga Martínez. Significativa también la presencia de los ex alcaldes Ricardo Ahued Bardahuil y David Velasco Chedraui.